Alarma en la industria alemana: «No podemos producir coches eléctricos al precio de los chinos»

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Opel advierte sobre la pérdida de competitividad que está padeciendo mientras que Bosch recorta su pronóstico para el 2024 y ya abre la puerta a nuevos despidos

01 nov 2024 . Actualizado a las 08:49 h.

La industria alemana lleva unos meses dando la voz de alarma. Su competitividad, aseguran, está en riesgo. El último en lanzar una advertencia ha sido el presidente del fabricante automovilístico alemán Opel, Florian Huettl, que ayer mismo aseguraba que no es posible que en Alemania se puedan construir a corto plazo coches eléctricos que puedan competir en cuanto a precio con los productos de empresas chinas: «En Alemania no podemos construir coches eléctricos que cuesten entre 25.000 y 30.000 euros. Con los costos salariales en Alemania y los precios de la energía eso no es posible», dijo Huettl en declaraciones al diario Augsburger Allgemeine.

Para mantener su competitividad, Opel está produciendo modelos económicos como Corsa o Frontera fuera del territorio teutón. Huettl pide volver a introducir una prima estatal para la compra de vehículos eléctricos así como más inversiones en la infraestructura de estaciones de carga para impulsar el mercado de la electromovilidad en Alemania.

Los planes para sacar como coche eléctrico el tradicional modelo Manta se han retrasado y no se podrán realizar en el 2025, según Huettl, que no quiso precisar una fecha concreta. 

En las discusiones actuales en torno a la crisis del grupo Volkswagen (VW) se le reprocha al gigante automovilístico alemán el no haber podido sacar al mercado un modelo eléctrico económico con lo que se habría quedado rezagado frente a los competidores chinos. Sin embargo, VW anunció que en el 2027 sacará un pequeño modelo eléctrico que costará 20.000 euros. Actualmente en la gama de productos de VW hay un coche eléctrico por 30.000 euros. Opel pertenece actualmente al consorcio francés Stellantis pero su sede central sigue estando en Russelheim (centro de Alemania).

No es este un mal que solo adolezcan las empresas automovilísticas. También se están viendo afectados otros gigantes de la industria con algunas patas de su negocio vinculadas al sector de los coches. Es el caso de Bosch, que este jueves reconocía que iba a ser imposible alcanzar sus pronósticos de crecimiento económico para el 2024, al tiempo que abría la puerta a nuevos recortes de personal ante la crisis del sector automovilístico en el país.

En una entrevista al diario alemán Tagesspiegel, el consejero delegado de Bosch, Stefan Hartung, aseguró que la compañía «no alcanzará sus objetivos económicos del 2024» y sus ventas serán «ligeramente inferiores» a las del año anterior. En un principio, Bosch preveía que sus ventas crecieran entre un 5 y un 7 % en el 2024, en comparación con el 3,8 % del 2023, cuando generó unos ingresos de 91.600 millones a pesar de las desfavorables condiciones económicas y del mercado.

El directivo prevé que el rendimiento sobre ventas de la compañía sea como máximo del 4 %, frente al 5 % de un año antes, pero «mantiene firmemente en mente» el objetivo del 7 % para el 2026. 

Respecto al empleo, la compañía ha anunciado en los últimos meses varios planes para recortar puestos de trabajo en todo el mundo, que suman más de 7.000 afectados. En este sentido, el directivo ha abierto la puerta a que este número sea aún mayor: «Actualmente no puedo descartar que tengamos que seguir adaptando las capacidades de personal». Estas declaraciones llegan en un contexto en el que la compañía se está viendo afectada por el estancamiento de la producción de vehículos y la continua debilidad en el mercado de la ingeniería mecánica, lo que se está viendo reflejado en su cartera de pedidos.