Un mando policial, sobre Sito Miñanco: «Es el narco más poderoso de la historia de España»

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

ACTUALIDAD

Miñanco, durante el juicio celebrado esta semana en la Audiencia Nacional por la operación Mito.
Miñanco, durante el juicio celebrado esta semana en la Audiencia Nacional por la operación Mito. FERNANDO VILLAR | EFE

Miñanco se asoció con holandeses y búlgaros para entregar los 3.921 kilos de cocaína que le imputa la Audiencia Nacional. La Policía Nacional sitúa a David Pérez Lago, hijo de Esther Lago, en el círculo de máxima confianza del narco de Cambados

19 nov 2024 . Actualizado a las 17:51 h.

La investigación que se juzga contra Sito Miñanco implica diferenciar entre las pruebas oficiales de delitos aportadas a la causa y las que no se pudieron constatar o requisar, pese a las evidencias. Las primeras pesaron 3.921 kilos de cocaína, repartidos en dos alijos de 3.305 y 616. Las tres toneladas se interceptaron a bordo del buque Thoran, con tripulación turca, explicó este martes en la segunda sesión del juicio el jefe de la unidad antidroga en Marbella de la Policía Nacional e instructor de la investigación que derivó en el arresto de Miñanco en el 2018 y juzga la Audiencia Nacional.

La causa contra el primer gran narco de la cocaína en Galicia sostiene que se asoció con una organización turca para salir al encuentro, en octubre del 2017, de los 3.200 kilos que transportaba el buque Thoran. Una planeadora construida en el astillero donde Miñanco trabajó desde los años ochenta, en O Facho, Cambados, sería el medio de transporte.

A mayores, Miñanco estaba en contacto con un ciudadano turco que a su vez tenía hilo directo con la tripulación del Thoran. Fue así como se enteraron en tierra del abordaje policial, cancelaron la travesía y hundieron la planeadora en alta mar, detalló el responsable de la investigación, jefe del Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) de la Policía Nacional en la Costa del Sol.

El segundo alijo se requisó en Holanda, oculto en un contenedor. La droga se cargó en Colombia, viajó hasta Ecuador y allí, custodiado por Quique Arango, la entonces mano derecha de Miñanco en Colombia y España, zarpó con destino a Holanda. Al llegar a puerto, las autoridades policiales aprehendieron el porte. El socio de Miñanco en esta operación era un ciudadano holandés afincado en España que trabajaba para una organización en su país de origen y relacionada con Marruecos, especializada en contenedores y que tenía al de Cambados como referencia en la Península para la importación de cocaína. Ya lo dijo uno de los colaboradores de Miñanco sin saber que un micrófono recogía su buena impresión profesional del jefe: «Es el más grande de Europa».

Pero los testimonios de los dos responsables de la investigación en las dos vistas celebradas hasta este martes ahondan mucho más en la trama que los hechos concretos relacionados con ambos alijos. Ambos mandos policiales recrean una hiperactividad en la organización de Miñanco que uno de los funcionarios sintetizó en un titular: «[Miñanco] Es el narco más poderoso de la historia de España». A mayores, el relato del día a día de una investigación de dos años que aporta detalles sobre la forma de trabajar. «Sito [Miñanco] preparaba decenas de operaciones a la vez», confesó el responsable del caso al tratar de explicar a las defensas que era imposible descifrar el lenguaje en clave de los investigados con cada intento de descarga concreta.

El propio origen del caso, en noviembre del 2015, es significativo y contextualiza el círculo de confianza de Miñanco entonces, todavía en tercer grado por otra condena ya finalizada. La Policía Nacional lo identificó con un ciudadano búlgaro en un coche, en Marbella. Al acompañante, entre otros antecedentes por narcotráfico de altos vuelos, se le atribuye en el 2006 el viaje de 5.000 kilos de cocaína en avión desde Sudamérica a Mali, y luego a Marruecos para acabar en España.

Únete a nuestro canal de WhatsApp

Testigo de lo relevante

El amigo búlgaro de Miñanco no es el único acusado con antecedentes por narcotráfico internacional y transoceánico. En el banquillo se sienta también David Pérez Lago, hijo de Esther Lago. Su pasado en el negocio y las vigilancias realizadas lo sitúan, según la investigación, en el círculo de mayor confianza del que era entonces su jefe, Miñanco. «Ha estado en los momentos [en referencia a reuniones] más importantes de la investigación», resumió el coordinador de la investigación, bautizada operación Mito. Otro investigado que sigue en activo y está fugado desde hace años es Fernando Prado Rey, alias Chiscote o Pocholo; el lanchero con mejor reputación y leyenda de la ría. Además, es primo de Miñanco. A él se le atribuye pilotar la lancha que salió al encuentro del Thoran. También hundirla al notificársele que el buque fuera abordado y la tripulación detenida.

Las defensas recibieron este martes un varapalo del magistrado presidente de sala, Alfonso Guevara. Les reprochó que en las dos vistas celebradas, bajo su opinión, todas las preguntas planteadas por los abogados de los acusados a los dos testigos fueron «inútiles». Guevara interrumpió este martes lo interrogatorios constantemente para reprender a buena parte de los letrados que tomaban el turno de palabra. Les reprochó, por ejemplo, que preguntasen al coordinador de la investigación nacional detalles que solo pueden conocer los agentes de calle o sus superiores más directos. También les invitó a reservar cada lote de preguntas para los funcionarios que pueden responderlas, con la intención de que el juicio, señalado por ahora hasta el 30 de enero, no se prolongue más.

La estrategia generaliza busca minar la investigación en su origen. Las preguntas planteadas pretenden demostrar que los indicios iniciales contra Miñanco y su banda no justificaban, por ejemplo, la intervención de sus teléfonos con mandato judicial. O que no hay manera de relacionar los acusado con los dos alijos de cocaína decomisados y atribuidos a la banda. Tampoco sobre el lavado de dinero. La Policía Nacional sostiene que la célula de la organización especializada en clarear las ganancias estaba asentada en Madrid. Una empresa mercantil contrataba a ciudadanos colombianos que hacían viajes a su país o por España para entregar efectivo en coches con zulos hechos para ese fin.

Gonzalo Boye (centro), abogado del expresidente catalán Carles Puigdemont durante su juicio celebrado esta semana en la Audiencia Nacional por presunto blanqueo de capitales en la operación Mito junto al histórico narcotraficante gallego José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco.
Gonzalo Boye (centro), abogado del expresidente catalán Carles Puigdemont durante su juicio celebrado esta semana en la Audiencia Nacional por presunto blanqueo de capitales en la operación Mito junto al histórico narcotraficante gallego José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco. FERNANDO VILLAR | EFE

La actividad traficando era tan intensa como el movimiento de dinero y los pagos a proveedores en Sudamérica. En ese contexto, el 5 de febrero de 2017, se confiscaron en el aeropuerto de Madrid-Barajas a cinco de los acusados casi 900.000 euros de la organización de Miñanco cuando se disponían a viajar a Colombia para realizar pagos a los suministradores de droga en aquel país, afirmó el testigo. Sobre Boye, el coordinador de la investigación añadió que intervino en reuniones con personas de la confianza de Sito Miñanco para intentar recuperar el dinero confiscado mediante el uso de unos pagarés que ya fueron usados para justificar otras cantidades ya incautadas en una operación de narcotráfico anterior y falsificando documentos.

El juicio se retomará mañana con nuevas declaraciones de funcionarios de la Policía Nacional. Sito Miñanco se enfrenta, con 70 años y la mitad de su biografía en prisión, a otros 30 años durmiendo en una celda.