Elisa Mouliaá acusa a Errejón de ejercer el poder «para abusar de niñas, de chicas y de mujeres, porque le daba igual ocho que 80»
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La actriz acude a un plató de televisión para poner nuevamente en jaque al expolítico de Sumar. Asegura que hay otras víctimas que no denuncian por miedo pero que hablan de «violación, felaciones, rayas de coca y otras cosas horribles»
18 ene 2025 . Actualizado a las 19:45 h.Elisa Mouliaá ha vuelto a poner en jaque a Íñigo Errejón y esta vez frente a las cámaras. La actriz ha decidido dar su primera entrevista y se ha sentado en un plató de televisión para relatar cómo vivió la supuesta agresión que motivó su paso por los juzgados esta misma semana. Antes de empezar con su relato la también presentadora, que ha sido duramente criticada en las últimas horas por beneficiarse económicamente de lo ocurrido, ha explicado que «cualquier retribución económica» que ella o a su abogado reciban «por esta exposición» será donada íntegramente a la asociación de mujeres maltratadas para, de este modo, «ayudar a la lucha contra el abuso». Donación, que según explicó, se realizará el 8 de marzo «ante notario».
Asegura que aceptó participar en el programa De viernes para darle voz a otras víctimas que la han contactado después de contar su propia experiencia para denunciar «violación, niñas de 19 años, felaciones, rayas de coca, cosas horribles». Dice que Errejón «es una persona que ha ejercido el poder para abusar de niñas, de chicas y de mujeres porque le daba igual ocho que 80. Te cuentan y es el mismo patrón, al principio por Instagram, después por Telegram donde los mensajes se autoeliminaban y después ya pasa a la acción». Mouliaá insiste en que ha recibido llamadas de otras mujeres, una que incluso recibió sumisión química, pero que no han querido denunciar porque «tienen miedo».
Las durísimas declaraciones sirvieron de antesala para dar paso al relato de la experiencia que denunció públicamente tres meses atrás, cuando el político saltó a la palestra por unas acusaciones anónimas publicadas en la cuenta de Instagram de la periodista Cristina Fallarás. Sobre la noche en que fue agredida recuerda que invitó a Errejón a la fiesta de una amiga. Cogieron un taxi y fue ahí donde él se giró hacia ella para decirle «”te voy a poner tres normas. La primera, que no te alejes de mí esta noche, la segunda que si lo haces no te vayas a un radio de más de 20 metros y vuelvas en menos de un minuto y la tercera que me des un beso esta noche”. Yo me quedé como un poco cortada». Según ella en ningún momento aceptó las normas, pero se quedó «un poco en shock».
Al ser preguntada sobre si Errejón insistió en que aceptara las normas, ella responde que no pero que al llegar a la casa de su amiga y entrar al ascensor él le dijo «la tercera normal la voy a romper ahora», mientras la sujetaba fuertemente de la cintura. «Me metió un beso con lengua hasta la campanilla que me quedé sin respiración».
En este momento de la entrevista los tertulianos le cuestionan por qué no dijo nada tras el beso, a lo que ella responde que le «entró la risa nerviosa» y solo fue capaz de apartarse y decirle «¡qué rápido vas!». La presentadora considera que Errejón es una persona «que no conecta con los sentimientos de los demás, como que debe haber ahí un corte de no empatizar, de no leer los sentimientos de la gente, no interactúas, no coqueteas, no hablas de nada».
Explica que al entrar a la fiesta estuvieron consumiendo bebidas alcohólicas y, según ella se tomó una copa o dos pero asegura tener «lagunas» sobre eso. Segundos después afirma que se tomó una cerveza (sin gluten, según aclara más adelante, porque es celíaca) y cuatro copas y que, tras bailar y convivir un rato con los asistentes, él la cogió del brazo para llevarla a un pasillo y meterla en una habitación. Visiblemente emocionada hace una pausa mientras cierra los ojos y se lleva las manos a la cabeza. «Me empotró contra la pared, se cercioró de que la puerta estuviera cerrada y ahí con la luz blanca de techo me empezó a magrear por todos lados, a tocar, a besar, a lamer y ahí fue cuando le dije “oye tío con esta luz vas súper rápido” y me llevó hasta la cama y me empujó a la cama y ya pues todo lo que cuento después».
