Las anchoas del Cantábrico emigran a Francia

somos mar REDACCIÓN / LA VOZ

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PEPA LOSADA

La campaña científica detecta que hay menos biomasa de juveniles, pero son más grandes, se ven más adultos y el «stock» ha desplazado a aguas francesas

03 dic 2024 . Actualizado a las 08:17 h.

La campaña Juvena, que cada año realizan los científicos del centro tecnológico vasco AZTI y los del Instituto Español de Oceanografía (IEO) por encargo del Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco y el Ministerio de Pesca para conocer el estado del stock de bocarte (Engraulis encrasicholus) y otros pelágicos en el Cantábrico ha deparado alguna que otra sorpresa. Para empezar, que no hay tantos ejemplares jóvenes como antes. La biomasa de juveniles calculada se sitúa en las 255.434 toneladas, una cantidad por debajo de la media de la serie histórica, pero por encima de las encontradas entre el 2019 y el 2021.

De todos modos, los biólogos atemperan la importancia de este mal dato señalando que el tamaño medio de los juveniles se ha situado en los 9,7 centímetros, «el segundo más alto registrado desde el inicio de estas campañas», apunta AZTI en un comunicado. Esto es un «indicador positivo para el reclutamiento en la temporada pesquera del 2025», añaden.

Además, aunque hay menos juveniles, la cantidad de anchoas adultas que hay en el caladero es alto. Unas 245.825 toneladas, según han calculado, lo que refuerza la idea de que se está ante un «stock globalmente saludable y sostenible», apunta Guillermo Boyra, responsable de la campaña Juvena 2024.

Pero la principal sorpresa de este año que se han llevado los científicos ha sido la constatación de que los juveniles de bocarte han emigrado a Francia. Las prospecciones han documentado «el desplazamiento de la población juvenil hacia el norte», de forma que la mayor parte del recurso se encontró «localizado en la plataforma francesa, con una presencia este año mínima en el Cantábrico», resume Boyra.

Análisis del desplazamiento

A qué se debe esa mayor querencia por las aguas francesas que por las españolas es todavía una incógnita. «No estamos seguros del motivo de esta distribución espacial tan poco frecuente, pero podría estar influido por las condiciones oceanográficas específicas de la región a lo largo del verano», apunta el director de la campaña. Pero, de momento, es solo una hipótesis: «Este es un aspecto que habrá que estudiar para intentar entender por qué ha ocurrido», añade. La estimación realizada fue validada durante la reunión del grupo de trabajo para la revisión de las campañas de evaluación del suroeste europeo (WGACEGG) y se ha incorporado al consejo científico para la gestión de la anchoa, que permitirá determinar las capturas admisibles de la especie para el próximo año.

Desde hace tiempo que la Juvena sigue un enfoque ecosistémico y se evalúa no solo la biomasa y distribución del bocarte, sino también de otras especies pelágicas de interés pesquero y ecológico. En este sentido, se analizaron factores como la interacción con el plancton y los depredadores superiores, con un registro de 908 mamíferos marinos y 4.273 aves marinas avistadas durante la campaña. Y se ha encontrado también más basura marina en el 2024, sobre todo desechos plásticos, «marcando un repunte respecto a los niveles registrados en años recientes.».