Portugal agita la baraja de nombres para tomar el relevo de Rebelo de Sousa

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO / E. LA VOZ

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Rebelo de Sousa en una imagen de archivo en el Palacio de Belém
Rebelo de Sousa en una imagen de archivo en el Palacio de Belém ANTONIO COTRIM | EFE

El jefe del Estado Mayor de la Armada, Gouveia e Melo, es el favorito

06 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Queda un año para las próximas elecciones presidenciales de Portugal y, de momento, la única certeza es que habrá una renovación en el palacio de Belém. La Constitución no permite al actual presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, optar a un tercer mandato, y varias figuras de la política lusa han empezado a asomar. Con todo, no ha sido un político, sino un militar, quien ha tomado la delantera en las últimas semanas: el actual jefe de Estado Mayor de la Armada, Henrique Gouveia e Melo, acaba de rechazar renovar su mandato, que ya ha terminado. Continuará en la reserva hasta marzo, cuando se espera que anuncie una candidatura que el país da por sentada y avalada por encuestas de popularidad.

Gouveia e Melo ganó visibilidad gracias a una gestión eficiente de la logística durante la pandemia y volvió a los titulares en mayo, al relanzar el debate sobre un posible servicio militar obligatorio. Se ha definido como de «centro pragmático» y es claro en cuestiones clave como inmigración, que considera esencial para el crecimiento económico, en la preocupación por la crisis climática y en sus críticas a las derivas extremistas. Declaraciones que tranquilizan a algunos sectores civiles, preocupados por que la jefatura de Estado vuelva a manos de un militar 40 años después.

Por eso, llama la atención que André Ventura, líder del partido ultraderechista Chega, haya valorado la candidatura del almirante como «positiva», quizá aprovechando el eco que su formación tiene en el sector castrense. Ventura, que no excluye presentarse él mismo a las presidenciales, también se mostró dispuesto a apoyar a otro de los nombres que hasta el mes pasado encabezaban también las quinielas, el ex primer ministro Pedro Passos Coelho. Sin embargo, el conservador, que se ha escorado hacia el ala dura del partido conservador (PSD), ha dado señales de no continuar en la carrera.

Luís Marques Mendes

El líder de esta formación, Luís Montenegro, evita dar nombres, pero ya dejó clara su postura en el último congreso: «Anticipamos una candidatura de nuestro espacio político, preferiblemente un militante nuestro, y eso es lo que haremos». Ahí encajaría Passos Coelho, pero, sobre todo, Luís Marques Mendes, un respetado comentarista político —clásico trampolín a los altos cargos en Portugal—, que todavía evalúa «dos cuestiones». «Si considero tener condiciones políticas y, por otro lado, si considero que verdaderamente puedo ser de alguna utilidad para el país», dijo en su espacio televisivo. Otro comentarista conservador, el ex primer ministro Pedro Santana Lopes, dejó caer que ser presidente «es un honor supremo» para alguien de su experiencia política.

Precisamente, el exlíder socialista António José Seguro, que se apartó de la vida política hace diez años, ha anunciado recientemente que se incorporará a un canal de televisión, a la vez que afirmó considerar su candidatura. El actual líder socialista, Pedro Nuno Santos, calificó este regreso como «uno de los acontecimientos de la década», y atribuyó a Seguro «una imagen de idoneidad y credibilidad». Un gesto de apoyo que ha desconcertado a su formación, entre la que ya se asentaba el consenso por el ex ministro de Finanzas socialista y actual gobernador del Banco de Portugal, Mário Centeno. A la lista de socialistas presidenciables se suman la diplomática Ana Gomes y el expresidente del Parlamento, Augusto Santos Silva.

El único nombre confirmado es también el menos previsible: André Pestana, polémico líder sindical del sector que más ruido ha causado en los últimos años, el de los profesores: «Creo que necesitamos un presidente diferente, que no diga que tenemos que estar preparados para morir cuando la OTAN lo diga», ha dicho a los medios, retando directamente a Gouveia e Melo.