Draghi advierte: o la UE descarboniza más barato, o perderá competitividad

Beatriz García Couce
beatriz couce REDACCIÓN / LA VOZ

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OLIVIER HOSLET | EFE

El expresidente del BCE defiende acelerar el despliegue renovable con un plan global, apostar por la innovación y reducir la dependencia exterior

27 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

De todas las grandes economías, la europea es la más vulnerable a la transformación radical que sacude el mundo. Es mucho más abierta al comercio exterior que sus principales rivales —China y Estados Unidos—, tiene unos precios de la energía entre dos y tres veces más caros, presenta una mayor dependencia de las materias primas y productos tecnológicos de terceros países, está peor preparada para defenderse, y se queda atrás en la carrera por la innovación. El diagnóstico realizado por el expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en su informe sobre la competitividad de la UE, pone el foco en sus debilidades, pero también indica el camino por el que hay que transitar.

Aunque a lo largo de sus cerca de 400 páginas desvela una amplia batería de propuestas, Draghi compendia sus recetas en tres ámbitos de intervención: potenciar la innovación, establecer un plan conjunto de descarbonización y competitividad; y reducir la dependencia exterior, tanto en el ámbito de la defensa como en el de las materias primas. Estas son algunas de sus propuestas para mejorar la competitividad europea y reducir la brecha existente con Estados Unidos y la pujante China.

Descarbonización y competitividad

Abaratar la energía. Los objetivos de descarbonización de la UE también son más ambiciosos que los de sus competidores, lo que crea costes adicionales a corto plazo para la industria europea. De ahí que una de las primeras líneas de actuación prioritaria es la de «reducir los precios de la energía». Draghi no deja lugar a dudas al respecto: «Si los ambiciosos objetivos climáticos de Europa se acompañan de un plan coherente para lograrlos, la descarbonización será una oportunidad. Pero si no logramos coordinar nuestras políticas, existe el riesgo de que sea contraria a la competitividad y, en última instancia, se retrase o incluso se rechace». Consciente de que la transición energética es una carrera de fondo, recomienda acelerar el despliegue de las fuentes renovables, para «transferir los beneficios de la descarbonización más rápidamente a los europeos».

El experto italiano lanza otra advertencia: «Pasará tiempo antes de que veamos un efecto importante a la baja en los precios de la energía debido a la descarbonización». A corto plazo, solo se lograrán beneficios completos de la transición limpia para la competitividad de la Unión Europea cuando las energías renovables combinadas con nuclear fijen regularmente los precios y se completen —y amorticen— las inversiones en redes, almacenamiento y flexibilidad. A medio plazo, «la generación de combustibles fósiles debe ser desplazada significativamente del mix energético por las renovables, en combinación con una inversión adecuada en infraestructura, flexibilidad y soluciones de almacenamiento para tener un impacto beneficioso en los precios».

innovación

Esfuerzos en varios ámbitos. El informe es claro en cuanto a las necesidades en este ámbito. «El nivel actual de innovación verde no será suficiente para alcanzar los objetivos de emisiones netas cero de la UE para el 2050». «El desarrollo tecnológico puede ayudar a reducir e incluso eliminar las primas existentes» en tecnologías que aún siguen siendo caras, como el hidrógeno verde, la captura de carbono y los combustibles alternativos para la aviación y el transporte marítimo. Además, el estudio apunta a otro ámbito: la tecnología digital, cuya debilidad «se debe a una estructura industrial estática que genera un círculo vicioso de baja inversión e innovación». De ahí que recete más I+D —las empresas europeas gastaron en el 2021 la mitad que las estadounidenses—, en tecnologías nuevas, además de en «activos tangibles de TIC y en software, bases de datos y propiedad intelectual». Facilitar la expansión de las empresas innovadoras a través de un mercado único y un mercado de capitales integrado es otra de las necesidades en este ámbito.

