Junqueras o Godàs, la militancia de Esquerra alarga la agonía 15 días más

Xavier Gual BARCELONA / E. LA VOZ

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Oriol Junqueras, la noche del sábado en la sede de ERC en Barcelona.
Oriol Junqueras, la noche del sábado en la sede de ERC en Barcelona. Alberto Paredes | EUROPAPRESS

La candidatura perdedora, partidaria de romper con los socialistas, ejercerá de árbitro

02 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El resultado de la primera vuelta del 30 congreso de Esquerra Republicana ha dejado en evidencia el grado de división interna y el riesgo de ruptura que sufre la formación. Ninguno de los tres candidatos en liza fue capaz de obtener el respaldo del 50 % de la militancia, el mínimo necesario para renovar la dirección. Oriol Junqueras se quedó a 111 votos de conseguirlo, lo que le ha servido a Xavier Godàs para forzar una segunda vuelta, el próximo 14 de diciembre, con ambos como únicos aspirantes al cargo. La rupturista Helena Solà, partidaria de romper los acuerdos con los socialistas en Cataluña y en el conjunto del Estado, y volver a poner la independencia como máxima prioridad, quedó fuera de la lucha final. Sin embargo, los 824 votos que le dieron su confianza pueden ser fundamentales el 14D. Conscientes de ello, los dos aspirantes a la presidencia de Esquerra, Junqueras y Godàs, ya han puesto en marcha sus respectivas maquinarias negociadoras.

Los de Solà y Alfred Bosch no tienen la intención de ponérselo fácil a ninguno de los dos. Así que podría darse la paradoja de que, aunque derrotados, acaben imponiendo su hoja de ruta al futuro presidente. «No nos tientan los sillones», dijo ayer Bosch en RAC1, ante una posible oferta en forma de cargos, bien sea de uno o de otro, antes de tildar de «oficialistas y continuistas» tanto a Militància Decidim (Militancia Decidimos), de Junqueras, como a Nova Esquerra Nacional, de Godàs. «Ponemos deberes a unos y a otros si quieren hablar con nosotros», aseguró el exconcejal del ayuntamiento de Barcelona, quien avanzó que la decisión se tomará esta semana en asamblea. Incluso no descartó dar libertad de voto a los militantes para hacer lo que entiendan que es mejor para el partido.

Godàs es, a priori, quien más necesita estos apoyos. Con ellos podría neutralizar los 850 votos de ventaja que le sacó Junqueras el sábado e inclinar la balanza de la presidencia a su favor. También podría arañar alguno de los 244 que optaron por votar en blanco, procedentes de la cuarta candidatura en liza, la del colectivo crítico Primero de Octubre, los nostálgicos del procés, descabalgados a la primera por falta de avales. En segunda vuelta, ya no será preciso superar el 50 % de los votos, bastará con obtener uno más que el rival para hacerse con la presidencia, la secretaría general y el consejo nacional.

Consciente de que necesita a Foc Nou si quiere derrotar al hombre que ha dirigido Esquerra durante los últimos 13 años, el exalcalde de Vilassar de Dalt insistió ayer en que «hace semanas nadie esperaba que pudiéramos llegar donde estamos; hemos podido detectar la fuerza del cambio». Sobre el riesgo de ruptura en el partido, e incluso una hipotética escisión, Godàs lo descarta: «La militancia nos pide un cambio con unidad, el partido no se dividirá». Aunque advirtió de que «si no gana el cambio, iremos por el pedregal». Por su parte, Elisenda Alamany, candidata a la secretaría general con Oriol Junqueras, señaló que la militancia republicana quiere un «liderazgo fuerte» y dejó claro que «sumamos más que las otras dos candidaturas juntas».