La princesa Leonor, divertida, cantando y abrazada a sus compañeros en el baile de despedida de la Escuela Naval de Marín
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La primogénita de los reyes participó en el Baile del Ciento, que organizan los guardiamarinas de primero antes de marcharse a navegar en Elcano, y que contó con la asistencia de unos 1.500 jóvenes
11 dic 2024 . Actualizado a las 20:14 h.Totalmente integrada con sus compañeros de promoción de la Escuela Naval de Marín, este sábado a última hora y hasta bien entrada la madrugada del domingo, la princesa Leonor vivió una noche muy especial. En las instalaciones de la Armada, donde la primogénita de los reyes se forma desde este verano, tuvo lugar el tradicional Baile del Ciento; una celebración muy entrañable porque no la organiza la institución militar sino los propios alumnos, en este caso la promoción de Leonor de Borbón, para despedirse de la escuela antes de irse a navegar en Elcano.
El Baile del Ciento, todo un clásico en Marín al que suelen asistir entre 1.500 y dos mil jóvenes, ya que los guardiamarinas invitan a sus parejas, familiares o amigos, suele celebrarse en el mes de noviembre. Este año también iba a hacerse así, pero se acabó retrasando por la dana que asoló Valencia. Finalmente, el acto, al que se requiere ir con esmoquin y vestido largo, se fijó para este sábado en las dependencias de la escuela. Toda esta semana había inquietud en Marín por saber si Leonor, como hacen muchos guardiamarinas de primero, llevaría al baile a algún familiar joven. Se sospechaba que era la ocasión ideal para que acudiese a Marín su hermana e inseparable amiga Sofía. Pero todo parece indicar que finalmente no fue así. O, al menos, distintos asistentes al baile indicaban que no habían visto a la hija pequeña de los reyes, aunque lo cierto es que no era fácil encontrar a nadie entre la enorme concurrencia y ante el hecho de que el baile se celebra en varios salones de la escuela a la vez.
La princesa Leonor, al igual que sus compañeros, llevaba puesto el uniforme de gala de la Armada. Algunas compañeras lucían falda, pero ella apostó por el uniforme de pantalón (en color azul marino). El hecho de que fuese exactamente igual que todos sus compañeros la hacía pasar más desapercibida aún. Eso, precisamente, fue lo que llamó la atención de muchos de los asistentes, que indicaban que Leonor, simplemente, era «una más» y que se le veía totalmente integrada con sus compañeros, a los que abrazaba y con los que se reía y cantaba.
La fiesta, que se parece más a una celebración entre universitarios que a un acto militar, ya que está organizada por los propios alumnos y ellos mismos decoran las estancias, con ornamentos alusivos a los puntos por los que pasarán a bordo del Juan Sebastián Elcano, arrancó con un discreto espectáculo de fuegos de artificio. Habló luego el representante de los alumnos y el director de la escuela, el capitán de navío Pedro Suances. Ambos disertaron sobre la promoción de guardiamarinas de primero y los retos que tienen por delante a bordo del buque escuela de la Armada. Pero no hicieron mención específica a Leonor, como claro síntoma de que la princesa es una más.
Luego llegó la parte lúdica de la noche. Hubo pinchos, bebidas y música, mucha música. Sonaron todas las canciones del momento, de Quevedo a Maluma pasando por Karol G y Taylor Swift. A la princesa, al parecer, no se le vio bailar demasiado, pero sí saludar con afectuosidad a sus compañeros. También fue cómplice de lo que cada año es toda una tradición: que los guardiamarinas de primero se arranquen a cantar temas clásicos verbeneros o de canción española para despedirse por todo lo alto de estos meses de convivencia en la escuela.
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La princesa Leonor contaba con personal de seguridad, que intervenía si alguien amagaba con hacerle fotos. A quienes le pidieron retratarse con ella les dijo, amablemente, que esa noche estaba reservada para festejar con sus compañeros y que en otra ocasión sí se dejaría fotografiar. Eso sí, repartió besos y sonrisas por doquier y quienes estuvieron allí insistieron en sus tablas para ser amable y cercana con todos cuantos acudieron a saludarla. Donde sí se fotografió la princesa fue en un photocall preparado para la ocasión en el que, como en cualquier fiesta que se precie, había gorros y demás atuendos para posar de forma divertida. Lo hizo rodeada por sus compañeros pero, al parecer, las imágenes las recogía el personal de seguridad.
La fiesta, como manda la tradición, se prolongó hasta altas horas y sirvió de despedida para el viaje que la princesa de Asturias hará en el Elcano. El crucero de instrucción del buque escuela comenzará el próximo 11 de enero en Cádiz y hará escala en otros quince puertos de España, Latinoamérica y Estados Unidos.
La primera parada será en Santa Cruz de Tenerife para continuar navegación hacia Las Palmas de Gran Canaria y desde allí cruzar el atlántico hasta Salvador de Bahía (Brasil), Montevideo (Uruguay), Punta Arenas y Valparaíso (Chile), El Callao (Perú), Ciudad de Panamá, Cartagena de Indias y Santa Marta (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana), y Nueva York (Estados Unidos). Luego volverá a a España y visitará los puertos de Gijón, Ferrol, Marín y de nuevo Cádiz.