Luciano Alfaya, decano del Colexio de Arquitectos: «No hay mayor prevención que la de no construir donde no se debe»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

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Luciano Alfaya en una imagen de archivo.
Luciano Alfaya en una imagen de archivo. XOAN CARLOS GIL

Señala también que la planificación urbanística «debe mantenerse firme y ser la que guíe el desarrollo de nuestras ciudades»

17 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Como se ha visto en la dana de Valencia, el urbanismo impacta diariamente en la sociedad, y por esto, el Colexio de Arquitectos de Galicia organiza el Proxecto Terra, una iniciativa para enseñar la importancia de la planificación del territorio a las generaciones más jóvenes. Luciano Alfaya es el decano de los arquitectos gallegos.

—¿Fue el urbanismo un factor en la gravedad de las riadas?

—Cada una de estas respuestas hay que analizarla caso por caso, quiero decir, no todas las situaciones en las que los efectos de la dana se pudieron sentir tenían las mismas características morfológicas ni de planificación urbanística. Cada espacio tenía unas diferencias sustanciales entre ellos. Yendo esto por adelante, la planificación del territorio siempre es una de las principales herramientas que puede ayudar a prevenir el impacto de condiciones climatológicas adversas. Si construyes en las zonas donde no debes hacerlo estás teniendo un riesgo muchísimo mayor. Frente a eso, hay soluciones que pasan en muchas ocasiones por crear infraestructuras de prevención de riesgos, pero no hay ninguna prevención mayor que no construir en donde no debes.

—Como zonas inundables.

—La zona inundada se llamaba Horta Sud. La zona de huerta es una zona de agua, una zona donde tenían facilidad para expandirse los cauces fluviales. Sin entrar en detalles, porque el análisis de la zona, reitero requiere un conocimiento específico que no debemos hacer desde Galicia, en general son zonas que tenían riesgo de desbordamientos. Por eso el canal del Turia protege la ciudad de Valencia, pero toda la zona en general era una zona susceptible de poder surgir este tipo de inundaciones.

—¿Se esta dando toda la importancia necesaria al urbanismo?

—Cada vez la previsión es mayor, pero hay momentos y situaciones en que las presiones urbanísticas y económicas o simplemente la oportunidad parece que flexibilizan ciertas normas, porque se cae en el olvido de la importancia de la protección de determinadas áreas. No hay nada más importante que la planificación urbanística, que debe mantenerse firme y ser la que guíe el desarrollo de nuestras ciudades. Por otro lado, las ciudades deberían tender a no seguir expandiéndose, a no seguir ocupando más suelo.

—¿La sostenibilidad es clave?

—Claro, y además la sostenibilidad no solo sería ambiental, sino también social, porque muchas de estas cosas tienen que ver con la no obligatoriedad de desplazamiento de una parte de la población hacia las afueras de los centros urbanos. Y esto tiene una segunda derivada: genera una mayor demanda de transporte individual. Una de las principales causas de los problemas fue también la acumulación de vehículos y las personas atrapadas en los coches desplazándose para poder regresar a sus hogares o desde el sitio donde trabajaban. Reducir parte de ese desplazamiento también es una cuestión de sostenibilidad.

—Defiende que el abandono del rural y el desequilibrio territorial juegan un papel en situaciones como esta.

—Como en Galicia vivimos hace unos años, la pérdida de población del rural generaba una mayor probabilidad de incendios. Esos montes quemados hacen que las aguas discurran con mayor velocidad, llevando más restos, con lo cual se convierten en más perjudiciales para las zonas habitadas. Es importante que entendamos que cuando estamos preservando nuestros montes o distribuyendo parte de la población a todo el territorio, también generamos una mayor preservación ambiental y una mayor protección frente a catástrofes como estas.

—¿La reconstrucción debe optar por un urbanismo respetuoso?

—Las bases siempre están puestas pero tendemos a olvidarlas con frecuencia y solo estas desgracias nos las recuerdan. No es porque no se hayan advertido previamente o no estén marcados los límites, pero a veces las presiones, sobre todo económicas, parece que nos hacen olvidar la importancia que tiene el medio ambiente en la planificación de las ciudades.