«Me quitó el sujetador, comenzó a decir cosas muy lascivas con una actitud muy dominante y humillante se sacó su miembro y yo me intenté zafar como pude y puse de excusa que había dejado a mi amigo solo y me quería ir». Siempre según su relato, tras zafarse del político ella se empezó a vestir y al abrir la puerta él la paró y le puso la condición de que se iban en veinte minutos. E en ese momento cuando ella interpreta que él ha decidido cambiar de estrategia: «Cuando le digo que me estoy sintiendo incómoda él para, quiero decir, yo me estaba acercando a la puerta y el tío dice vale, vale “te voy a dejar salir pero en veinte minutos nos vamos”, es su cambio de estrategia, a eso me refiero. Él piensa: aquí no va a ser pero nos vamos a mi casa, en mi casa sí que va a pasar».
Tras marchar de la fiesta recibe la llamada de su padre que le dice que su hija tiene cuarenta grados de fiebre y acusa a Errejón de no mostrar interés por el estado de su hija y dice que al llegar a la casa del exdirigente de Podemos ella se quiso ir pero él la convenció para subir para que le firmara su libro. Durante la entrevista le recriminan que no marchara a casa junto a su hija, en lugar de acceder a la petición del exlíder de Podemos, y ella se defiende asegurando que él convence porque «es una persona manipuladora y encima estás en estado de ebriedad y él es una persona con poder». Fue en la vivienda donde ella le dijo que se estaba sintiendo incómoda y que solo sí es sí.
Insiste en que tiene «varias lagunas» sobre lo ocurrido en el trayecto de casa de su amiga a la de Errejón. Hizo también referencia a una de las víctimas anónimas que asegura que pudo haber estado sometida a sumisión química por parte de Errejón y que podría declarar como «testigo encubierto».
Empezó a ser consciente de que lo ocurrido fue un delito tras hablar con su terapeuta. Y justificó que siguió intercambiando mensajes con el expolítico porque tardó en procesar todo lo ocurrido y que eso es lo que le pasa a «cualquier persona abusada, hay contradicción».
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Desmiente que Íñigo le hubiese mandado un mensaje al día siguiente para interesarse por la salud de su hija tal y como él aseguró en su declaración. Sobre las pruebas que supuestamente presentará para respaldar su denuncia, el abogado de Mouliaá explica que declarará una de las testigos que vio como Errejón la tomaba del brazo para meterla en la habitación, hablarán también quienes la vieron en estado de ebriedad, entre ellos el padre que aunque no la vio sí que notó su estado cuando la llamó por teléfono. Y según el letrado están intentando localizar al taxista. Sobre los mensajes de Telegram, asegura tener capturas de algunas de las conversaciones que fueron borradas.
Confiesa también que está siendo medicada tras buscar la ayuda de una psiquiatra para poder hacer frente a los duros momentos que está viviendo y asegura: «Estoy más removida porque he visto el ataque que ha perpetrado sobre mí, sacando a relucir cosas de mi pasado que son dolorosas y que están tergiversadas». La actriz se refiere a una información en la que se asegura que ella había acusado a su expareja por sexo no consentido y la denuncia se archivó por falta de coherencia.
Al ser preguntada sobre eso insiste en que es mentira porque se trató de un episodio de malos tratos y ella lo acusó de abuso físico, no sexual. Aclara que la denuncia se archivó al principio pero se volvió a abrir por la fiscal porque había muchos indicios y pruebas y fue ella la que decidió archivar la querella para que su hija pudiera seguir viendo a su padre en España, «porque él es australiano de origen hindú». Según ella, su exmarido «tiene cosas misóginas culturales», pero ha preferido que su hija «tuviera un padre».