Teodor de Mas, economista: «Soy autónomo, vivo de alquiler, casi sin dinero en la cuenta corriente y podría vivir infinito sin trabajar»
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EL PLAN INVENCIBLE DE TEODOR. Cuando otros jugábamos al Monopoly, él hacía sus pinitos financieros convirtiendo pesetas en marcos con ayuda de su abuelo. Su estrategia de ahorro puesta en marcha en 1998 le hizo rico. «Ni la vivienda ni el oro te pagan el colegio de los niños», advierte
27 nov 2024 . Actualizado a las 12:52 h.Este rico no es un rico al uso. No es Jeff Bezos ni Elon Musk. Tiene abolengo, ocho ramas familiares, tiene tiempo que él se organiza sin jefe y un plan de ahorro a largo plazo que empezó a ejecutar, en cierto modo, antes de la pubertad. Teodor es el séptimo Teodor de Mas, y desciende de carlistas, judíos, catalanes, aragoneses, vascos, castellanos y franceses, venidos a menos por caprichos de la vida. «Mi padre quería que fuera ingeniero, como él. Lo intenté un año, pero lo dejé. Yo siempre quise ser economista, más práctico», comienza este máster en Negocios Internacionales por la University of Technology de Sídney (Australia) que convenció a los lectores con El arte de hacer dinero. Un método judeocatalán para ahorrar y hacerse rico. De su abuelo paterno, Teodor, aprendió el arte de ahorrar en los tiempos en los que se usaban monedas para llamar por teléfono en las cabinas. «No sé si a mi abuelo le venía de familia o era el trauma de la guerra civil, del hambre, pero era un ahorrador enfermizo», cuenta este asesor que te ayuda con la economía doméstica.
Su madre era de la parte alta de Barcelona, «por encima de la avenida Diagonal», y su padre de la baja, por debajo de la Diagonal. «Ella se casó con él porque se parecía a Paul Newman... Mi madre debió de quedar obnubilada, porque él estaba fuerte, jugaba al waterpolo y tenía los ojos azules, y le podían las ganas de salir adelante. Digamos que mi madre era un poco de los ganadores de la guerra, y mi padre, de los perdedores. Si mi madre se hubiera casado con alguien como ella, todo habría sido más aburrido, de no hacer nada, no innovar. Casarse con mi padre le metió sangre», resume Teodor parte del potente relato familiar.
Si te dicen rico, piensas en el magnate de Forbes. «Ayer analizaba el caso de un señor, un cliente, que venía con su Tesla, que me pagó la comida, que tiene un puesto importante en nuevas tecnologías en España y debe de ganar mucho dinero... Aparentaba ser rico. Me pidió ayuda para gestionar lo que tiene. Empecé a mirar y, realmente, no tiene nada. Vive como un rico, pero lo único que tiene es su casa. Me dijo: ‘La casa donde vivo vale 1.200.000'. Eso le hace pensar que es rico, pero no genera ingresos, a la hora de vivir su casa es un gasto. Este hombre de 50 años tiene menos de cien mil euros de ahorro después de haber trabajado 30 años. Es pobre», desmonta el asesor financiero que no soporta tener dinero en la cuenta corriente. «Me pone nervioso ver que tengo 1.000 euros ahí que no están trabajando», explica.
Ni la vivienda ni el oro son siempre una buena inversión, asegura. «El oro tiene un valor intrínseco, pero no te da dinero para vivir, no paga las facturas ni la escuela de los niños», opina.
«Lo importante para ser rico es un plan a largo plazo. No hace falta ser muy austero, los pequeños placeres hacen que aguantes»
Todos, piensa, vivimos en contradicción, «pero no hay nada peor que sentirte rico cuando no lo eres». ¿Cómo se hace para ser rico partiendo de abajo, cómo lo hiciste primero como asalariado y después como autónomo? «Con un plan a largo plazo, ¡y te lo tienes que creer! Y es lo que más cuesta. Lo ideal es empezar cuando te vas de casa o a vivir con tu pareja... Yo empecé antes, a los 9 o 10 años; las pagas que me daban o el dinero que recibía por el cumpleaños lo invertía en divisas. Cogía las pesetas y las convertía a marcos alemanes», recuerda.
