Pillan a Rubén Gisbert, colaborador de Iker Jiménez, falseando su reportaje de la dana: «No puedo contar con él. Me ha fallado»

LA VOZ REDACCIÓN

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Rubén Gisbert, durante su conexión con «Horizonte»
Rubén Gisbert, durante su conexión con «Horizonte» MEDIASET

El conductor de «Horizonte» despide al reportero, al que han grabado rebozándose en el barro antes de una conexión con el programa

04 nov 2024 . Actualizado a las 18:55 h.

Iker Jiménez se ha visto manchado por la «pillada» a uno de sus colaboradores, el abogado Rubén Gisbert. El último programa de Horizonte de este pasado domingo, líder de audiencia en su franja, dirigió su mirada a la devastación causada por la dana que azotó el levante español. Desde el plató, el conductor del espacio dio paso al letrado, que hizo las veces de reportero en la localidad de Catarroja, en Valencia.

En supuesto directo, ya que así se identificaba la conexión en pantalla, Rubén Gisbert se desplazaba por una de las calles del pueblo hasta el interior de un garaje. La primera imagen del abogado en pantalla, embarrado hasta más arriba de las rodillas, pretendía ser representativa de su supuestamente ardua labor en la zona durante los últimos días.

El problema es que su estado no era tal. La pantomima se reveló a través de una grabación de un videoaficionado desde una ventana, en la que se aprecia a Gisbert preparándose para la conexión con Iker Jiménez. Primero chapotea en el lodo, que le llega solo al empeine de su bota, y poco después se pone de rodillas para embarrarse casi hasta la cintura

El vídeo no tardó en circular por las redes sociales, destapando la manipulación del reportero. Y llegó también al propio Iker Jiménez, que confesó su perplejidad sobre el comportamiento de su colaborador. «No sé si ha sido cuestión de situación, de nerviosismo o de lo que sea, no lo entiendo», declaró en un vídeo compartido en redes, en el que se desmarca de la actuación de Gisbert y censura su proceder. «Os doy mi palabra de honor de que no sabía nada de esto, me estoy quedando blanco», ha asegurado.

El conductor de Horizonte considera que el drama de lo sucedido en la Comunidad Valenciana «es suficiente», y cree que no hay ninguna necesidad de hacer este tipo de dramatizaciones, haciendo hincapié en que este tipo de teatralizaciones no parten de ninguna orden directa ni indirecta por parte de su programa.

Por todo ello, ya ha confirmado que dejará de contar con la colaboración del abogado nacido en la zona afectada. «He tomado la medida directa y recalcitrante de decirle que no puedo contar con él, me ha fallado», ha asegurado, dejando en manos del propio Gisbert las explicaciones pertinentes.

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No han tardado en llegar. En sus redes sociales, el abogado ha dado la cara, confirmando los hechos, pero restándole importancia a la polémica sobre la simulación y tildándola de «campaña de difamación». «¿Ayer me arrodillé en el barro en medio de las conexiones que hacíamos? Sí. ¿Lo hice para que se viera barro en mis rodillas a pesar de que llevo siete días de barro hasta arriba? Sí, lo hice por eso», ratificó.

Acto seguido ha pasado a justificar su decisión. Como ha revelado, y a pesar del rótulo del programa de Horizonte, la conexión de Gisbert no era en vivo, sino que se trataba de un falso directo. Es una práctica muy habitual en televisión en la que se graba un vídeo con anterioridad que, al emitirse, da la apariencia de ser una retransmisión en vivo. Se hace habitualmente para evitar posibles problemas de conexión y se finge, en muchas ocasiones, un diálogo con el presentador que los guionistas preparan a posteriori.

Según Gisbert, si llevó a cabo esta práctica fue por darle continuidad a sus conexiones. «Cuando me meto dentro del garaje con barro hasta las rodillas, esa conexión es grabada, y no puedo aparecer en la segunda conexión sin barro en las rodillas si se supone que vengo de un garaje», ha explicado a través de un vídeo en redes. «Hice eso para que no se note que no estábamos en directo». Y lo zanja con un mea culpa«Me equivoqué».

Pero sus disculpas no estuvieron exentas de reproches. «No esperaba que estuvieran tan encima de mí, grabándome, vigilándome y orquestando esto», se lamenta.