No todos los países de la Unión Europea temen a Trump

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Von der Leyen y Trump, en la cumbre de Davos
Von der Leyen y Trump, en la cumbre de Davos JONATHAN ERNST | Reuters

Un segundo mandato del republicano augura un panorama de fracturas políticas en el club comunitario , y daría alas al populismo ultraconservador

04 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Donald Trump que podría ganar las elecciones en Estados Unidos es una versión mucho más desatada del que dejó la presidencia hace cuatro años. Al menos eso es lo que dicen algunos expertos europeos, quienes auguran un panorama de fracturas políticas en el club comunitario. La victoria del republicano, dicen, rompería la unidad trasatlántica respecto a la guerra en Ucrania, debilitaría a la OTAN y daría alas al populismo ultraconservador en el bloque. Además, sin la posibilidad de ser reelegido en el 2028 —la Constitución estadounidense prohíbe gobernar durante más de dos mandatos—, es probable que Trump se sienta más libre de seguir sus impulsos y cumplir promesas que pueden afectar profundamente a la economía y seguridad europeas.

En el caso de que el neoyorquino vuelva a la Casa Blanca en enero, se encontrará con una Europa «que no está en la mejor forma», asegura el director para el Viejo Continente del centro de estudios estadounidense Atlantic Council, Jörn Fleck. Alemania ya no tiene a aquella Angela Merkel que confrontaba al magnate en la icónica foto del G7, sino a un Olaf Scholz que agoniza ante el auge de la ultraderecha. También la fortaleza de Emmanuel Macron, en Francia, hace aguas por las mismas grietas.

Y es que en Europa hay un trumpismo creciente entre la derecha radical, que gana posiciones en las urnas, lidera cada vez más Gobiernos y, como Trump, no basa sus éxitos en la discreción, sino en la estridencia. El cabecilla de este subgrupo dentro de los Veintisiete, el húngaro Viktor Orbán —que ostenta la presidencia rotatoria de la UE hasta final de año—, ya llamó hace unos días a su amigo republicano para desearle suerte. Ha anunciado que, si gana, descorchará botellas de champán en la cumbre europea de la semana que viene en Budapest, bajo el lema de «Make Europe great again [hacer Europa grande de nuevo]» que eligió para el semestre. Un espejo del clásico MAGA de Trump. 

Ucrania, OTAN y aranceles

Dentro de la UE, arropa a Orbán el apodado Trump neerlandés, Geert Wilders, con el mismo tupé leonado que el estadounidense. También el populista eslovaco Robert Fico —prorruso de izquierdas— y el ganador de las elecciones en Austria, el ultraderechista Herbert Kickl, están en el mismo vagón. No así la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora Ursula von der Leyen, quien, a pesar de su acercamiento a la extremista italiana, Giorgia Meloni, tacha de autócrata y corrupto al húngaro. Ella insiste en dejar todo bien atado ante una posible victoria republicana.

El desafío más inmediato tendría que ver con la guerra en Ucrania: Trump ha prometido negociar un acuerdo de paz «en 24 horas» si es elegido, una improbable hazaña en la que Orbán ha expresado una confianza ciega y que inquieta a Kiev. Su estrategia, según se filtró en abril a The Washington Post, sería presionar a Volodímir Zelenski para que ceda a Rusia la península de Crimea y la región fronteriza del Dombás, con la esperanza de que Moscú dé así su visto bueno y detenga la invasión. Lo más probable es que la UE rechace rotundamente la idea, pero el neoyorquino seguiría adelante de todos modos, creen algunos expertos consultados por Efe. 

En cuanto a la OTAN, nadie piensa que Trump vaya a abandonarla, pero sí podría dejarla de lado y quitarle legitimidad, teniendo en cuenta que la defensa de Europa depende en gran parte de Estados Unidos. Además, no sería disparatado que el republicano incitara a Rusia a atacar a los aliados que se retrasen en los pagos, como insinuó en febrero. «En general, hay que tomarle la palabra a Donald Trump», opinó analista Jörn Fleck.

Pero Bruselas no solo se prepara en materia de defensa. En el plano comercial, el magnate ha amenazado con imponer aranceles del 10 % a todas las importaciones, una perspectiva preocupante para el club comunitario, cuyo mayor socio comercial es EE.UU. Según varios medios, la Comisión Europea ya está diseñando posibles represalias por si esas tasas aduaneras entran en vigor, aunque Fleck ve esa estrategia poco acertada: «La presión y los aranceles [europeos] no movieron ni un centímetro a Trump en su primer mandato».