«Los ricos tienen estrés, tienen un montón de cosas que hacer, los días llenos, pero no las hacen obligados. Igual se levantan antes, le echan diez horas al día y están metidos en todos los frega'os, pero lo hacen porque quieren. Eso no es trabajar, es estar ocupado. Una vez que te haces rico, en lugar de trabajar, te ocupas», matiza.
El plan a largo plazo es fundamental. «Y no puedes ponerte un plan basado en resultados. ‘En 20 años tendremos un millón de euros' no puede ser tu plan porque no lo vas a creer. Para el 2025, ya que estamos, hay que hacer un presupuesto anual. El presupuesto familiar es un espejo: te dice si eres pobre, si eres rico o si puedes ir o no todos los domingos a comer al restaurante. El baño de realidad de ‘quieres tener un iPhone y no te lo puedes pagar' mucha gente no quiere ni verlo. Para esto, hay que hacer un presupuesto y ver qué parte puedes gastar y qué parte hay que ahorrar».
¿Cuánto de ahorro? «Un 25 % [de lo que ingresas al mes]. Pero si tiene que ser un 15 %, un 15 %. ¿Son 300 euros? En cuanto empieza el mes, esos 300 euros los apartas», concreta.
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La estrategia
Teodor comenzó a aplicar el plan a su economía familiar en 1998. De ese año al 2006 ahorraban 500 euros al mes. De los 2.000 que ingresaban, cada mes separaban 500. «Estuvimos ocho años ahorrando 6.000 euros, en total 48.000. Invertíamos en bolsa y en acciones, y en ocho años los 48.000 euros nos dieron 24.000; nos encontramos con 72.000 euros en el 2006. En vez de irnos a Londres o de restaurantes, hacíamos el esfuerzo de ahorrarlo», revela. La estrechez fue la nota de la puesta en marcha del plan «sostenible» para ser ricos. «Si consigues esos 72.000 euros y lo trabajas bien, pueden darte 360 euros al mes. 360 euros al mes para toda la vida», dice Teodor.
Su mujer y él tenían un amigo propietario de un piso en Montpellier, que se vendía por 80.000 euros con inquilino. «Con nuestro colchón de ahorro, tuvimos que hacer una pequeña hipoteca para comprarlo». Compraron el piso en Montpellier que, al tener inquilino, les genera unos ingresos mensuales de 400 euros.
Teodor y su familia viven de alquiler, aunque han comprado la casa de la abuela en Francia, para ir de vacaciones. «Donde vivimos casi nunca es buena inversión. En un barrio que está bien, los precios de compra son altos. La proporción entre el precio del alquiler y el de compra debe ser: 200 alquileres en la zona tienen que pagar el precio de compra», explica este padre de tres hijos, de 24, 21 y 18 años. «Los hijos son caros. ¿Pero si no tenemos hijos qué hacemos? Ahorrar a largo plazo va ligado a tener hijos», enlaza el experto, que ultima libro para el 2025.
¿La receta es la austeridad? «No hace falta ser austero. Cuando mis hijos eran pequeños, nos ayudaban mis suegros, que a veces se quedaban con ellos, íbamos de vacaciones dos veces al año, y pudimos resistir con la estrategia de ahorro a largo plazo porque teníamos momentos de felicidad, como viajar en verano y los viernes pedir pizzas. Esos pequeños placeres te hacen que aguantes», defiende.
«El dinero vale para ganar tiempo», subraya. Y en cuanto al sueldo: un 25% ha de ser para el ahorro, otro 25 para los hijos, un 25 para consumir y otro 25 para la casa. «El cuello de botella nuestro es el tiempo. El dinero es un invento de los humanos para ponernos de acuerdo. Es un invento que hasta podría desaparecer». Esta es su filosofía.
Teodor es autónomo desde el 2018: «Trato de no ser el autónomo pringa'o. Soy autónomo con todo lo positivo. Trabajé 20 años como asalariado y mi sueño era ser emprendedor. Si no tienes ahorros o ingresos recurrentes, ser autónomo es duro. Pero enseguida le ves ventajas. La número 1, el tiempo».
¿Eres rico? «En tiempo, seguro. ¿Y rico en dinero? Desde el 2018, si de golpe tuviera ingresos 0, podría vivir infinito sin trabajar», dice. Hoy, en vez de trabajar, se ocupa. «Si me fuera mal —amplía—, podría llegar al final sin morirme de hambre. Esto es ser rico, el sistema no puede destruirte, te has hecho invencible. Has logrado eso que llaman libertad financiera».