
Las plazas europeas cierran con pérdidas tras la amenaza de aranceles de Trump
04 feb 2025 . Actualizado a las 09:46 h.«Tenemos en nuestras manos una guerra comercial en toda regla y lo preocupante es que puede que no haya hecho más que empezar». Fue la alerta que lanzó ayer el jefe de Estrategia de Mercado de Ebury, Matthew Ryan, tras la confirmación de los peores augurios: Trump seguirá adelante con las subidas arancelarias «salvajes».
El mercado da por hecho que la batalla no ha hecho más que empezar. Los aumentos tarifarios del 25 % a las importaciones de Canadá y del 10 % a las de China —sobre las que ya estaban vigentes— son solo un aperitivo de lo que está por llegar: aranceles a los productos europeos. «Será muy pronto», advirtió el presidente estadounidense. En el punto de mira están el acero, el aluminio, los productos farmacéuticos y los microchips. Pero podrían caer más.
Como no podía ser de otra forma, las bolsas mundiales reaccionaron ayer con nerviosismo. La jornada amaneció en rojo en las plazas asiáticas —el Nikkei japonés se dejó un 2,66 %—, y el miedo se fue propagando hacia el oeste. Al llegar el toque de campana a Europa, los principales índices comenzaron a tambalearse. El Dax alemán, que cerró el lunes liderando las caídas (-1,4 %), llegó a ceder más de un 2,2 %, con la automoción y las farmacéuticas arrastrando al resto del parqué.
El mayor fabricante europeo de automóviles, Volkswagen, encabezó las pérdidas (-4,34 %). Y no solo por la amenaza a futuro de Trump. La compañía opera plantas de montaje en México y ha comprometido 4.800 millones de euros para el despliegue de una gigantesca fábrica de baterías en Canadá, que estará operativa en el 2027. Todos esos activos están ahora en el alambre.
El gigante Siemens Energy también sucumbió a la agitación del mercado, que acabó castigándole con pérdidas del 4 %, casi el mismo correctivo que sufrió la farmacéutica BASF (-3,8 %). No acabó ahí la sangría en Fráncfort. Deutsche Bank se dejó un 3,15 % y Daimler casi un 3 %. El grupo automovilístico tiene una presencia significativa en México, incluida una planta de ensamblaje de camiones que vende a EE. UU. La lista sigue: Bayer (-2,9 %), Mercedes Benz (-2,9 %), BMW (-2,4 %)...
En París, la estampa fue similar. Aunque la bolsa francesa consiguió suavizar las pérdidas (-1,2 %) tras conocer la tregua de un mes concedida por Trump a México, algunos de sus valores más expuestos sufrieron severas caídas, como la del fabricante de automóviles Stellantis (-4,48 %), que tiene operativas dos fábricas de coches en México. Además, también dispone allí de una extensa red de distribución de componentes para equipar los vehículos que después vende a EE. UU. La oleada de ventas en el Cac 40 también sacudió al gigante industrial Saint Gobain, que cedió un 4 %, y a valores de lujo como el Grupo Kering —propietario de marcas como Gucci, Balenciaga o Alexander McQueen—, que cerró en rojo (-3,75 %), ante la expectativa de caer en la primera tanta de aranceles.
En España, la escena fue parecida. El Ibex 35 se anotó una caída de casi el 1,4 % tras una jornada en la que a punto estuvo de perder los 12.000 puntos. La lista negra la encabezó el grupo de cosmética y alta perfumería Puig (-4,22 %), emulando a Kering. Le siguieron Fluidra (-4,1 %) e Indra (-4 %), aunque también sufrieron valores como BBVA (-2,8 %) —expuesto a la caída del peso mexicano— y Acciona Energy (-2,67 %), que tiene grandes inversiones en EE. UU. ArcelorMittal, tras caer casi un 10 % en la apertura, amortiguó las pérdidas (-1,74 %).
Trump autoriza la creación de un fondo soberano para desembarcar en empresas
La política proteccionista de Trump no termina en los aranceles. El presidente estadounidense firmó ayer la orden ejecutiva para crear un fondo soberano —con dinero estatal— que permitirá canalizar capital hacia empresas estratégicas e incluso tomar el control de compañías como TikTok, como ya sugirió el que será nuevo secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick. Él, junto al secretario del Tesoro, Scott Bessent, harán que esté operativo dentro de un año.
«Tenemos un potencial tremendo», alegó ayer Trump, en defensa de este fondo que también estuvo en los planes del expresidente demócrata Joe Biden. Durante su mandato, se barajó la posibilidad de ponerlo en marcha para financiar proyectos estratégicos en el ámbito de la seguridad nacional, la tecnología, la energía o la logística.
Castigo a Tesla
La apertura de Wall Street estuvo ayer marcada por los sobresaltos. El Dow Jones comenzó cediendo un 1 % y el Nasdaq, el índice tecnológico, retrocedía un 1,65 %. Sin embargo, a medida que avanzó la jornada, la calma volvió al parqué. A cierre de esta edición, los selectivos apenas cedían terreno. Y no solo porque Trump reculó en los aranceles a México, también ante la expectativa de que los problemas aumenten en las compañías rivales.
A pesar de todo, algunos valores tuvieron problemas para aguantar el tipo. Apple llegó a perder un 3 % en algunos momentos de la jornada; Nvidia un 2 %, profundizando en la pérdida de casi el 19 % del último mes, en el que ha tenido que hacer frente a la mayor crisis bursátil de su historia —la irrupción de la china DeepSeek le hizo perder 600.000 millones de dólares—. Los inversores también castigaron al mayor fabricante mundial de maquinaria, Caterpillar, y a Tesla, que en algunos momentos llegó a hundirse más de un 5 %, por encima del 1,1 % de Ford o del 2,8 % de General Motors.

El miedo entre los inversores dispara las compras de dólares
La ecuación nunca falla. Cuando el miedo se propaga, el dinero busca refugio en activos seguros. Los aranceles estadounidenses anticipan una cruenta guerra comercial que puede lastrar el crecimiento de las empresas — y los dividendos—, así que los inversores han preferido esconderse bajo el paraguas del oro, que ayer volvió a batir su récord histórico de cotización — 2.830,7 dólares la onza—, tras avanzar un 1,1 %. El metal se revalorizó un 27 % el año pasado, al calor de los recortes de los tipos de interés y los conflictos geopolíticos.
Lo paradójico es que, mientras el oro subía, el dólar —mantienen una correlación inversa— hacía lo mismo. La compra de billetes verdes se ha acelerado en las últimas semanas, y no solo por el pánico a una crisis económica global, también ante la previsión de que la Reserva Federal endurezca los tipos de interés para contrarrestar las políticas inflacionarias de la Administración Trump —los aranceles, en última instancia, encarecerán las mercancías extranjeras que consumen los ciudadanos estadounidenses—.
En la otra cara de la moneda está el euro. La moneda única se ha ido desinflando desde que las encuestas dieron por ganador a Trump, pero su caída se profundizó desde que anunció los aranceles, llegando a rozar la paridad con el dólar. Aunque esto hace que exportar sea más barato, también encarece la factura cuando hay que importar energía, por ejemplo.