La inteligencia ucraniana mata al jefe de la unidad de armas químicas de Rusia
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Es la figura más importante asesinada hasta ahora fuera del campo de batalla
17 dic 2024 . Actualizado a las 21:02 h.Una gran estruendo despertó a los vecinos de la avenida Riazanski, en el sureste de Moscú, este martes de madrugada. Un general ruso de alto rango acababa de morir delante de su portal, tras el estallido de un explosivo oculto en un patinete eléctrico. El ataque, reivindicado por Ucrania, marca uno de los asesinatos selectivos más audaces desde el principio de la invasión.
Ígor Kirílov, de 54 años, jefe de la unidad de armas químicas, biológicas y nucleares del Ejército, perdió la vida alrededor de las seis de la mañana local junto a su asistente. Según la agencia oficial rusa RIA Nóvosti, la explosión fue de tal potencia que reventó las ventanas de las tres primeras plantas del edificio. La bomba se activó a distancia, aparentemente por señales de radio.
Un día antes del asesinato de Kirílov, el lunes, el Servicio de Seguridad ucraniano (SBU) había declarado al general sospechoso de crímenes de guerra por haber aprobado el uso de armas químicas contra las tropas enemigas. De hecho, una fuente anónima del SBU aseguró a Ukrinform que el atentado fue una operación especial de ese mismo servicio secreto, que documentó más de 4.800 casos —desde febrero del 2022— en los que las fuerzas rusas usaron armamento prohibido siguiendo órdenes de Kirílov.
«En concreto, hablamos de granadas de combate K-1, que están equipadas con irritantes tóxicos», explica el comunicado. Más de 2.000 militares ucranianos han sufrido los efectos del arsenal químico ruso, que las fuerzas del Kremlin lanzan con drones contra las defensas ucranianas para obligarlas a abandonar sus posiciones. Cuando las granadas con carga química se activan, sus componentes tóxicos afectan a las membranas mucosas de la persona, sobre todo los ojos y las vías respiratorias.
Rusia buscará venganza
Varios políticos rusos exigieron este martes represalias contra quienes estén detrás del asesinato de Kirílov. «Hay que hacer todo lo posible para liquidar a los que lo encargaron, que se encuentran en Kiev. Son bien conocidos. Son los dirigentes político-militares de Ucrania», dijo Dmitri Medvédev, expresidente ruso, durante una reunión de la industria militar. El actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, un halcón que aboga por la destrucción del Estado ucraniano desde el comienzo de la guerra, aseguró que los órganos de seguridad deben encontrar a los asesinos en Rusia. «Todos lo conocíamos como un buen profesional, honrado y responsable», señaló sobre Kirílov.
En la misma línea se expresaron el jefe del Comité de Asuntos Internacionales, Leonid Slutski, y el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia. El Kremlin, en cambio, se abstuvo de comentar el atentado contra una de las figuras más mediáticas del Ejército; la más importante asesinada hasta ahora fuera del campo de batalla.
Kirílov no es el primero. A principios de este año, Ucrania aseguró estar detrás de la muerte de un alto oficial naval ruso en un automóvil en Crimea, así como de la de un alto cargo del servicio de inteligencia militar GRU delante de su casa, en un pueblo de la región de Moscú. Fuera del ámbito militar, Kiev también acabó con la vida de la propagandista Darya Dugina, hija de un ideólogo ruso ultranacionalista, que murió en el 2023 cuando una bomba hizo estallar el Toyota que conducía.