«Es impresionante que haya órdenes de arresto contra Netanyahu y Putin»

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Luis Moreno Ocampo.
Luis Moreno Ocampo. A. Martínez

Afirma que las acusaciones contra el primer ministro israelí son incontestables

28 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Moreno Ocampo (Buenos Aires, 1952) fue fiscal adjunto a Julio César Strassera en el histórico juicio a las Juntas militares argentinas (1985), el primer fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (2003-2012) y profesor en las universidades de Harvard y Yale. Publica Guerra o Justicia. Hacia el fin de la impunidad (Espasa).

—¿Cómo valora la orden de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional contra Benjamin Netanyahu y su anterior ministro de Defensa Yoav Gallant por su presunta responsabilidad en crímenes de guerra y contra la humanidad en Gaza?

—Es muy importante, impresionante, que haya un tribunal internacional que investigue lo que pasa en Gaza y actúe, emitiendo esas órdenes de arresto, ante la sospecha fundada de que se están cometiendo crímenes de lesa humanidad. Eso no pasaba antes. No se trata de una decisión política, porque el TPI también ha ordenado la detención de Putin y está investigando a Maduro. Todo el mundo sabe, porque lo dijo Gallant desde el principio, que Israel está utilizando el hambre como arma de guerra y cómo está afectando a los civiles. Los hechos son clarísimos y constituyen crímenes de guerra y contra la humanidad.

—¿Qué supondrán en la práctica estas órdenes?

—Limitarán los movimientos de Netanyahu, que en principio no va a poder viajar a 124 estados, que son los firmantes del Tratado de Roma por el que se creó el TPI. Los jueces han hecho lo máximo que podían hacer, analizar los hechos y tomar una decisión, pero implementar las órdenes corresponde a los Estados. Si queremos evitar las guerras, como la de Ucrania o la de Oriente Medio, que pueden escalar más, hay que someterlas a la justicia. Un líder elegido democráticamente no puede cometer crímenes. Hay una vía legal muy clara para detener las órdenes de arresto, que se abra una investigación judicial transparente e independiente en Israel sobre lo que han hecho Netanyahu y Gallant.

—Estados Unidos ya ha dicho que es inaceptable.

—Biden lleva desde el inicio suplicando a Netanyahu que deje entrar agua y comida a Gaza. Provee las armas a Israel y lo protege pero no logra imponer nada, cero, a Netanyahu. Es decir, no ha logrado evitar que cometa un crimen. No sé lo que va a hacer Trump, pero si Estados Unidos suspende su ayuda militar a Israel, la guerra se acaba. Lo que sí digo es que con Trump no se van a acabar las guerras, como tampoco habría pasado con Kamala Harris.

—¿Cuál es el objetivo de su libro Guerra o Justicia?

—Mostrar cómo coexisten un orden mundial viejo y otro que está emergiendo. El primero se basa en la guerra, y lo llevamos usando 5.000 años, pero ahora con las armas atómicas o la capacidad de Israel de poner una bomba en los buscas o en los walkie-talkies, se ha hecho incompatible con la vida humana. Por eso digo que el videojuego Fortnite es una metáfora del mundo en guerra, porque solo queda uno que mata a todos los demás. El Tribunal Penal Internacional es una parte de un nuevo modelo y tiene como objetivo que no se cometan crímenes masivos. Al mismo tiempo que se siguen cometiendo, este organismo lo controla y funciona como elemento disuasorio. Frente a la lógica binaria de amigo-enemigo de la guerra que lidera EE.UU., está la de la justicia, que está emergiendo y tiene un liderazgo difuso. O construimos un mundo en el que los amigos pueden hacer cualquier cosa o hacemos que la ley sea respetada por todos.

—Los ataques y contraataques entre Israel e Irán confirman la tesis de su libro.

—Muestran la dinámica que produce la guerra: hay que responder a cada ataque con otro. Ningún país quiere demostrar debilidad y se siente obligado a escalar la violencia, todos aceptan que la otra parte debe responder. La guerra produce venganza. Una investigación judicial, en cambio, la evitaría.

—Resume el fracaso de la guerra contra el terrorismo en lo que el general McChrystal, que lideró las tropas de EE.UU. en Irak y Afganistán, llama «matemática de la insurgencia»: si hay diez insurgentes y matas a dos, habrá 20.

—La guerra no acaba con el terrorismo. La guerra produce venganza, la justicia la evita. Imagínese lo que pasará en Gaza. No acabará con el terrorismo, lo multiplicará.

—Hay una orden de arresto contra Putin por crímenes de guerra, pero no es por la invasión de Ucrania ni por las matanzas de civiles, sino por el secuestro de los niños ucranianos que llevaron a Rusia.

—El fiscal astutamente encuentra crímenes que puede probar. Podría armar casos más complicados por cada bombardeo, pero prefiere este, que es muy claro. En cualquier caso, soy partidario de negociar con Putin sobre Ucrania.

—Afirma que Hamás comete genocidio contra Israel.

—Ellos dicen públicamente que quieren eliminar a los israelíes, creen que es su deber. El crimen de genocidio se define por la intención, que se puede implementar de distintas formas: entre ellas, matanzas o generar unas circunstancias que hagan imposible la vida, que es lo que está haciendo Israel en Gaza.

«Maduro tiene una investigación abierta en el TPI, considera enemigos a los disidentes y amenaza a los jueces»

El TPI tiene abierta una investigación sobre Venezuela y la fiscalía ha advertido a Nicolás Maduro de que está analizando las muertes y encarcelamientos masivos cometidos tras las elecciones fraudulentas. «Hay una posibilidad muy clara de que al fiscal, al que no le tembló la mano para procesar a Putin y Netanyahu, lo haga con Maduro», asegura. «No mata a tanta gente, persigue a la oposición, ahora la fiscalía investiga a la líder opositora Corina Machado por traición a la patria, considera que los enemigos de Venezuela son EE.UU, Colombia y los disidentes, usa y amenaza a jueces y fiscales para que hagan lo que quiere, con lo que hace más difícil demostrar que es un crimen», explica. «La jueza que ordenó la detención de Leopoldo López contó que fueron 18 hombres a su despacho a exigirle que emitiera una orden de captura contra él», señala. «Como se negó, le dijeron hágalo si no quiere que le pase como a la juez Ayuso, a la que metieron presa y torturaron porque no hizo lo que le pidieron». Entonces «asustada, firmó la orden de detención de López y se exilió». «Tras las elecciones encarcelaron a dos fiscales que se negaron a cumplir sus órdenes, es todo ilegal, pero enmascarado por decisiones judiciales», añade. En su opinión, «Zapatero tiene que cambiar radicalmente su papel, si no estará siendo partícipe de una dictadura». Pero cree que «hace falta una mediación política, que respete a las víctimas y al pueblo».