seguridad

El desafío de las crecientes amenazas. El expresidente del BCE advierte: «Para que Europa siga siendo libre, debemos ser más independientes». Y las recetas están claras: establecer cadenas de suministro más seguras de materias primas y tecnologías críticas; aumentar la capacidad de producción nacional en sectores estratégicos, y ampliar la capacidad industrial en defensa y espacio. Todo ello, desde una perspectiva global, propiciando los acuerdos comerciales con países ricos en recursos, creando reservas en determinadas zonas críticas, e impulsando asociaciones industriales para asegurar la cadena de suministro de tecnologías clave. Entre las fortalezas, Draghi subraya que «algunos productos y tecnologías de la Unión Europea son superiores o, al menos equivalentes, en calidad a los producidos por EE.UU. en múltiples áreas, como los carros de combate principales y los subsistemas relacionados, los submarinos convencionales y la tecnología de astilleros navales, los helicópteros y los aviones de transporte». Sin embargo, tiene que atajar sus debilidades en términos de gasto público general, huella industrial, coordinación y estandarización de productos, dependencia internacional, innovación y gobernanza. En cuanto a la industria espacial, recomienda «garantizar la soberanía europea en el acceso autónomo al espacio, las capacidades de defensa y las aplicaciones espaciales clave para la sociedad, como las telecomunicaciones, la observación de la tierra, la navegación y la seguridad».

materias críticas

Diversificar suministros y desarrollar chips. «Las materias primas críticas son esenciales para acelerar la transformación que necesita la economía de la UE. El rápido crecimiento de la demanda está poniendo en riesgo el equilibrio entre la oferta y la demanda a nivel mundial, a lo que se suman los desafíos que plantea la limitada diversificación de los suministros y un alto nivel de dependencia de las cadenas de suministro de la UE», diagnostica Draghi. Aboga por lanzar «una estrategia coordinada que abarque toda la cadena de valor, desde las materias primas hasta los productos finales». También reclama definir una línea de actuación para «potenciar la presencia nacional de Europa en los segmentos de chips más avanzados».

Financiación

Las cifras. La factura que tendrá que pagar la UE por reducir la brecha de su competitividad se cuantifica en un volumen de inversión que oscila entre los 750.000 y los 800.000 millones de euros de inversión adicional al año, sostenida en su mayor parte desde el ámbito privado, pero sostenido desde el sector público.

Una llamada a la industrialización con la alarma puesta en algunas deslocalizaciones

Además de los tres grandes focos en los que el expresidente del BCE llama a intervenir para apuntalar el futuro de la competitividad europea, su informe también aborda en detalle distintos sectores, para los que aporta diferentes propuestas.

Así, en relación con las industrias electrointensivas, además de facilitar la descarbonización, insiste en la necesidad de «establecer condiciones de igualdad con la competencia internacional» y evitar deslocalizaciones.

En cuanto a las tecnologías limpias, Draghi recuerda que la eólica y la térmica han estado a la vanguardia en Europa, pero se enfrentan a una presión competitiva cada vez mayor, debido al aumento de los costes energéticos y a los mayores esfuerzos de descarbonización. «La desindustrialización en la UE en algunos de estos sectores ya ha comenzado y puede acelerarse si no se aplican políticas específicas».

La automoción es otro caso: un sector que era uno de los motores europeos y que pasa por dificultades. Para que esta industria suministre «vehículos que sean asequibles para el consumo interno y atractivos en los mercados de exportación», receta actuar para mantener costes competitivos y reducir la carga regulatoria.

Para la industria farmacéutica, Draghi insta a «mantener y ampliar la capacidad de la UE para realizar I+D», mientras que para el transporte aconseja «garantizar el desarrollo de infraestructuras y la armonización de las normas para lograr un mercado integrado e intermodal en toda la UE».

«Asegurar una posición sólida durante los próximos cinco años en la inteligencia artificial integrada en sectores industriales clave, como la fabricación avanzada y la robótica industrial, los productos químicos, las telecomunicaciones y la biotecnología» es otro de los objetivos a perseguir por la UE. También impulsar el despliegue de servicios de banda ancha móviles y fijos.

Contar con un mix energético diversificado, con energías renovables, hidroeléctrica, nuclear, y GNL, entre otros, ofrecerá una producción más barata, reducirá los precios y otorgará ventajas competitivas. Pero es necesario evitar los cuellos de botella en las redes e invertir en su desarrollo. Todas estas actuaciones deben ir acompañadas de esfuerzos por retener y formar talento, ampliar la financiación bancaria y reforzar el trabajo de gobierno de la Unión Europea.