Cisma entre Petro y Maduro por una empresa de fertilizantes

Héctor Estepa
Héctor Estepa NEWARK / E. LA VOZ

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Petro y Maduro, en su primer encuentro en Caracas el 1 de noviembre del 2022.
Petro y Maduro, en su primer encuentro en Caracas el 1 de noviembre del 2022. MIGUEL GUTIERREZ | EFE

El 90 % de los labriegos colombianos usan abonos de Monómeros, de propiedad venezolana y que ahora el chavismo quiere privatizar

20 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Pulso entre Gustavo Petro y Nicolás Maduro. El Gobierno colombiano sometió a un exhaustivo «control administrativo», este lunes, a Monómeros, una empresa venezolana que produce fertilizantes en territorio colombiano y que es estratégica para el campesinado del país cafetero, ante una posible venta a inversores privados ordenada por el Gobierno chavista. La medida ha sido leída por algunos analistas como una intervención.

Eso sucede mientras revolotea en el ambiente el no reconocimiento de Colombia de la victoria electoral de Maduro, algo que molesta especialmente en Caracas por la afinidad ideológica de la Administración Petro. La tensión puede continuar subiendo, porque el presidente colombiano volvió a referirse este martes a las dudas que deja el proceso electoral en Venezuela, aunque también señaló que no puede haber un voto libre en el país vecino mientras continúen las sanciones, dando una de cal y otra de arena.

«Igual que se critican las elecciones desde el punto de vista del comportamiento del Gobierno venezolano oscuro, la exigencia de un cambio radical de la Administración en este momento no es realista», señaló, calificando como un «error» las elecciones de julio, que la oposición venezolana y parte de la comunidad internacional consideran fraudulentas, y diciendo que Maduro «no generó credibilidad». Petro mide siempre mucho sus palabras sobre Venezuela, pero su ministro de Exteriores, Luis Gilberto Murillo, ha sido claro en declarar que Colombia no reconocerá a Maduro como presidente si no publica las actas de votación antes del día 10 de enero, cuando está prevista la asunción presidencial.

Ahora Monómeros entra en esa ecuación como un elemento disruptor porque es básica para el campo colombiano. Produce casi el 30 % de los fertilizantes agrícolas del país y sus productos son utilizados por más del 90 % del campesinado. Cualquier alteración a la empresa podría generar muchos problemas en la agricultura nacional.

La compañía de la discordia está afincada en Barranquilla, Colombia. Perteneció a ambos países durante 39 años, hasta que en el 2006 el gobierno del expresidente derechista Álvaro Uribe vendió la participación colombiana a Caracas. En el 2017 Monómeros fue sancionada por EE.UU. y en el 2019 el expresidente derechista Iván Duque le entregó su control al opositor Juan Guaidó, en ese momento reconocido como «presidente interino» de Venezuela por decenas de países.

Petro le devolvió el control al Gobierno chavista en septiembre del 2022. Ahora Venezuela quiere vender Monómeros en unas negociaciones en lideradas por Alex Saab —que es colombiano y barranquillero—, considerado por la oposición como «testaferro de Maduro» y nombrado recientemente ministro del Poder Popular de Venezuela.

Petro criticó el intento de venta en una carta dirigida a Maduro a principios de mes. «Implicará el encarecimiento de los productos primarios agrícolas en nuestros países», señaló. El movimiento de su Gobierno no supone una confiscación, aunque sí es una declaración de intenciones para evitar que Caracas venda la empresa en un cóctel en el que también se mezclan posibles nuevas sanciones a Venezuela con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump y, sobre todo, del nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, muy crítico con Maduro.