La Agencia Estatal de Meteorología ha anunciado que se ha establecido una nueva marca histórica de viento
27 nov 2024 . Actualizado a las 14:32 h.Tras la formación de la dana histórica el pasado 29 de octubre, la atmósfera no ha tardado demasiado tiempo en generar otro potente sistema de bajas presiones que ha impulsado un registro en España muy difícil de observar.
La borrasca Bert he dejado una racha de viento de 236 kilómetros por hora en el mirador del Cable, en el Parque Nacional de los Picos de Europa. Se trata del nuevo récord absoluto en España peninsular según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología.
Resulta curioso que Bert haya generado esta marca sin precedentes en España. El ciclón extratropical estaba situado bastante lejos de la Península, al noroeste de Irlanda. De hecho, no fue la Aemet el organismo que bautizó la borrasca ni ninguno otro del Grupo Suroeste europeo del que forma parte, integrado por los Servicios Meteorológicos Nacionales de Portugal (IPMA), Francia (Météo-France), Bélgica (RMI), Luxemburgo (MeteoLux), sino la Agencia Meteorológica del Reino Unido (Met Office). Irlanda, Escocia e Inglaterra fueron los países que sufrieron su impacto más directo.
Para entender cómo ha sido posible establecer este récord hay que introducir el concepto de gradiente de presión, que es la diferencia de presión que existe entre dos puntos. En este caso el que había entre la borrasca y el anticiclón situado sobre el Mediterráneo.
En cuanto Bert apareció en los mapas de predicción, enseguida llamó la atención por la caída de la presión mínima central mientras viajaba por el Atlántico. El calificativo explosivo, que describe un descenso de 20 milibares (mb) en 24 horas, se quedaba corto. Bert experimentó lo que se conoce en meteorología como bombogénesis, cuando cae más 24 mb en un día. Al final fueron 46 mb en una sola jornada. Su presión mínima cayó por debajo de los 940 milibares en algunos momentos.
Una presión tan baja se traduce en vientos fortísimos en el área de influencia de la borrasca. Sin embargo, también estaba el anticiclón al este de la Península con una presión de unos 1.035 milibares. La diferencia entre ambos sistemas superó los 90 milibares y comprimió mucho las isobaras sobre el norte de España, propiciando esa racha de viento histórica. También hay que tener en cuenta la orografía. La estación meteorológica donde se estableció el récord se encuentra en una zona muy alta, a más de 2.000 metros, y muy expuesta a los vientos de componente sur.
Eso sí, hay un récord que no ha sido capaz de superar. El 28 de noviembre del 2005, la tormenta tropical Delta dejó una racha de 248 km/h en el observatorio de Izaña, en Tenerife. En Galicia el registró máximo le pertenece a la borrasca Klaus. Durante la madrugada del 23 al 24 enero del 2009 se midió en la estación de la Aemet en Estaca de Bares una racha de 229 kilómetros por hora.