El coronel que condecoró a Aldama declara que este recaudó fondos para una niña con leucemia

María Salgado
María Salgado REDACCIÓN / LA VOZ

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Francisco José Vázquez, este martes en el Senado.
Francisco José Vázquez, este martes en el Senado. Marta Fernández Jara | EUROPAPRESS

Dice que colaboraba con la Guardia Civil desde el 2017, cuando gobernaba Rajoy

11 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La biografía de Víctor de Aldama es tan poliédrica que parecería ficción si no diese testimonio de ella un coronel de la Guardia Civil. Francisco José Vázquez, jefe de la Unidad Central Especial de la lucha antiyihadista de este cuerpo (UCE-2), compareció ayer ante la comisión que investiga el caso Koldo en el Senado y declaró que la medalla que le impuso en el 2022 al principal imputado por la trama de las mascarillas estuvo motivada por su labor «humanitaria, voluntariosa y altruista», y otras razones que no puede desvelar porque afectarían a la seguridad nacional. El hoy investigado por dos casos de corrupción y en situación de libertad provisional organizó una carrera popular para financiar la investigación de enfermedades raras y una campaña para recaudar fondos para una «niñita» de tres años enferma de leucemia, hija de un agente destinado en Zamora, donde Aldama presidía entonces el club de fútbol local, según explicó este martes el coronel que lo condecoró. Vázquez también confirmó que el comisionista era «colaborador» de la unidad antiterrorista del instituto armado desde finales del 2017 o principios del 2018, cuando gobernaba el popular Mariano Rajoy.

Este mando, que ya había declarado como testigo por este caso ante la Audiencia Nacional el pasado 2 de diciembre, apuntó que Aldama fue captado como confidente gracias a la mediación de Koldo García, exasesor del exministro socialista José Luis Ábalos, y añadió que entonces no tenía «absolutamente ninguna sospecha» de que ambos liderasen una trama corrupta. «La UCO no evoca ningún tipo de alerta o preocupación sobre la conducta de Aldama», insistió Vázquez, que se enteró de que el empresario estaba siendo investigado en un «momento muy tardío», ya en el 2024, poco antes de que este fuera detenido. Sin embargo, admitió que García le había confesado que sospechaba que la UCO lo estaba siguiendo antes de ser arrestado.

Niega órdenes de Marlaska

El coronel negó tajantemente, en cambio, haber recibido «órdenes directas» del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sobre el caso Koldo, ni haber hablado sobre el mismo con ningún miembro del Gobierno. «Este funcionario no ha recibido ningún tipo de indicación y todo lo que ha hecho, desde ir a una cacería hasta imponer una medalla, no tiene que ver absolutamente nada con ninguna directriz política», sostuvo. También tachó de «fábula» que Aldama y el resto de detenidos tuvieran teléfonos encriptados, y precisó que, como mucho, contaban con algún «medio telefónico con tarjetas prepago», pero «ninguna fantasía de medios encriptados o ilocalizables».

El testigo desmintió la intervención de Marlaska en la condecoración de Aldama, que fue una de las 515 personas ajenas a la Guardia Civil que recibieron la Orden del Mérito en el 2022, como tampoco el exministro popular Juan Ignacio Zoido intervino en la medalla que se le impuso a García en el 2018. De hecho, el coronel aclaró que fue un subordinado suyo, el comandante del instituto armado Rubén Villalba, imputado y detenido en marzo por este caso, quien propuso galardonar al comisionista, que le habría pagado, al menos, 88.000 euros a cambio de que le facilitase móviles seguros, consultara bases de datos policiales restringidas y usara a sus subordinados para blanquear dinero, según los investigadores.

Vázquez, que negó que Aldama fuese un «especialista en terrorismo yihadista», indicó que lo conoció en el 2021, aunque su relación no era de amistad, sino profesional. Por ello, contextualizó la cacería en la que participó el imputado en Ciudad Real en febrero del 2023, junto a agentes de la CIA y el FBI, en las «relaciones ordinarias de conciliación con nuestros socios y aliados». También justificó que el empresario «pegara unos tiros» en un centro de entrenamiento del GAR del instituto armado en Logroño en junio del 2021 porque lo solicitó, tenía licencia de armas y no había peligrosidad. «Llevaba mocasines, vaqueros y camisa», no fue un acto de instrucción, defendió.