Los moldavos deciden unirse al club europeo por un margen mínimo, entre acusaciones de injerencia rusa

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, este lunes en Chisinau.
La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, este lunes en Chisinau. DUMITRU DORU | EFE

En el referendo acabó ganando el sí por menos de un punto de diferencia

21 oct 2024 . Actualizado a las 22:13 h.

Los moldavos han decidido que quieren unirse a la UE, pero por un margen microscópico. De hecho, poco antes de las doce de la noche del domingo, a falta de que se contasen los últimos votos del referendo, algunos medios y la propia presidenta del país, la europeísta Maia Sandu, dieron la noticia contraria. «Esto es un fraude sin precedentes cuyo objetivo es corromper la democracia», denunció la mandataria, acusando veladamente a Rusia de interferencia electoral. Horas después, cambió su discurso y afirmó haber ganado «una batalla injusta».

El sí se llevó un 50,46 % de los votos. Es decir, que el tira y afloja entre Rusia y Occidente por el control de la pequeña nación sin salida al mar, donde viven 2,5 millones de personas, se quedó a menos de un punto de romper la cuerda. Apenas 12.000 votos evitaron un revés inesperado para Sandu.

Ella no se atrevió a mencionar directamente a Moscú, pero Bruselas sí: la Comisión Europea denunció que el Kremlin había interferido en el referendo y en las presidenciales moldavas, que se celebraron a la vez. Además, señaló que esa supuesta campaña de manipulación no fue cosa de los «días y semanas previos a las elecciones», sino que empezó en febrero del 2022, después de la invasión de Ucrania. Los observadores independientes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) celebraron la victoria del sí y también denunciaron una «injerencia ilegal rusa sin precedentes».

El Kremlin le dio la vuelta a la tortilla. «Han acusado sin pruebas a nuestro país, cuando fue Occidente quien se entrometió abiertamente en este proceso electoral», sostuvo la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. En cuanto a las presidenciales, Sandu se impuso sobre su principal adversario, Alexandr Stoianoglo —el «candidato de Rusia»—, con un 42,45 % de los votos frente a un 25,98 %, por lo que tendrá que ir a segunda vuelta. Aunque todavía no se ha aclarado esa supuesta injerencia rusa, lo cierto es que las encuestas preelectorales le auguraban a la europeísta una ventaja mucho más holgada. También predecían que al menos el 60 % de los moldavos votarían sí.

El peso del voto extranjero

Según datos preliminares, la balanza se terminó inclinando por el sí gracias a los votos de los moldavos en el extranjero, que se contaron de últimos y dieron el último impulso necesario. Dentro del país, ganó el no.

Ahora le toca a una Sandu debilitada —dicen los observadores— enfrentarse a una complicada segunda vuelta contra un frente opositor pro-Moscú liderado por Stoianoglo. «Sandu esperaba recibir un mandato fuerte para avanzar en su esfuerzo por integrarse en la UE, pero el estrecho margen de votos plantea importantes interrogantes sobre el nivel de apoyo a sus políticas», dijo un diplomático occidental en Chisinau a The Guardian.