Rusia justifica su misil hipersónico en que Occidente no tiene límites para derrotarla

Redacción LA VOZ

ACTUALIDAD

Un militar ucraniano muestra partes de un misil balístico ruso usado en un ataque a Dnipró
Un militar ucraniano muestra partes de un misil balístico ruso usado en un ataque a Dnipró Valentyn Ogirenko | REUTERS

Advierte a Corea del Sur contra el suministro de material letal a Ucrania

25 nov 2024 . Actualizado a las 16:27 h.

El Kremlin aseguró ayer que Rusia decidió lanzar la semana pasada, por primera vez, un misil balístico hipersónico contra Ucrania porque Occidente «está dispuesto a todo» para asestarle una derrota estratégica.

«Efectivamente, el Occidente colectivo, liderado por Estados Unidos, demuestra que está dispuesto a todo para aplastar a Rusia e infligirle una derrota estratégica», aseguró Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en declaraciones a la televisión pública que recoge Efe. De ahí, añadió, «esas señales de advertencia en el sentido de ‘ni se te ocurra'. Me refiero al ataque realizado con el nuevo misil, que fue muy oportuno, demandado y efectivo». Peskov valoró que «cualquier acción consiguiente no es una escalada. Son pasos de respuesta a la escalada provocada por los occidentales».

El portavoz de Putin aseguró que Moscú confiaba en que las potencias occidentales atendieran los avisos del Kremlin, como cuando el presidente ruso dijo en septiembre que si daban permiso a Kiev para el empleo de misiles de largo alcance eso significará que EE.UU. y la OTAN «están en guerra con Rusia». Peskov aludió a que en Estados Unidos se juntan muchos factores como la «sed de venganza».

En cuanto a la doctrina nuclear, explicó que la decisión se había tomado hace meses para reaccionar a la nueva fase del antagonismo con Occidente y a sus pasos «cada vez más imprudentes». Peskov acusó a la Administración de Joe Biden de hacer todo lo posible «para escalar la situación tanto que las condiciones para la paz estén condenadas al fracaso», recoge Efe.

Putin anunció el pasado jueves que Moscú había utilizado el nuevo misil balístico supersónico Oreshnik (Avellano) para golpear una fábrica de cohetes en la región oriental de Dnipró.

Al día siguiente, amenazó a Europa con una nueva carrera armamentista al revelar la producción en serie de una nueva generación de misiles hipersónicos capaces de alcanzar en cuestión de minutos las principales capitales europeas. Y en la misma semana, Putin promulgó la nueva doctrina nuclear rusa que permite respuestas con armamento atómico a ataques convencionales.

 Ruptura de relaciones

Además, el Kremlin advirtió ayer a Corea del Sur contra el suministro de armamento letal a Ucrania tras el despliegue de tropas norcoreanas en territorio ruso y el supuesto suministro de armamento antiaéreo ruso a Pionyang, recoge el citado medio.

«Seúl debe ser consciente de que el posible empleo de armamento surcoreano para matar a ciudadanos rusos destruirá definitivamente las relaciones entre nuestros países», dijo Andréi Rudenko, viceministro de Exteriores ruso, a la agencia TASS. El diplomático añadió que, en ese caso, Rusia responderá, «por supuesto, con todos los medios que consideremos necesarios», lo que, «difícilmente reforzará la seguridad de la propia República de Corea». Al mismo tiempo, llamó a Seúl a no dar «pasos imprudentes» y expresó su confianza en que apueste por sus intereses nacionales a largo plazo y no por situaciones coyunturales «dictadas desde el exterior».

