Un hombre graba el momento en el que una ballena engulle a su hijo mientras hacían kayak: «En esos segundos bajo el agua pensé que podría haber muerto»

LA VOZ REDACCIÓN

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Dell Simancas via Reuters Connect

El programador y músico venezolano de 24 años pudo ponerse a salvo gracias a la ayuda de su padre, que lo socorrió al verlo emerger de nuevo a la superficie del agua

13 feb 2025 . Actualizado a las 16:04 h.

El joven Adrián Simancas, de 24 años, y su padre, Dell, vivieron el pasado 8 de febrero un susto que no olvidarán el resto de sus vidas, y que además han inmortalizado en un impresionante vídeo. Mientras navegaban en un pequeño kayak hinchable por el estrecho de Magallanes, en la comuna chilena de Punta Arenas, una ballena jorobada emergió de las profundidades del mar y engulló, aparentemente, a Adrián y a su embarcación.

Por suerte, solo fueron unos segundos. Acto seguido, el cetáceo, al ver que no era el manjar que se imaginaba, lo expulsó de nuevo a la superficie, y el chico de 24 años pudo ponerse a salvo ayudado por su propio padre.

Adrián, analista, programador y músico venezolano de 24 años, había salido junto a su padre, el anestesista de 49 años Dell Simancas para acompañarlo en una travesía de packraft, una de las pasiones de su progenitor. La actividad consiste en una ruta de senderismo en la que se lleva una mochila un pequeño kayak hinchable con el que poder sortear masas de agua o acceder a lugares de otra forma inaccesibles.

El incidente sucedió precisamente cuando ambos seguían su ruta por el estrecho de Magallanes, concretamente en la bahía El Águila y muy cerca del Faro de San Isidro. 

El padre del chaval, Dell, llevaba consigo una cámara portátil para grabar toda la ruta, y pudo así recoger para la posteridad el momento en el que su hijo y su bote fueron desaparecieron ante la salida a la superficie de la gran ballena jorobada. El progenitor actúa en todo momento con calma, y al ver emerger de nuevo a Adrián, lo llama enseguida para que se acerque a él, sujeto en su bote. «Vente, vente, tranquilo, agarra el bote», le grita a su hijo, pidiéndole que no gaste fuerzas en intentar subirse.

Mientras la ballena vuelve a hacer un amago de volver a la superficie, su padre se acerca para socorrerlo. «Tranquilo, ya voy», intenta calmarlo. «Ya está, vamos a la orilla, agárrate de mi cuerdita», le dice. Y una vez juntos, lo remolca a la orilla. 

Por suerte, todo quedó en un susto y en una anécdota para la posteridad que pocos pueden superar.

Y el propio Adrián contó después cómo fue el susto a los medios de comunicación chilenos. «Siento como azul y blanco que me pasa cerca de la cara y está como por un lado y como por encima», ha narrado de viva voz. Me hundo, y ya pensé que me había comido, explicó sobre su primera impresión en esos momentos de tensión. «En esos tres segundos bajo el agua, pensé que podría haber muerto».

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Por su parte, su padre asegura que aunque la cámara estaba grabando, él no estaba mirando en esa dirección justo cuando sucedió el percance. «Cuando me volteo, no veo a Adrián», ha rememorado, «fue el único momento de susto que tuve, porque no lo vi durante tres segundos, y de repente sale como disparado».