El Gobierno solo ha pagado el 0,5 % de las ayudas un mes después de la dana
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Ni el Ejecutivo central ni la Generalitat Valenciana priorizan las ayudas directas a afectados
30 nov 2024 . Actualizado a las 08:52 h.Un mes después de que la dana arrasara localidades de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía, las zonas más afectadas y sus vecinos conservan una estampa similar a la del día después de las inundaciones: barro, coches y escombros. Y es que las ayudas para paliar los efectos de la catástrofe llegan muy a cuentagotas. Así lo ilustraron el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y la Generalitat Valenciana, que por los datos que arrojan revelan que la percepción de compensaciones apenas llega al 0,5 % de lo prometido por las administraciones públicas responsables de distribuirlas entre la población.
El ministro Cuerpo aseguró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este jueves que las ayudas por la dana se producirían de forma «progresiva, pero sustantiva y significativa». Pero tras aprobarse en el Ejecutivo más de 16.648 millones en ayudas, el titular de Economía puso de relieve que «las que han llegado a los afectados totalizan 92 millones de euros» con la esperanza de que «vayan a seguir incrementándose de manera bastante significativa en los próximos días». Esto supone que solo el 0,5 % de las ayudas fueron entregadas.
Las prestaciones que han llegado fueron contabilizadas por el Consorcio de Seguros, que repartió dicha cantidad a 1.700 viviendas y comunidades de propietarios, 3.500 vehículos y 300 comercios a raíz de las más de 100.000 solicitudes recibidas en el organismo. Además, los 92 millones tan solo suponen el 2,6 % de los fondos que el propio Consorcio emplea para subsanar los daños a los afectados por la dana.
Ni la Moncloa ni la Generalitat
Los números que ofrece la Moncloa siguen esta lectura. El primer decreto ley para sufragar a los damnificados, por ejemplo, recogía una batería de «ayudas directas pymes y autónomos de las zonas más gravemente afectadas por la dana, por valor de 838 millones de euros. Para autónomos y empresas de menos de un millón de euros de facturación, se entregarán 5.000 y 10.000 euros respectivamente. En el caso de empresas con una facturación mayor a 10 millones, las ayudas podrán incrementarse hasta 150.000 euros». Nunca llegaron.
Del mismo modo, tampoco llegaron los 3.675 millones a manos de los valencianos, ya que este paquete priorizaba, pese a tener como objetivo «100.000 hogares, 400.000 trabajadores y 30.000 empresas», el Plan de Acción contra el Lodo y la restauración de las explotaciones agrarias. Pero quedó en saco roto.
Muchas de las ayudas concedidas, además, no llegan a manos de los afectados directamente porque suelen llegar en forma de descuentos impositivos, lo cual dificulta aún más su recuperación.
Pero no solo el Gobierno central tiene pendiente la adjudicación de más del 99,5 % de las ayudas prometidas. La Generalitat Valenciana, que preside el popular Carlos Mazón, tampoco ha dado la talla en este mes de consecuencias y ha entregado tan solo 22 millones de los 400 prometidos. Mejora la cifra al 5,5 % del total que ha llegado a manos de la población, pero no satisface la urgencia con la que los damnificados reclaman sus compensaciones.
Tanto asociaciones como Cáritas como clubes de fútbol, cadenas de supermercados e instituciones internacionales han llegado con más facilidad a su destino a la hora de entregar ayudas. Y dada la situación, muchos comercios, especialmente del Levante, dibujan un futuro incierto sobre si continuar con su actividad económica o no. Y en este contexto, echar la persiana significa perder lo prometido y lo propio.
Letur busca la normalidad tras el caos
d. carcelén
toledo / efe
Hace 30 días, una riada como no recuerda nadie en Letur, un pequeño pueblo enclavado en la Sierra del Segura (Albacete), inundaba en cuestión de minutos las calles que dan acceso al casco viejo, arrasando todo a su paso, incluso la vida de seis vecinos de una población que apenas albergaba ese martes a 150 personas. Un mes después de aquel 29 de octubre, el pueblo ya está en la senda de la recuperación.
Una de ellas era Laura, natural de Honduras, que estaba en su casa cuando, de repente, empezó a entrar agua por todas partes y, cuando se quiso dar cuenta, le llegaba hasta el cuello. Pensaba que se ahogaba. Pudo abrir una ventana, lo que permitió que el nivel bajara dándole un respiro hasta que, seis horas después, lograron rescatarla a ella y a su hija. Sus vecinos, el matrimonio que vivía arriba, no tuvieron tanta suerte; a ambos se los llevó la riada mientras sus dos hijos estaban en clase.
Laura rememora lo sucedido mientras llora porque, si bien da gracias por estar viva, lo ha perdido todo. Tiene dificultades para caminar desde aquel martes, cuando pasada la una de la tarde, llegó la inundación sin que ni siquiera lloviera en Letur.
Las tareas de limpieza avanzan y ya se ha derruido más de una docena de viviendas, pero 45 familias siguen a la espera de volver a la casa donde estaban hace un mes. Ahora, no hay vecino que no coincida en decir que lo peor de esta tragedia ha sido la angustiosa búsqueda de los seis cuerpos, que terminó ocho días después de la riada.
Desde la noche de aquel martes, Letur, cuyo acceso a la plaza había quedado «como si hubiese caído una bomba», afirman los vecinos, se convirtió en un hervidero de actividad. Desde los reyes de España hasta la cantante María Rozalén, vecina de Letur, así como autoridades políticas locales, regionales y nacionales visitaron un pueblo que no acaba de acostumbrarse a ser el centro mediático, aunque la mayoría, como María Dolores y Laura, agradecen la atención y piden que Letur vuelva a ser el de siempre.
Los trabajos no cesan
Su joven alcalde, Sergio Marín, admite que no se pueden dar fechas para la recuperación, pero sí asegura que personal del municipio trabaja a diario, junto a los voluntarios, que no fallan ni un solo fin de semana.
Este pueblo de la Sierra del Segura necesita volver a ser el de antes. «Letur vive del turismo, quién va a querer venir aquí con lo que ha pasado», se preguntaba María Dolores, maestra y concejala en la oposición.
María Dolores espera regresar pronto a su casa, «en cuanto tenga luz, agua, termine de quitar el barro de la cocina y aseguren que no hay peligro», explica, al tiempo que asegura que no volverá sola. Se llevará con ella a Pedro, un pastor de 85 años, con quien la han realojado y que lo ha perdido todo.
Un mes después, Letur, «despacio, pero con las cosas bien hechas», como dice María Dolores, mejora. Prueba de ello es que ya se puede acceder a la plaza, que apenas ha sufrido daños. Otro síntoma son las luces de Navidad que, a petición de los escolares, ya están preparadas alrededor del colegio. Pero nadie olvida aquel fatídico 29 de octubre.