El cálido Mediterráneo está amplificando los efectos del flujo del viento del levante en el este de España
08 nov 2024 . Actualizado a las 17:39 h.Hace días ya que la depresión aislada en niveles altos de la atmósfera (dana) que destrozó la provincia de Valencia es historia. Sin embargo, en las últimas horas se ha producido un episodio de lluvias torrenciales en Gerona. En localidades como Cadaqués se han vuelto a repetir las imágenes de grandes riadas que arrastraban decenas de coches. Se acumularon 100 litros por metro cuadrado en pocas horas. De nuevo, mucha agua en poco tiempo.
Cuando se observa la configuración atmosférica actual se aprecia un anticiclón sobre el centro de Europa, pero ninguna dana. Sobre el Mediterráneo sí hay un sistema de bajas presiones, aunque normal. Sin embargo, esta borrasca situada al sur de Baleares está generando una circulación del levante, que canaliza el aire desde el mar hacia la costa este de España. El viento de componente este acaba de demostrar una vez más su tremendo potencial para producir precipitaciones muy intensas.
Es justo en este escenario cuando hay que valorar la influencia que pueden estar ejerciendo otros factores. Uno de ellos apunta directamente a las aguas calientes del mar, que desde hace semanas presenta una anomalía positiva (por encima de la media) de entre dos y cuatro grados. «Nestas condicións o mar ten moito vapor de auga en superficie dispoñible para que calquera fluxo permita que ascenda e que haxa en niveis medios da atmosfera unha cantidade moi alta de humidade. Isto débese a que o Mediterráneo está moi quente e o aporte de vapor resulta máis elevado do normal», explica Raquel Nieto, investigadora del grupo de investigación EPhyslab de la Universidade de Vigo.
Nieto define el estado actual del mar como una bomba de calor. «Agora mesmo aporta un combustible para alimentar todas precipitacións que haxa en calquera parte do Mediterráneo. Fai moi pouco tamén houbo chuvias noutros países como Grecia, Italia, Romanía e Alemania que foron catastróficas porque estiveron alimentadas por un mar que está máis cálido do habitual», apunta.
Lluvias un 72% por encima del valor normal en España
Tras el impacto de la dana, las lluvias acumuladas en el año hidrológico, desde el pasado 1 de octubre y hasta el 5 de noviembre, se encuentran un 72 % por encima del valor normal en dicho período, según la Agencia Estatal de Meteorología. De esta manera, el valor medio de las precipitaciones acumuladas es a día de hoy de 153 litros por metro cuadrado, cuando el valor normal en dicho período es de 89 litros.
Según datos facilitados por Aemet, las cantidades «multiplican por 3 el valor normal» en áreas de la provincia de Teruel, este de Cuenca, interior de Valencia y Castellón y sur de Tarragona, sur de Albacete, interior de Málaga, provincia de Sevilla y norte de Cádiz.
Récord en Galicia
Y mientras en el este peninsular hubo nuevas inundaciones, en Galicia la influencia del anticiclón al norte provocó que el pasado jueves fuese una jornada histórica de altas temperaturas, debido al viento del sureste que canalizó aire cálido. En A Coruña se registró el valor más alto en un mes de noviembre con 25,4 grados desde 1930, cuando empieza la serie histórica de la estación en la ciudad herculina. La máxima más elevada del día en la red de estaciones de MeteoGalicia fue de 26,6 grados en Pontevedra.
Este viernes, las lluvias regresaron a Galicia de la mano de un frente. Sin embargo, este fin de semana está previsto que vuelvan las altas presiones, aunque con matices. Mañana, el viento de componente oeste mantendrá bastante humedad, especialmente en las provincias atlánticas. Incluso no se pueden descartar algunas precipitaciones de carácter débil. El domingo, el anticiclón provocará que el viento sople del noroeste. Las lluvias serán más frecuentes en A Coruña y Lugo y también habrá un descenso de las temperaturas.
Los modelos de predicción siguen anunciando que la próxima semana el anticiclón impulsará en Galicia más tiempo seco, pero una nueva borrasca se presentará en el Mediterráneo. El pronóstico insiste en situar ese sistema de bajas presiones en la parte oriental, afectando a Italia principalmente. Otro efecto de la borrasca en el este y el anticiclón al norte sería que se formaría un corredor por el que se deslizaría aire frío desde el norte de Europa. Si se confirma este escenario, habría un descenso importante de las temperaturas.