El Supremo francés convierte en definitiva una condena contra Sarkozy por corrupción

A. Serena PARÍS / E. LA VOZ

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Sarah Meyssonnier | REUTERS

El expresidente llevará vigilancia electrónica durante un año y evitará entrar en la cárcel

18 dic 2024 . Actualizado a las 19:58 h.

El Tribunal Supremo francés condenó ayer definitivamente a Nicolás Sarkozy a tres años de prisión, uno de ello firme, por corrupción y tráfico de influencias en el llamado «affaire Bismuth». Deberá ejecutar la pena llevando un brazalete electrónico bajo arresto domiciliario en lugar de ir a la cárcel, pero se trata de una sanción sin precedentes para un antiguo jefe del Estado.

La primera reacción de Nicolás Sarkozy tras conocer la sentencia ha sido para decir que hará «frente» a la pena impuesta en el tribunal de Estrasburgo, pero al mismo tiempo ha denunciado «doce largos años de acoso judicial», y «la injusticia profunda» de la que es objeto. No le han puesto inmediatamente el brazalete, pero será convocado en los próximo días por un juez de aplicación de penas que va a determinar cómo deberá ejecutarla: los horarios que deberá estar en casa o en su despacho, si puede viajar fuera de Francia o si debe llevar el brazalete durante el juicio sobre la presunta financiación libia de su campaña del 2007 que comenzará en enero.

Además, como el 28 de enero cumple 70 años, podrá pedir la libertad condicional sin esperar a cumplir la mitad de la pena, con lo que, si obtiene una respuesta positiva, le será retirado el dispositivo de control.

El abogado Patrice Spinosi pudo confirmar que Sarkozy, su defendido, hará frente a sus obligaciones pero independientemente de ello va a recurrir la condena del Tribunal de Casación, la más alta instancia judicial en Francia, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Caso de las escuchas

«Es la primera vez que en Francia una persona es condenada exclusivamente sobre las conversaciones con su abogado que fueron interceptadas», comentó ayer el letrado, que subrayó que «es una derrota para Nicolas Sarkozy, pero también para las libertades fundamentales, el derecho a la defensa y el derecho al secreto profesional». Está convencido de que obtendrán la «condena de Francia» dentro de tres o cuatro años.

El «affaire Bismuth», también llamado «affaire de escuchas» es un asunto complejo, que gira en torno a «un pacto de corrupción» entre Nicolas Sarkozy, su abogado Thierry Herzog y un magistrado del Tribunal de Casación, Gilbert Azibert. Expresidente y letrado querían que este último les mantuviera informados sobre otro caso a cambio de intervenir ante las autoridades monegascas para que Azibert obtuviera un puesto de prestigio en el principado francés.

La justicia descubrió estos acuerdos de forma fortuita, porque investigaba el otro caso, el de la financiación libia de las elecciones presidenciales de Sarkozy del 2007. El expresidente de la República se dio cuenta de que tenía el teléfono pinchado y él y su abogado abrieron otras líneas bajo un nombre falso, lo que no impidió que también fueran pinchadas. El Tribunal de Casación refrendó ayer con su sentencia la legalidad de esas escuchas.

El dictamen judicial fue emitido por primera vez en el 2021 y refrendado por primera vez en el 2023 y lleva implícita la inhabilitación para el expresidente por un período de tres años.