Los minutos claves del accidente de Washington: «Vi una bola de fuego, y después simplemente desapareció»

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

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La torre de control ordenó al helicóptero que pasase tras el avión comercial. Las autoridades ya han recuperado 40 cadáveres de los 67 ocupantes de las aeronaves

31 ene 2025 . Actualizado a las 09:58 h.

«Vi una bola de fuego, y después simplemente desapareció». Esta es la descripción del accidente que ofreció uno de los controladores de la torre de control del aeropuerto Ronald Reagan pocos minutos después del accidente. Antes de colisionar, el vuelo de American Airlines recibió instrucciones de la torre de control para que tomase tierra en la pista 33. La aeronave, según los rastreadores de vuelo, llegó a ajustar su trayectoria para tomar tierra sobre esa plataforma.

Segundos después, y menos de medio minuto antes de la colisión, los controladores se dirigieron a la tripulación del helicóptero militar para que evitase la trayectoria del vuelo comercial. «PAT25 [el Black Hawk militar], ¿tenéis un CRJ [el vuelo de American Airlines] a la vista? PAT25, pasad por detrás del CRJ», dijo uno de los controladores a los militares antes del siniestro. Las instrucciones del controlador no llegaron a recibir respuesta de los militares. En cuestión de segundos, las dos aeronaves colisionaron y se precipitaron al río Potomac.

«¿Has visto eso?», dijo uno de los controladores antes de anunciar que se encontraban ante una «alerta tres», código correspondiente a un choque. Seguidamente, el controlador informó a los equipos de extinción de incendios de que «un accidente» había tenido lugar sobre el río. Eran las 20.48 horas de la noche y el vuelo American Eagle 5342 acababa de estrellarse contra el helicóptero Black Hawk.

Según el informe preliminar de la Administración de Aviación Federal, la torre de control del aeropuerto Ronald Reagan, encargada de dirigir el vuelo comercial siniestrado, no tenía la dotación de personal «normal para la hora del día y el volumen de tráfico» cuando se produjo el accidente. Había un solo controlador guiando aviones y helicópteros cuando lo habitual es que haya un encargado para cada tipo de aeronave, una situación habitual en una torre de control que, según el último informe remitido al Congreso, del 2023, tiene un tercio menos de los trabajadores que le corresponden. Según ese documento, habría sido un supervisor de control de tráfico aéreo quien habría combinado ambas tareas (gestión del tráfico de helicóptero y control de aviones) en algún momento antes de las 9:30 p.m. y permitiiendo así que un controlador de tráfico aéreo se fuera antes, según fuentes citadas por el New York Times.

El avión siniestrado, correspondiente al vuelo American Eagle 5342, operado por la subsidiaria de American Airlines PSA Airlines, era un Bombardier CRJ-700 que llegaba a la capital del país procedente de Wichita, en el estado de Kansas. Se trata de un avión de 32 metros de eslora.

Por su lado, el helicóptero, una aeronave militar, era un Sikorsky H-60 conocido como Black Hawk y en el momento de la colisión estaba dirigido por tres tripulantes que realizaban maniobras de práctica. Los helicópteros de este tipo tienen capacidad para cargar hasta 14 soldados con equipamiento pesado o hasta 20 con equipamiento ligero y tienen algo más de 15 metros de eslora. Estaba estacionado en la base de Fort Belvoir, al sur de la ciudad de Washington D.C. Según el nuevo secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, la aeronave se encontraba en una misión de entrenamiento que se realiza de forma anual.

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Tareas de rescate en condiciones «extremadamente duras»

La Policía de Washington, los Bomberos y otros servicios de emergencia y agencias iniciaron tras el accidente aéreo una operación de búsqueda y rescate en el río Potomac que, según avanzaban las horas y se agotaban las esperanzas de hallar supervivientes, se convirtió en un dispositivo de recuperación de cadáveres. En las últimas horas ya se han recuperado los cuerpos de 40 de las 67 víctimas. Entre ellas hay dos ciudadanos de nacionalidad china, según ha confirmado la Embajada de este país en Estados Unidos. Además, las autoridades argentinas han confirmado al diario Clarín la muerte de un padre y su hijo de 13 años, ambos argentinos, quienes habían participado en una competición de patinaje artístico. De hecho, entre los fallecidos confirmados este jueves se encuentran los patinadores estadounidenses Jinna Han y Spencer Lane y los entrenadores rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, oro mundial en 1994 en la modalidad por parejas.

