Illa se abraza a Esquerra para desoír las críticas de Page a la financiación
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La Generalitat dice que el nuevo modelo debe recoger el principio de ordinalidad
05 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Salvador Illa sigue haciendo oídos sordos a las voces críticas al nuevo modelo de financiación autonómica pactado con Esquerra, aunque estas provengan de las propias filas socialistas. En el cuartel general del PSC en Barcelona, son muy conscientes de que su futuro al frente de la Generalitat pasa por cumplir el acuerdo suscrito en agosto con los republicanos. Y se atienen a lo que en él se dice, negro sobre blanco, cuando les llueven garrotazos. Como el propinado por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en el congreso federal del PSOE celebrado el fin de semana pasado en Sevilla. Page se dio por satisfecho con que en el cónclave socialista se dijera, según él, «con claridad, que no cabe la ordinalidad en la financiación». O, lo que es lo mismo, el mecanismo que debe asegurar que una comunidad mantiene su posición en el ranking de aportación y recepción de recursos una vez redistribuidos estos entre las diferentes autonomías
La portavoz de la Generalitat, Silvia Paneque, evitó entrar al trapo con un lacónico «en este Gobierno nos alejamos del lenguaje de la confrontación», antes de dejar claro que el Ejecutivo catalán no rebajará sus planteamientos y «será exigente con las necesidades, y más si son de financiación, para desplegar las políticas públicas y reforzar los servicios».
En resumen, el texto del acuerdo de investidura entre PSC y Esquerra, de 25 páginas, sitúa como eje central del nuevo modelo de financiación la salida de Cataluña del régimen común, que permitiría que la Agencia Tributaria de la Generalitat «gestione, recaude, liquide e inspeccione todos los impuestos soportados en Cataluña».
Una réplica del modelo alemán
A cambio, aportaría una cantidad al Estado para sufragar los servicios que presta en la comunidad autónoma y otra, en concepto de solidaridad interterritorial, «subordinada al principio de ordinalidad fiscal». En la práctica, se trataría de una réplica a la española del modelo federal alemán, que pone límites al esfuerzo fiscal de los landers económicamente más potentes en detrimento de los menos pudientes.
Sin embargo, la defensa de la ordinalidad no forma parte solo de los acuerdos del PSC de Illa con Esquerra. Los socialistas catalanes ya lo incluían en su programa de las pasadas elecciones autonómicas, antes de pactar con los republicanos. Entonces, apostaron por activar el consorcio tributario mixto entre la Generalitat y el Estado, ya previsto en el Estatuto vigente, respetando el hecho de que las comunidades que más dinero por habitante aportan a la caja común no sean las que luego menos reciben.
«No estamos de acuerdo en que Cataluña sea la tercera en aportación y la decimocuarta en recepción», resumió Illa por entonces. Un sistema que supondría hasta 4.500 millones de euros más para las arcas catalanas, según datos del año 2021.