Lobato cede a la presión y dimite de la secretaría general del PSOE de Madrid
ACTUALIDAD
Admite diferencias con la dirección del partido y dice querer evitar el choque
28 nov 2024 . Actualizado a las 09:05 h.«He tomado la decisión de no continuar como secretario general del PSOE de Madrid. Lo hago para poner freno a una situación de enfrentamiento y división grave que se estaba generando en el partido, que solo iba a dañar al PSOE en Madrid». Así comienza la carta enviada a los medios por Juan Lobato para anunciar su dimisión como responsable de los socialistas madrileños después de que se conociese que registró ante notario una conversación con Pilar Sánchez Acera, jefa de Gabinete del ministro Óscar López, sobre la supuesta filtración del correo que envió el novio de Isabel Díaz Ayuso a la Fiscalía reconociendo que había cometido un doble delito fiscal contra Hacienda.
Lobato ha perdido el pulso con Ferraz, que apostaba precisamente por Óscar López para sustituirlo en unas primarias. Y esa ruptura se produce solo un día después de negarse en una comparecencia pública a dejar el cargo, al tiempo que denunciaba ser víctima de un «linchamiento» por parte de algunos miembros de su partido. El PSOE se revolvió contra la «traición» y le reclamaba que asumiera su derrota para no llegar con la polémica al congreso federal que la formación celebra este fin de semana en Sevilla.
El ya ex secretario general del PSOE-M, que representaba al sector del partido «más centrado», buscaba aprovechar el antiguo voto de Ciudadanos, lo que le valió críticas de los municipios del sur de Madrid, mientras desperdiciaba la crisis de Más Madrid para sisarle apoyos. El perfil de Lobato chocaba con la crispación en la Asamblea de Madrid, donde como tercera fuerza pasó bastante desapercibido estos últimos tres años. Con un discurso plano y alejado de hostilidades, únicamente le dieron foco sus desavenencias con la línea oficial del PSOE. Criticó la amnistía, la financiación singular de Cataluña y la reforma de la malversación.
Diferencias con «la dirigencia»
Ayer se justificaba: «Recuperar el respeto y la educación en la política ha sido esencial para mí estos tres años. Tener el respeto de los tuyos y también el de quienes piensan diferente». Pero también lanzaba algún dardo algo romo: «Sin duda mi forma de hacer política no es igual ni quizá en ocasiones compatible con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene. No pasa nada. Lo asumo democráticamente».
En su misiva anuncia que seguirá militando: «Mi compromiso con el PSOE sigue y seguirá ahí. Hoy doy un paso al lado del liderazgo. Pero tenéis mi compromiso de que en cada etapa futura que corresponda asumiré mi responsabilidad». Asimismo, recuerda que la formación «debe de tomar las decisiones por mayoría y esas decisiones se deben argumentar, compartir y no imponer».
Con su dimisión, Lobato se libra de acudir el fin de semana al congreso del PSOE en Sevilla, pero el viernes tendrá que ir a declarar al Tribunal Supremo ante el juez que investiga al fiscal general por la supuesta filtración de correos del abogado de Alberto González Amador, el novio de Isabel Díaz Ayuso. El socialista insistió en varias ocasiones en que acudió al notario a registrar la conversación con la jefa de Gabinete de Óscar López para poder demostrar que ni el PSOE ni la Moncloa obtuvieron esos correos antes de su publicación en prensa.
Niegan presiones
Varios dirigentes del PSOE y ministros del Gobierno rehusaron ayer comentar la dimisión de Juan Lobato como líder de los socialistas madrileños y se limitaron a decir que respetan su marcha. El secretario de organización, Santos Cerdán, opinó que se trata de «una decisión personal» que «respeta» y negó que lo hubieran presionado para que abandonara el cargo. «Respeto lo que haya hecho el señor Lobato», reaccionó la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Bolaños (Justicia), Diana Morant (Ciencia) y Óscar López, (Transformación Digital) no quisieron hacer valoraciones.
Ahora, mientras la federación madrileña está a la espera de que Ferraz confirme si será Óscar López el encargado de zurcirla, el conflicto por los dos delitos fiscales reconocidos por el novio de Ayuso se ha cobrado su primera víctima, no en su casa, sino en la de enfrente. La segunda podría ser el fiscal general del Estado.
