La actriz Mouliaá: «Íñigo, solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo»
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La policía judicializa la denuncia sin tomar declaración al acusado, que puede afrontar 5 años de cárcel
26 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Íñigo Errejón, que dijo deplorar los «silencios vergonzantes» en el mundo de la política, el periodismo y el fútbol, con motivo del «beso robado» de Luis Rubiales a la jugadora Jennifer Hermoso en el 2023, está desde ayer frente al espejo de su casa y en el escaparate de toda España. El jueves, dejó la política al desvelarse en redes acusaciones contra él de violencia machista. La primera mujer que presentó una denuncia ante la Policía Nacional contra el ya exportavoz de Sumar, por presunta agresión sexual, es la actriz y presentadora Elisa Mouliaá.
Lo hizo ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, en Madrid. En el texto, relata los episodios de presunta violencia machista cometidos por el cofundador de Podemos que podrían ser constitutivos de un delito de agresión sexual castigado con penas que van de 1 a 5 años de cárcel.
Moulinaá describe con todo lujo de detalles que una noche a finales de septiembre del 2021 y tras llevar alrededor de un año de relaciones con Errejón a través de las redes sociales, este la invitó a la presentación de su libro Con todo: de los años veloces al futuro. Al terminar ese evento, se fueron a tomar unas cervezas a un bar próximo. Como ella, entonces de 32 años, tenía previsto acudir a una fiesta de amigos en el barrio madrileño de Chamberí, «por educación» lo invitó a acompañarla. «Para sorpresa» de ella, él aceptó. La actriz precisa que cuando iban en un coche hacia la fiesta, el diputado adoptó una «actitud dominante» y le dijo que le iba a imponer tres reglas: «Que no se alejase mucho de él esa noche, que si lo hacía no fuese a más de 20 metros de él y regresase, y la tercera que le diera un beso».
«Ataque de celos»
La también presentadora aseguró sentirse «violentada y cortada, si bien decidió guardar silencio por ser quien era». Una vez en el edificio, dentro del ascensor, Errejón le dijo: «La tercera regla la voy a romper ahora mismo». Entonces, la agarró por la cintura y la comenzó a besar «introduciendo su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta». Ella se sintió «intimidada». Una vez en la fiesta, y tras hablar, beber y bailar con los asistentes, ella bailó con un amigo suyo una canción de Los Secretos, con lo que Errejón sufrió un «ataque de celos», la cogió del brazo y se la llevó a seis metros, por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la vivienda, donde se habrían producido varios tocamientos «sin el consentimiento» de la actriz.
«Cerró la puerta con pestillo»
Según la denuncia, el exparlamentario «cerró la puerta con pestillo para impedir que ella pudiera escapar, la comenzó a besar y a tocar por distintas partes de su cuerpo, sobre todo por la zona de los pechos y de los glúteos, no pudiendo concretar si por encima o por debajo de la ropa. Le quitó el sujetador al tiempo que le decía frases lascivas del tipo: ‘cómo me pones’. Todos estos hechos ocurrieron sin el consentimiento de la denunciante».
A continuación, la empujó sobre la cama y él «se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos de ella». Mouliaá declaró que se sintió «paralizada y no consintió nada de lo que sucedió», y le dijo que quería seguir en la fiesta porque uno de sus amigos se había quedado solo. Él le respondió que salía de la habitación «con la condición de que en 20 minutos ambos se tenían que ir de allí a casa» del entonces diputado y que iba a avisar a un taxi para desplazarse. Estuvieron un rato más en la fiesta y accedió a marcharse con la intención de que «todo lo que estaba sucediendo terminara cuanto antes». El político, cuenta la denunciante, agarró la chaqueta de la chica y se la puso con mucha celeridad, al tiempo que le decía: «Vamos, date prisa, que el coche lleva cinco minutos esperando».
Durante el trayecto al domicilio del politólogo, Mouliaá recibió una llamada. Era su padre, Ignacio, quien le comunicó que su hija, de un año, tenía 40 grados de fiebre. Pese a ello, ambos siguieron hacia la casa de Errejón, Narra también que él mantenía una actitud «fría e impasible», sin interesarse por su pequeña, y ni siquiera le ofreció que se fuera a ver a su niña.
Una vez en el domicilio de él, la besó y le tocó los pechos y los glúteos. Ella le comentó que estaba «muy incómoda y preocupada» por su hija, y que «todo lo sucedido le estaba pareciendo muy violento». A lo que añadió: «Errejón, solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo».
Seducción y emoticonos
Mouliaá le preguntó «si no sabía lo que era la seducción, los tiempos y la escucha». Él dio las gracias y le dijo que eso le iba a servir para futuros encuentros. Una respuesta que le provocó «sorpresa, repulsión y decepción».
La denunciante aportó a la policía una captura de pantalla de un mensaje de su móvil a una amiga, Jana Escamilla, el 10 de octubre del 2021, unos días después de lo sucedido. Cuando esta le preguntó qué tal con Errejón, ella le escribió que la «entró a saco» y que estaba «decepcionadísima». Añadió dos emoticonos, uno de una cara riendo, y el otro, una deposición, también sonriente.
La denuncia policial, sin tomar declaración al acusado, fue enviada ayer a los tribunales. Recayó en el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, a cargo de Adolfo Carretero, que deberá decidir si la admite o no a trámite. Este órgano reclamará al Congreso el certificado que acredite que Íñigo Errejón ha renunciado al acta y que, por tanto, ya no es aforado. Oficialmente, dejó de ser diputado desde las cero horas de este viernes.
Ante este tipo de actos, las unidades expertas de la Policía Nacional escuchan a la víctima, comprueban hechos, se toma declaración a familiares y testigos, se realizan visionados de imágenes... y, si hay indicios suficientes contra el denunciado, actúan contra él informando a la autoridad judicial.
Cercanos a la fecha de los hechos denunciados, el 22 de noviembre, Errejón usaba las mismas redes que acabaron volviéndose contra él para expresar: «Todo el apoyo a las mujeres que sufren sistemáticamente violencia y acoso en las redes sociales».