La delación gana fuerza en un país en guerra consigo mismo 

La delación, práctica de control empleada por regímenes totalitarios como la Unión Soviética o Cuba, ha ganado fuerza en los últimos tres años por la guerra en Ucrania, que ha exacerbado los más bajos instintos de algunos rusos. «La delación es una comunicación anónima y nosotros todo lo hacemos abiertamente», arguyó Yekaterina Mizúlina, jefa de la liga para un internet seguro, quien ha denunciado a decenas de blogueros y artistas rusos. Según la organización OVD-Info, ya son centenares las personas que han sido investigadas o multadas y más de una veintena las condenadas por acusaciones en ocasiones sospechosas. El motivo de las delaciones va desde el patriotismo más empecinado a la manía personal, trabajos de encargo o a la necesidad de ganar puntos con las autoridades de turno, informa Efe.

Mizúlina, hija de una alta funcionaria cercana al Kremlin, labró su fama de delatora al perseguir a internautas que desprestigian «la operación militar especial» en Ucrania. La Justicia rusa está aceptando a trámite las acusaciones.

Es el caso de la pediatra de 68 años Nadezhda Buyánova, condenada a 5,5 años de cárcel por criticar al Ejército. Ella lo niega, pero una paciente, cuyo marido murió combatiendo en Ucrania, la acusó de decir que los soldados son un objetivo «legítimo» para Kiev. Y es que Buyánova nació en el país vecino, pero en una familia ruso-bielorrusa.

Curiosamente, la Justicia consideró improcedente el despido de Buyánova y exigió a la clínica que le permitiera reincorporarse a su puesto de trabajo y la indemnice con casi un millón de rublos (unos 10.000 dólares).

Los famosos tampoco están a salvo

Estudiantes delatando a profesores por criticar la guerra en Ucrania; la directora de un colegio denunciando a una niña de diez años, que fue interrogada por la policía; un hombre acusado por un amigo por condenar la matanza de Bucha.

El mensaje es que nadie está a salvo de ser acusado por un colega, vecino o desconocido. Ni siquiera los famosos.

De hecho, otro delator oficial por excelencia, Vitali Borodin, diputado oficialista y director del proyecto federal de seguridad y lucha contra la corrupción, ha dedicado los últimos años a denunciar a los artistas que son críticos con la campaña militar. Borodin se ha dirigido a la Fiscalía para que investigue incluso a intocables como Alla Pugachova, la cantante más famosa de la historia de este país, por supuestamente financiar al Ejército ucraniano y mantener contactos con los servicios secretos occidentales.

Entre sus logros figura la catalogación de indeseable en Rusia del portal de investigación Proekt y la persecución por traición de la veterana actriz Lia Ajedzhákova, nacida en Ucrania, quien tuvo que abandonar su teatro por condenar la guerra y defender al fallecido líder opositor, Alexéi Navalni.

Los expertos consideran que el hecho de que la delación sea considerada prueba en un caso penal es una demostración de la transformación de la Justicia en un aparato represor que castiga toda muestra de disenso y de la miseria moral que aqueja a la sociedad rusa en tiempos de guerra.

¿Premiar o castigar al delator?

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha criticado en varias ocasiones la delación, que consideró una práctica «repugnante». «Si hablamos de criticar abiertamente una u otra cosa con el rostro al descubierto, eso es algo bueno, mientras que la delación fue, es y será algo malo», dijo.

El partido Nueva Gente remitió al Gobierno un proyecto de ley con una enmienda al código administrativo que permite castigar a aquellos que delatan de manera repetitiva a sus conciudadanos en su propio beneficio. El castigo, que incluiría hasta 100 horas de trabajos sociales y restricciones en la administración de redes sociales, intenta perseguir a organizaciones que se dedican a presentar denuncias ante las fuerzas de seguridad simplemente para llamar la atención.

En cambio, Rusia Unida, el partido del Kremlin, replicó que no apoyará dicho proyecto, aunque sus autores consideran que «la delación masiva quita tiempo a las fuerzas de seguridad para perseguir a los auténticos delincuentes». «Rusia Unida no lo apoyará. He hablado con todos los diputados. Nadie lo apoya», dijo Vorodin, mientras algunos abogados han pedido incluso penas de cárcel y millones de rublos en multas contra los delatores, informa Efe