El PNV critica las exageraciones de Feijoo y le pide que «no corra» para ser presidente
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, considera que el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, actúa con «precipitación» y «exageraciones grotescas» contra el Gobierno de coalición, incluso poniendo «en riesgo» los equilibrios en la Unión Europea, por lo que le ha aconsejado calma si aspira a convertirse en presidente del Gobierno: «No corra, ya vio lo que le pasó a Albert Rivera, ni intente conquistar el cielo de un asalto, ya sabe qué le ocurrió a Pablo Iglesias».
Esteban advirtió a Feijoo de que la «caricaturización grotesca» del adversario y las exageraciones «no son propios de alguien con talla de estadista si aspira a convertirse en presidente».
«No espera usted ni siquiera un día para dar por válidas las acusaciones de un delincuente confeso, para lanzar un anuncio inconcreto de moción de censura y, además, apelando a terceros», censuró el político vasco, para posteriormente calificar la actitud del dirigente popular como «demasiado precipitada».
En ese sentido, Esteban le ha pedido a Feijoo «calma» porque, a su juicio, «no es de recibo» llegar a poner «en peligro» Europa —en referencia a la crisis generada por el nombramiento de la exvicepresidenta tercera Teresa Ribera como comisaria— en medio de una crisis «geoestratégica mundial». «Lo único que demuestra es precipitación y falta de equilibrio sin poner en valor qué cuestiones pueden estar en riesgo», lamentó.
Bronca en el Congreso: «Si Aldama es Filemón, usted es Mortadelo»
cristina cándido
La dimisión del líder de los socialistas madrileños Juan Lobato irrumpió en la sesión de control mientras el presidente del Gobierno respondía las preguntas de Alberto Núñez Feijoo sobre la corrupción, pero no fue hasta el turno de la secretaria general Cuca Gamarra cuando el PP utilizó la renuncia del socialista y su pulso con Ferraz para atacar al Ejecutivo. «Quedan horas para el congreso federal, parece que no se va a purgar a los corruptos, pero el señor Lobato ya ha dimitido, pueden estar ustedes todos tranquilos», comenzó la secretaria general del PP en su cara a cara con Yolanda Díaz. Antes de este lance, el jefe de la oposición preguntó a Pedro Sánchez si estaba más preocupado por «los posibles wasaps entre la Moncloa y el fiscal general del Estado, o la próxima declaración del señor Aldama». El jefe del Ejecutivo esquivó el primer asalto acusando a Feijoo de dar «más credibilidad a un delincuente confeso que a la Aemet» en alusión a la dana. Pero tras el siguiente golpe del jefe de la oposición — «si como dice usted es un delincuente, es su delincuente»— Sánchez volvió a agitar la fotografía del líder del PP con el narco Marcial Dorado. «Lecciones ninguna de alguien que tuvo como amigo a un delincuente, Marcial Dorado; se sienta en el despacho de una sede financiada en b, ha sido el único partido condenado por financiación irregular y fue aupado para tapar los casos de corrupción de la Comunidad de Madrid», defendió.
El PP también exigió responsabilidades a Sumar por asumir la presunta corrupción del PSOE. En concreto, a la vicepresidenta segunda a la que le afeó enarbolar un discurso de «tolerancia cero» ante la corrupción salvo cuando afecta a personas con «carné del PSOE». Díaz recriminó al PP que su corrupción «ha costado al país 68.000 millones» y criticó los 62 millones de euros «adjudicados a dedo a empresas de la trama Gürtel» por el presidente valenciano. Los populares dirigieron cinco preguntas al ministro Félix Bolaños, pero el duelo más duro fue con Cayetana Álvarez de Toledo, que lo vio «histérico» por la investigación al fiscal general y lo calificó de «torpe» por llamar a Aldama «agente de la TIA»: «Si Aldama es Filemón, usted es Mortadelo». Bolaños afiló el verbo y calificó a la diputada de «historia viva del bulo» por ser una de las «principales propagadoras» de los que se vertieron sobre los atentados del 11M en Madrid. A diferencia de «Luis sé fuerte, hacemos lo que podemos», que dijo Rajoy, Sánchez no compadrea con un «delincuente confeso», defendió.