Al Asad pierde dos capitales provinciales en una semana de ofensiva rebelde
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Tras la toma de Hama, los milicianos están a un paso de cortar la autovía M5 y aislar a Damasco de la costa
05 dic 2024 . Actualizado a las 22:58 h.El violento empuje de las fuerzas rebeldes sirias ha dejado otra equis roja en el mapa de Bachar al Asad, esta vez sobre la ciudad de Hama. El Ejército nacional sucumbió ayer a la ofensiva relámpago y se retiró de la segunda capital de provincia que cae en manos de los islamistas, después de Alepo y en poco más de una semana. Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organismo de Liberación del Levante), líder de los grupos insurgentes, consiguió romper las defensas de las tropas de Al Asad después de dos días de presión constante. Entró en la urbe, tomó el aeropuerto militar, el cuartel de la policía y su prisión, de la que liberó a «cientos de reclusos».
La caída de Hama no fue tan fulminante como la de Alepo. Inicialmente, el martes, las tropas damascenas lograron rechazar los asaltos directos por el sector norte de la ciudad, situada en la estratégica autopista M5 que vertebra Siria de norte a sur. De hecho, en la mañana del mismo jueves el Observatorio Sirio de Derechos Humanos —oenegé con sede en el Reino Unido pero con una extensa red de colaboradores en el terreno— informó de que el Ejército había recuperado posiciones en el norte de la urbe. Lo había conseguido gracias a «intensos bombardeos con artillería y misiles, además de intensos ataques aéreos sirios» y de la aviación rusa, uno de los principales aliados de Al Asad en el conflicto.
Pero no era al norte adonde debían mirar. El ataque final, según las imágenes difundidas por los rebeldes, llegó por el flanco este. Las Fuerzas Armadas sirias justificaron su repliegue como una forma de evitar combates dentro del área urbana y señalaron haberse posicionado fuera de la ciudad, que fue atacada «por organizaciones terroristas desde diversos ejes y en gran número, utilizando todos los medios y equipos militares, y con la ayuda de grupos de inmersión».
El avance hacia Hama es realmente significativo para las facciones islamistas. Controlar la ciudad les abre la puerta a al menos cuatro provincias: Alepo, que ya dominan en buena parte tras controlar su capital el pasado viernes; las regiones mediterráneas de Tartús —feudo de Bachar al Asad— y Latakia, donde Rusia tiene su base militar; y, por último, Homs. Si los insurgentes continúan por la M5 y llegan a controlar Homs, Damasco se quedaría totalmente aislada de la costa y de la base de poder de Al Asad, además de dejar fuera de servicio la autovía para el tránsito de refuerzos.
En medio de la ola de euforia, Abu Mohamed al Jolani, líder de HTS, se apresuró a pedir a los militantes de su organización «compasión y amabilidad» en las zonas «liberadas». Y es que el éxito fulgurante de la coalición rebelde, que incluye también a otros grupos opositores apoyados por Turquía, ha despertado miedos de que se vuelvan a repetir abusos de derechos humanos contra civiles, tal y como han denunciado organizaciones como Human Rights Watch. En ese sentido, HTS también prohibió «toda manifestación militar» en Alepo «para no intimidar a la población».