Los musulmanes de Míchigan, pieza clave el 5N: «Voy a votar a Trump como mal menor»
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El desencanto de los votantes demócratas con el partido es mayúsculo por su postura en la guerra en Gaza
24 oct 2024 . Actualizado a las 12:41 h.Al este y al oeste de Detroit (Míchigan) hay dos municipios donde se habla más árabe que inglés, se ven más banderas libanesas y palestinas que estadounidenses, las iglesias se mezclan con mezquitas y buena parte de las mujeres caminan ataviadas con hiyab e incluso con niqab. Dearborn y Hamtrack son el epicentro de la comunidad árabeamericana de EE.UU. y sus habitantes podrían acabar decidiendo quién será el próximo presidente.
«Me da igual quién gane y no puedo votar por ninguno por lo que están haciendo en Gaza. Tanto los demócratas como los republicanos apoyan a Israel», lanza, furtivo, sin querer revelar su nombre, un pequeño comerciante de origen libanés de Dearborn mientras espera su turno en una carnicería y el hacha del dependiente cae, furiosa, contra un trozo de carne. Esa es una postura muy repetida en las dos localidades de Detroit de mayoría árabeamericana, las primeras del país. El desencanto de los votantes demócratas con el partido es mayúsculo por su postura con respecto a la guerra de Gaza y suponen un tremendo problema para la campaña a la presidencia de Kamala Harris.
Las cuentas son claras: Míchigan es el segundo de los estados bisagra —eligen entre republicanos y demócratas, según las elecciones— que más votos de colegio electoral reparte (15) después de Pensilvania (19). Donald Trump ganó en el 2016 el estado por 10.000 votos y el demócrata Joe Biden lo recuperó en el 2020 por 140.000 sufragios, aupado por el porcentaje de 70 puntos que logró en las zonas más pobladas por árabeamericanos, una comunidad que aporta 300.000 votantes a nivel estatal.
La conclusión es más clara todavía: cualquier pequeña variación en el apoyo musulmán, en forma de abstención, o de apoyo a otros candidatos, podría costarle la presidencia a Harris y la tendencia no es nada halagüeña para la candidata demócrata.
A mal menor, algunos están optando por Trump por cuestiones sociales. «Como musulmán estoy limitado porque ambos partidos en política exterior están ciegos. No ven la sangre que hay en Oriente Medio y no tienen la intención siquiera de intentar solucionar ese aspecto», subraya a La Voz Mohamed Gamesh, de origen yemení, dueño de una pequeña agencia de viajes en Hamtrack donde atiende llamadas de forma frenética.
Hace una pausa después de esa reflexión para lanzar lo que, por el suspiro previo, parece una confesión. «Pero tengo que votar y he estado votando demócrata desde que obtuve mi ciudadanía en el 2010, pero hace tres años comenzaron a promover la ideología LGTB en las escuelas, con libros y cosas locas que no tienen nada que ver con la educación, y nos traicionaron. Voy a votar a Trump porque compartimos creencias familiares y no la agenda loca que intentan imponer en nuestros hijos», asegura.
No será el único, y, para muestra, un botón: el alcalde de Hamtrack, Amer Ghalib, un musulmán demócrata, apoya a Trump y la semana pasada fue el anfitrión del magnate durante una visita a la localidad. Otros optarán por candidatos minoritarios. La postulante verde, Jill Stein, tiene un 40 % de intención entre los musulmanes de Míchigan, según un reciente sondeo del Consejo de Relaciones Islamoamericanas, algo que si se confirma sería nefasto para Harris.
«Para la mayoría de la población árabeamericana la mayor preocupación en esta elección es la guerra de Gaza», considera Sufian Nabhan, líder del Centro Islámico de Detroit, que organiza colectas para enviar el dinero a la Franja.
«No es solo que la gente esté perdiendo a sus familiares en el exterior, sino que están sacando de sus bolsillos el dinero para las armas que los están matando en forma de impuestos. Eso provoca mucho dolor», subraya Nabhan.
Harris ha pedido en varias ocasiones el cese al fuego en Gaza y se ha mostrado consternada por la muerte de civiles, pero los árabeamericanos en Detroit recuerdan que es la segunda al mando de una Administración que está financiando el conflicto y no ha logrado pararlo. Trump no oculta el apoyo frontal republicano a Israel. Paradójicamente los musulmanes de Míchigan podrían darle la presidencia.