El Gobierno italiano retira trabajadores y agentes de policía de sus centros para inmigrantes en Albania
ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores
La oposición y las oenegés echan en cara a Meloni el fracaso de su política en materia de migración
26 nov 2024 . Actualizado a las 18:15 h.En los últimos días, el Gobierno italiano ha ido retirando a la mayor parte del personal especializado de los controvertidos centros de deportación de migrantes creados en Albania por el Ejecutivo dirigido por la ultranacionalista Giorgia Meloni. Además de unos cincuenta policías, han regresado a Italia muchos de los trabajadores de la cooperativa que supuestamente tenía que gestionarlos. Y es que los centros de Gjäder y Shëngjin se quedaron sin migrantes tras la decisión de los jueces de varios tribunales, empezando por el de Roma, de suspender la retención de los pocos migrantes que habían sido trasladados a Albania.
Los medios progresistas tachan de fiasco la iniciativa con la que la primera ministra quería resolver, al menos en parte, un asunto que muchos votantes de derechas consideran prioritario: la inmigración irregular. Por ahora, solo permanecerán en los centros parte del personal médico y de limpieza, de origen albanés, así como un reducido número de policías. La oposición y las oenegés de derechos humanos consideran que el regreso de los agentes y los trabajadores a Italia confirma el fracaso de la política del Gobierno en materia de inmigración.
Entre los motivos de las críticas se encuentran los gastos generados por el plan, que, según las estimaciones difundidas por el Gobierno en abril, superarían los 500 millones de euros hasta el 2028. Y, según los cálculos de medios italianos, el coste de cada viaje de ida con el que el buque de la Marina Militar llevó a los migrantes a Albania ascendió a 25.000 euros solo en combustible.
El ex primer ministro centrista Matteo Renzi escribió en X (antes Twitter) que Meloni ha «reculado» tras construir en Albania «una instalación faraónica con los impuestos de las familias italianas, una instalación destinada a pudrirse» y calificó la iniciativa de la primera ministra de «despilfarro de recursos sin precedentes, querido únicamente por un capricho electoral». Para Renzi, Meloni «quería mostrar al mundo que con ella iba a cambiar la música en lo de la inmigración. Incluso hubo quien le dio crédito. Pero hoy está claro que no ha cambiado nada».