Maduro endurece la represión con el arresto de decenas de opositores, entre ellos un gallego
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España no enviará representación a la investidura del chavista para no legitimarlo
09 ene 2025 . Actualizado a las 13:05 h.Oenegés y organismos locales e internacionales de derechos humanos manifestaron este miércoles su consternación por la detención, en Caracas, del periodista y activista Carlos Correa, de padres gallegos y doble nacionalidad venezolana y española. Pero Correa, director de Espacio Público —una asociación dedicada a la defensa de la libertad de expresión—, no fue el único. Con él fueron detenidos en las últimas 48 horas un total de 19 opositores, entre quienes también destaca el excandidato presidencial Enrique Márquez.
Márquez, un político de centroizquierda que quedó en tercer lugar en los comicios del 28 de julio, según las actas reunidas por la oposición (detrás de Edmundo González y de Nicolás Maduro, quien asumirá este viernes su tercer mandato de seis años), jugó un papel fundamental tras los comicios. Fue uno de los primeros en afirmar que los resultados que dieron ganador a Maduro sobre González no habían salido de la sala en la que el Consejo Nacional Electoral consolida los resultados. Un cuestionamiento crucial de los resultados oficiales.

Correa, cuyos padres son de Caldas de Reis (Pontevedra), fue abordado en el centro de Caracas por hombres encapuchados, y desde entonces se desconoce su paradero. Se ha convertido en el español número 19 (17 hispanovenezolanos y dos españoles) detenido por razones políticas en Venezuela. Mabel Calderín, su esposa, presentó un habeas corpus ante los tribunales de primera instancia en lo penal de Caracas para conocer su paradero. Con una bolsa de medicamentos en la mano, señaló que el periodista padece de diversas patologías y que había recorrido todos los centros de detención política buscándolo, pero «en ninguna parte nos dicen si está allí o no».
Paralelamente, la mujer de Márquez, Sonia Lugo, señaló que «ni mi patria ni mi familia merecen seguir viviendo esta incertidumbre», desasosiego que comparten con la familia de Rafael Tudares, yerno de González Urrutia y desaparecido sin pistas desde la mañana del martes, cuando se inició esta dura ola de represión que ya suma 19 detenidos, según el partido opositor Voluntad Popular.
Una sorpresa «estremecedora»
La oposición venezolana, por otro lado, se prepara para salir este jueves a las calles, en su país y en el mundo para defender el supuesto triunfo de González Urrutia, que este miércoles depositó en el Banco Nacional (central) de Panamá las actas correspondientes al 80 % de las mesas electorales del 28 de julio, que acreditan su triunfo y que este organismo resguardará, después de haber hecho una gira con ellas por América y Europa.
El líder opositor se reunió con José Raúl Mulino, presidente panameño, y con un grupo de cancilleres del continente. Y desde allí volvió a sostener que llegará a Venezuela el viernes para juramentarse como presidente. El ministro de Exteriores panameño, Javier Martínez, afirmó que «una sorpresa estremecerá el continente», pero declinó dar mayores detalles.
En Venezuela, al mismo tiempo, la militarización es máxima, con las calles repletas de policías y militares con equipos antidisturbios. El ministro del Interior y segundo del chavismo, Diosdado Cabello, amenazó este miércoles de madrugada con derribar el avión en el que González podría ingresar a Venezuela, supuestamente acompañado de un grupo de expresidentes latinoamericanos.
España no enviará representación a la investidura del chavista para no legitimarlo
En la víspera de la toma de posesión del nuevo presidente de Venezuela, en los ministerios de Exteriores europeos ya dan por hecho que, salvo giro de guion, será Nicolás Maduro el que protagonizará, por tercera vez consecutiva, un simbólico ascenso al Poder Ejecutivo que la mayor parte de la comunidad internacional considera un fraude.
En esa línea, el Gobierno de Pedro Sánchez confirmó definitivamente este miércoles que no enviará una delegación oficial al acto organizado este viernes en una Caracas blindada a cal y canto por el Ejército y los servicios secretos bolivarianos. Fuentes de Exteriores confirman que el Ejecutivo español, a diferencia de su protocolo habitual en reconocimiento a los lazos de hermandad con Latinoamérica, descarta tener presencia esta vez en la investidura, lo que habría significado tanto como homologar el triunfo de Maduro, algo que se quiere evitar a toda costa.
No se trata, con todo, de una circunstancia novedosa. El pasado septiembre, España no envió representantes a la toma de posesión de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en protesta por la exclusión de Felipe VI de la ceremonia. Y en enero del 2019, de nuevo en Venezuela y cuando el líder chavista asumió su anterior mandato, Moncloa tampoco estuvo representada en la cita, en un momento en el que la presidencia también estaba en manos de Pedro Sánchez.
La derecha se moviliza
El PP, con Alberto Núñez Feijoo a la cabeza y otros referentes del partido como José María Aznar y Mariano Rajoy, saldrá este jueves a la calle junto a Vox respondiendo a la convocatoria de la oposición venezolana en vísperas de que tome posesión el nuevo Gobierno que tanto Edmundo González como Maduro pretenden asumir.
Mientras, desde el PSOE no creían que nadie de los suyos fuese a secundar esta manifestación que tendrá lugar a las seis de la tarde en la Puerta del Sol en el marco del llamamiento de la opositora antichavista María Corina Machado a salir a las calles tanto en Venezuela como en el resto del mundo el 9 de enero. Tanto el PP como Vox acusan a Pedro Sánchez de ser «tibio» con el régimen chavista.