Puigdemont vuelve a la presidencia de Junts llamando a la ofensiva para culminar el 1-O
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Aboga por mantener la tensión con el Gobierno y exprimir sus siete votos en el Congreso para lograr «conquistas»
27 oct 2024 . Actualizado a las 20:24 h.Los independentistas catalanes de Junts llaman a la ofensiva para culminar el desafío al Estado que empezaron en octubre del 2017. Coincidiendo con el aniversario de la declaración de independencia de aquel año, Carles Puigdemont dio por enterrada este domingo en el tercer congreso de su formación la etapa que denominó de la «resistencia», e instó a los suyos a «salir de los cuarteles de invierno» y comenzar a «jugar un nuevo partido» ante la hegemonía institucional del PSC.
Sin rivalidad interna (el liderazgo de Puigdemont sigue siendo, por ahora, indiscutible), el expresidente de la Generalitat clausuró el conclave de Calella (Barcelona) por videoconferencia desde su cuartel general de Waterloo, que le ha devuelto todo el poder en las filas posconvergentes, tras diseñar una ejecutiva a su medida, con más de la mitad de los miembros de nueva incorporación, y con sus principales colaboradores arropándolo desde las vicepresidencias (cuatro: Nogueras, Castellà, Sales y Rius) y la secretaría general, Jordi Turull, que finalmente se impuso en el pulso que ha mantenido con Laura Borràs los últimos dos años, desde que esta asumiera la presidencia en el congreso de Argelers. La nueva cúpula de Junts, con Puigdemont al frente, obtuvo el aval del 90 % de la militancia (2.552 votos favorables).
«Estamos en un proceso de apertura, hoy la empezamos; nos tenemos que abrir más, convencer a más gente e impulsar una línea de país a través de la nación, el progreso, la libertad y la independencia», señaló el dirigente secesionista, que ansía convertir su partido en «la herramienta» que representó Junts pel Sí en el 2015, cuando los herederos de la Convergència de Jordi Pujol y Artur Mas y los republicanos de Junqueras y Rovira acudieron juntos a las urnas para poner en marcha el procés.
Ataque al PSC y al PSOE
«Nada ha vuelto a ser igual desde entonces y nada puede hacerse ignorando esa realidad, escondiéndola o borrándola de la historia», añadió antes de arremeter contra los socialistas por «sacar provecho de la represión». Y les advirtió que «esa irresponsabilidad no ha sido nunca reparada, por muchas toneladas de cal viva de normalidad que quieran verter».
Rebajar la tensión con ERC
En la misma línea, Jordi Turull lanzó un órdago al PSOE al afirmar que Junts no está «casado con nadie» y reivindicó la vigencia de la declaración unilateral de independencia (DUI) del 2017, que se plantean hacer efectiva «si no hay otra vía». «Depende de nosotros que acabemos ese trabajo que empezamos en octubre del 2017», concluyó entre vítores de los militantes congregados en la fábrica Llobet-Guri de Calella.
La nueva estrategia de Junts, aprobada en las ponencias por el 93 % de las bases, pasa por presionar en Madrid, entrar en choque con el PSC de Salvador Illa y rebajar las tensiones con Esquerra, con la idea, tantas veces repetida, de rehacer puentes en el secesionismo. En este punto, proponen la creación de una sociedad paraguas del independentismo, liderada por la sociedad civil. Respecto al Gobierno de Pedro Sánchez, Puigdemont abogó por mantener la «tensión» y utilizar los votos de sus siete diputados en el Congreso para conseguir «conquistas» y que estos no se presten «a cambio de nada».
El líder del 1-O, que espera en Bélgica una amnistía que se le resiste, dirigió sus palabras más duras contra el Ejecutivo socialista de la Generalitat, del que dijo que es el «más españolista y hostil a toda idea de soberanía» y contra el «monopolio asfixiante de un único partido en todas las instituciones», en un momento en el que los socialistas gobiernan en España, Cataluña y grandes ciudades como Barcelona.