«Estoy muy contento de llevar una vida sin alcohol», se sincera el presentador en su blog desgranando como ha sido el proceso y asegura que «no quiero volver a ese tiempo en el que bebía para olvidar quién era»
24 nov 2024 . Actualizado a las 11:54 h.Jorge Javier Vázquez se ha abierto en canal, algo que hace habitualmente, en su blog de la revista Lecturas. Pero lo cierto es que en esta semana, ha elegido un tema especialmente peliagudo para él y ha confesado que ha dejado de beber alcohol. «No sé si volveré a hacerlo porque ya no lo echo tantísimo de menos. A lo mejor un día pienso: “me tomaría una copa”. O: “esta noche me iría de juerga a quemar la noche”. Pero esos pensamientos aparecen cada vez más de tarde en tarde, ya no son recurrentes. Vivo mucho mejor sin alcohol. No me gustaría volver a lo de antes: resacas, estados de ánimo cambiantes, energías bajas. He bebido mucho durante muchos años de mi vida. Para evadirme, para salir por la noche, para no pensar. Por no estar conforme con mi trabajo. Con mi realidad. Conmigo mismo», explica en el comienzo de su artículo.
«No concebía una vida sin alcohol. Me proponía beber menos, sí, pero no lo conseguía. Y conforme van pasando los años la culpa es más poderosa y destructiva. Y lo que debería catalogarse como placer al día siguiente se convierte en una tortura: ¿me habrán grabado? ¿me habrán hecho fotografías? ¿me chantajearán? No voy a recrearme mucho más en esta parte porque ya he hablado de ella en varios blogs y, sobre todo, en Antes del olvido, mi último libro», señala, recordando inevitablemente a algunas de sus imágenes suyas que se emitieron en televisión en fiestas hace años.
Jorque Javier Vázquez se centra eso sí en explicar cómo es su vida sin alcohol. « Cuando mi psicóloga me dijo que tenía que dejar de lado el alcohol me resistí muchísimo. Fue en vano. Pese a que intenté negociar no dio su brazo a torcer: abstinencia total», confiesa, asegurando que nunca pensó que sería capaz de dejar el alcohol.
El presentador de Mediaset, que actualmente está al frente de El diario de Jorge y Gran Hermano, asegura que no es fácil dejar de beber, «cuándo llevas haciéndolo muchos años». «Significa entrar en una realidad tan desconocida como apasionante», apunta, para reconocer que «poco a poco empiezas a darte cuenta de que no hace falta beber para sentirte bien. O para vivir momentos de euforia. E incluso de felicidad. Con la grandísima ventaja de que al día siguiente no existen facturas que pagar en forma de resacas cada vez más insoportables».
«No es fácil no beber. Hay veces que llegas a una cena y cuando dices que no quieres una copa de vino siempre hay alguien que suelta lo de “venga, va, solo una”. Y te contienes pero te dan ganas de contarle que no solo te tomarías una sino media docena y que bastante te cuesta no aceptarla como para que venga un brasas a recordarte que ya no bebes porque no lo controlas», reconoce.
«Estoy muy contento de llevar una vida sin alcohol», afirma, para intentar a lo mejor ayudar a quien piensa que no será capaz de hacerlo. «En mi caso dejar de beber ha significado empezar a vivir sin miedo. Ahora estoy donde quiero estar y con quien me apetece estar. La de horas que he estado en sitios que no me gustaban con gente con la que no me encontraba cómodo solo por- que cubría el hastío bebiendo. Antes me lo podía permitir porque era joven y el futuro me pillaba muy lejos, pero desde que soy consciente de que la vida iba en serio la capacidad de decidir sobre mi tiempo me parece un superpoder», termina.