La sombra de Venezuela planea sobre la crisis del Catatumbo
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La cúpula del Ejército de Liberación Nacional, que lidera el ataque a una región colombiana, reside en el país de Maduro
25 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La brutal ofensiva de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) sobre la región colombiana del Catatumbo, iniciada la pasada semana, deja ya, al menos, 80 muertos, y más de 36.000 desplazados de sus hogares.
Los elenos se enfrentan, sin cuartel, al Frente 33 de las disidencias de las extintas FARC. En juego está el control de las rutas del narcotráfico en una zona, fronteriza con Venezuela, que es clave: no hay lugar en el mundo donde haya más hectáreas plantadas de coca.
En esa crisis sobrevuela el fantasma del Gobierno venezolano de Nicolás Maduro. Muchos analistas coinciden en destacar la influencia que el chavismo tiene entre los líderes de una guerrilla que ya es binacional. Toda la cúpula del ELN y más de 1.000 de sus 6.000 combatientes tienen sus campamentos en Venezuela.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, se cuestionaba esta semana cómo ese grupo insurgente había logrado desplazar a decenas de guerrilleros desde Arauca, otra región fronteriza con Venezuela, situada al sur, hasta Catatumbo.
Era más bien una reprimenda a sus Fuerzas Armadas, porque los mismos militares conocen la respuesta y la han filtrado a los medios: los combatientes se movilizaron entre las dos regiones colombianas utilizando el lado venezolano de la frontera, lo que deja abierta la duda de si las autoridades venezolanas conocían ese traslado. El mismo Petro dejó caer, aunque de manera enrevesada, esta semana, que Venezuela estaría influenciando al grupo insurgente.
«Las acciones del ELN no [...] se deben solamente al conflicto armado interno. Es una estrategia mortal que pone en peligro la soberanía nacional», señaló el presidente colombiano. «El poder actual del ELN no es conseguido internamente», añadió.
En ese cóctel está el descontento del chavismo con Petro, después de que el colombiano no haya reconocido como presidente a Maduro; se negase a acudir a su investidura; criticase la detención de opositores y hablase de presos políticos en Venezuela y Cuba.
El papel de esa zona de la frontera es también clave en la crisis del país vecino. Durante la pasada semana llegó a hablarse de una llegada del líder opositor venezolano, Edmundo González, a Cúcuta, la capital del departamento donde se encuentra el Catatumbo.
Maduro teme que una operación armada contra su Gobierno comience por esa región. Este miércoles las fuerzas armadas venezolanas realizaron unas maniobras militares en la frontera, incluso con aviones de combate desplegados cerca de Cúcuta, dirigidas por Diosdado Cabello, en previsión de esa eventualidad. Unos días antes de la ofensiva del ELN, el expresidente colombiano Álvaro Uribe estuvo en Cúcuta reclamando una intervención contra el chavismo.
Uribe es, de hecho, quien más ha vinculado las acciones de la guerrilla con el Gobierno de Venezuela. «La tiranía habría ordenado al ELN hacer las masacres del Catatumbo», dijo esta semana.
También Camilo González, jefe de la delegación de paz del Gobierno colombiano, dejó caer, sin leer más allá, que la guerrilla «quiere controlar la frontera para sus propósitos geopolíticos» y a los «acomodos» que se están dando en la frontera «en vista de toda una situación internacional».
Este jueves, eso sí, el viento pareció comenzar a cambiar. Petro aseguró haber hablado con Maduro —se refiere a él como «quien ejerce la presidencia en Venezuela»— para desarrollar una acción militar conjunta y controlar la frontera con aviones militares de ambos ejércitos. Está por ver si esas operaciones se realizan con éxito.