Por otra parte, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte ha anunciado a través de su cuenta de la red social X que ya tiene a su disposición «la grabadora de datos de vuelo y la grabadora de voz de la cabina, conocidas comúnmente como cajas negras», listas para analizar en su laboratorio, situado a menos de dos kilómetros del lugar del accidente.

El jefe de Bomberos del distrito de Columbia, John Donnelly, destacó durante las primeras horas que estaba siendo «una operación altamente compleja», ya que «las condiciones son extremadamente duras para los equipos de rescate». «Hace frío y hacen frente a condiciones relativas de viento», especificó Donnelly, antes de agregar que en el agua había un «bloque de hielo», por lo que estaba siendo «difícil trabajar» en este escenario.

Las autoridades confirmaron que en el momento del accidente la temperatura del agua era de cuatro grados centígrados y aún había placas de hielo en algunas zonas del río, según recoge Efe.

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Las aeronaves que chocaron en Washington: el gran helicóptero del Ejército de los Estados Unidos y el avión regional «más exitoso del mundo»

G. Vázquez / L. Placer / B. Araujo

El mundo mira hacia la capital de los Estados Unidos después de que este miércoles un avión de pasajeros con 64 personas a bordo chocase contra un helicóptero militar, con tres tripulantes, en las proximidades del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan.

La nave se aproximaba a las 20.43 horas (2.43 hora peninsular española) a la pista 33 cuando colisionó con el helicóptero del Ejército. El avión procedía de Wichita, Kansas, y el helicóptero realizaba tareas de entrenamiento rutinarias. 

Ambos son dos aparatos muy usados en sus diferentes misiones. El Bombardier CRJ 700 se usa en trayectos regionales mientras el Sikorsky UH-60 Black Hawk es uno de los emblemas del Ejército de los Estados Unidos. 

Bombardier CRJ 700

El avión siniestrado en Washington, perteneciente a PSA Airlines y operado por American Airlines (en concreto por su filial American Eagle), es un modelo Bombardier CRJ 700. La nave, en la que viajaban 64 personas (60 pasajeros y cuatro tripulantes), tiene capacidad para 78 pasajeros y se emplea habitualmente en servicios regulares en vuelos de corta y media distancia en Estados Unidos. Está equipado con cuatro asientos, con el pasillo en medio, y cuenta con cocina y un baño, como equipamiento básico. 

Las letras CRJ se corresponden con Canadair Regional Jet y el modelo 700 es una versión alargada del CRJ 200 de 50 asientos. Su velocidad de crucero es de 876 km/h, su autonomía de más de 2.500 kilómetros y puede superar los 12.000 metros de altura. 

Debido a su tamaño más reducido, también se usa mucho en vuelos VIP o de negocios. Su línea, que se lanzó en 1997 y fue autorizada para el transporte en el 2001, fue diseñada para competir con los aviones comerciales de pasajeros de otros fabricantes internacionales, como Embraer, Fokker o BAE Systems. «La serie CRJ, la aeronave que inició la revolución de los aviones a reacción regionales, transformó la industria con su pionera eficiencia de costes y su excepcional economía operativa», explica Bombardier. La firma lo define como el «avión regional más exitoso del mundo».

Sikorsky UH-60 Black Hawk

El helicóptero militar Sikorsky UH-60 Black Hawk es uno de los símbolos del Ejército de los Estados Unidos. En este caso, llevaba a bordo a tres militares (que es su tripulación básica), pero en la nave pueden viajar hasta 11 soldados, junto a dos pilotos y dos auxiliares.

 

Diseñado por Sikorsky Aircraft, este helicóptero bimotor de tamaño medio se puso en servicio en 1978 y está preparado para operar en misiones de rescate, combate, pero también de transporte por su alta capacidad de carga, casi 5.000 kilos. Se comenzó a usar para tareas de asalto, pero también para reconocimientos del terreno. Su uso para evacuación médica no se puso en marcha hasta 1981. Es más, está contemplado que pueda montar cuatro camillas en su interior.

Equipado con motores General Electric T700 puede alcanzar los 235 km/h y tiene una autonomía de casi 600 kilómetros. En misiones de combate puede equiparse con armamento, como cohetes, ametralladoras o misiles.

Precisamente en esta tragedia aérea se ha confirmado que estaban realizando un vuelo de entrenamiento cuando se produjo la colisión, un «vuelo anual de entrenamiento de competencia», ha señalado el Departamento de Defensa, que ha señalado que los militares fallecidos llevaban consigo gafas de visión nocturna, aunque no se sabe si las estaban usando en el momento del siniestro.