Fallarás dice que la intención de su libro sobre violencia machista no era la dimisión de Errejón

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

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Cristina Fallarás, en la presentación de su libro «No publiques mi nombre» en Madrid
Cristina Fallarás, en la presentación de su libro «No publiques mi nombre» en Madrid Carlos Luján | EUROPA PRESS

La periodista que destapó la supuesta agresión sexual a Mouliaá recopila en una obra una memoria colectiva de ataques a mujeres

14 nov 2024 . Actualizado a las 11:15 h.

La escritora y periodista Cristina Fallarás, que destapó la supuesta agresión sexual del ya exdiputado Íñigo Errejón a la actriz Elisa Mouliaá, reconoció ayer en la presentación de su libro No publiques mi nombre (Siglo XXI) que no esperaba que fuese a propiciar la dimisión de personas como el exparlamentario de Sumar, dado que su obra no posee un «ánimo punitivista o de denuncia judicial».

El volumen recoge unos 1.500 testimonios de violencia sexual contra las mujeres, un 5 % de los recibidos, pero, puntualizó, no es un libro de denuncias. «Es la violencia machista narrada de una en una, qué consideramos nosotras que es violencia machista. Sea punible o no. Hay muchos tipos de violencia sexual. Y lo que hago es publicar testimonios, no denuncias. A mí no me importa cuál es el siguiente camino, si una mujer quiere denunciar y darme su nombre o el nombre del agresor. Si lo quiere hacer le doy un despacho de abogados para que la atiendan», añadió la periodista.

«Yo jamás esperaría que, de repente, un Íñigo Errejón dimitiese. Estupendo, han funcionado los mecanismos, pero no había esa intención en la cuenta» de Instagram, aclaró. 

Un 70 % en la infancia

La escritora puso de manifiesto que un 70 % de las situaciones de violencia sexual que ha recogido han sucedido en la infancia —lo que no coincide con el estudio del Observatorio Estatal de violencia sobre la Mujer, que lo sitúa en un 40 %— y donde se dan más es en el ámbito familiar, seguido del médico y del medio rural.

Enfatiza Fallarás que cuando las mujeres víctimas dan su identidad, los números coinciden con los de las instituciones, pero cuando el nombre de la agredida desaparece los datos pasan del 25 % a más del 70 %. Así concluye que «las cifras que estamos manejando sobre la violencia sexual no son reales» por lo que ve importante «crear memorias paralelas que sean colectivas».

El trabajo de Fallarás comenzó en el 2018 con la cuenta Cuéntalo. Recabó tres millones de historias en dos semanas. Pero fue en el 2022 cuando lanzó la campaña SeAcabó, para dar voz a las víctimas, y en siete meses la cerró. El recopilatorio de testimonios a través de los mensajes que recibía en Instagram es enorme. Tras observar los textos que narran violencia sexual, hizo capturas y recortó la identidad de la víctima para poder darlo sin que la mujer sea rastreable. «El libro no tiene nombres ni apellidos, son denuncias de cómo se construye la violencia sexual», apuntó. Las mujeres le contaron su experiencia con una única petición: «No publiques mi nombre», de ahí el título del libro.

La periodista ha pedido respeto por las mujeres que contaron su testimonio a través de las redes, porque «ninguna se levanta con ganas de contar cómo la violaba su padrastro». «Se debe respetar a una mujer que hace un gesto tan dolorosísimo y brutal como recuperarse de una agresión sexual y narrarla, hacerla pública. Para los que están diciendo que si nos tenemos que creer los testimonios de las mujeres anónimas: los testimonios de las mujeres se creen», defiende.