La Justicia rumana anula la primera vuelta de las elecciones por una supuesta injerencia rusa

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Un mitin proeuropeo, el jueves en Bucarest.
Un mitin proeuropeo, el jueves en Bucarest. Andreea Campeanu | REUTERS

Varios informes de inteligencia denuncian la intervención de un «actor estatal» en el ascenso meteórico del ultra Georgescu

06 dic 2024 . Actualizado a las 22:01 h.

Después de varios amagos que habían quedado en nada y entre constantes señalamientos a una supuesta injerencia rusa, el Tribunal Constitucional de Rumanía anuló este viernes la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 24 de noviembre, ganadas por el ultra prorruso Calin Georgescu. La decisión llegó por «unanimidad» solo dos días antes de una segunda vuelta que ya no tendrá lugar —estaba prevista para mañana—, en la que Georgescu se iba a enfrentar a la europeísta Elena Lasconi.

«El proceso electoral para la elección del presidente de Rumanía será reiniciado en su totalidad. Corresponde al Gobierno establecer una nueva fecha para la elección», alegó el tribunal sobre una decisión sin precedentes en 35 años de democracia en el país balcánico.

Aunque en ese primer comunicado los magistrados no explicaron sus motivos, la maniobra no fue una sorpresa. Rumanía ha vivido un terremoto político desde que Georgescu pasó del 6 % de respaldo que le auguraban las encuestas al casi 23 % que lo llevó a la victoria. Un ascenso meteórico que llegó de la mano de una estrategia injerencista, según varios informes de inteligencia desclasificados el miércoles por el actual presidente, Klaus Iohannis. Una serie de movimientos ilícitos vinculados a un «actor estatal» que la prensa rumana identifica como Rusia.

Lo que dicen los informes

Son cinco y todos llegan a una única conclusión: el país balcánico fue objeto de una «agresiva acción híbrida rusa». De acuerdo con el Servicio Rumano de Inteligencia (SRI), todo empezó dos semanas antes de la primera vuelta, cuando fue activada una red de 25.000 cuentas de TikTok. Muchas de ellas habían sido creadas en el 2016, aunque su actividad fue mínima hasta el pasado noviembre, el momento en que se movilizaron para promover a Georgescu.

Por otro lado, un canal específico de Telegram centralizó instrucciones a cientos de influencers para distribuir contenidos a favor de Georgescu en TikTok, Facebook y YouTube. Una «agresiva promoción» que se hizo efectiva gracias a más de un millón de euros de financiación externa no declarada. Georgescu insiste en que no gastó ni un céntimo en su campaña, lo que expertos en redes sociales aseguran que es imposible.

También se crearon cuentas falsas que se hacían pasar por instituciones del Estado rumano, como la Brigada Antiterrorista, con miles de seguidores y publicaciones favorables a Georgescu. Esto generó la impresión errónea de que dichas instituciones respaldaban al prorruso.

Otro documento del SRI, más analítico, indica que Rumanía es un objetivo prioritario para Rusia. El Kremlin pretende dividir a la sociedad en el Estado, considerado un país «enemigo» por su pertenencia a la OTAN, su papel en Moldavia —una antigua república soviética de lengua mayoritaria rumana— y su apoyo a Ucrania. Para ese fin busca aumentar tensiones internas, generar desconfianza y manipular la agenda pública.

Lasconi, rival de Georgescu: «La decisión pisotea la democracia»

Elena Lasconi, la líder de la formación centrista Unión Salvar Rumanía (USR), que iba a competir por la presidencia con Georgescu en la segunda vuelta de este domingo, se mostró muy crítica con la decisión de los magistrados. «Hoy es el momento en que el Estado rumano pisoteó la democracia. Dios, el pueblo rumano, la verdad y la ley prevalecerán y castigarán a los culpables de destruir nuestra democracia», dijo.

En cambio, el primer ministro del país, Marcel Ciolacu, definió la medida como «la única solución justa». Se necesitan pruebas sólidas, aseveró, para conservar la confianza de los rumanos en las instituciones y en los procesos democráticos. Para Ciolacu, los cinco documentos desclasificados el pasado miércoles demuestran sin lugar a dudas que el resultado «fue descaradamente distorsionado como consecuencia de la intervención de Rusia».

George Simion, líder de la ultranacionalista Alianza por la Unión de los Rumanos (AUR) también criticó la maniobra judicial. La tachó de «vergüenza» y «golpe de Estado», pero llamó a sus seguidores a no salir a la calle. «Este sistema debe caer democráticamente», declaró.