![Yehya al Sinwar, el 14 de abril en Gaza.](https://img.lavdg.com/sc/NdNFmN3wCrNiQrrdaN9X4UCLwAk=/480x/2023/12/02/00121701525782286772223/Foto/reu_20231201_134104307.jpg)
La muerte a manos del ejército israelí de Yahya Sinwar, el líder de Hamás, podría, como creen algunos, acercar el fin a la guerra en Gaza, aunque hay motivos para el escepticismo. Desde el punto de vista de Israel parece un momento oportuno. Entre otras cosas, supondría también frenar el conflicto en el Líbano, puesto que Hezbolá aceptaría un alto el fuego si se alcanza antes uno en Gaza. Sin embargo, tal y como lo ve el primer ministro Benjamin Netanyahu, parar ahora supondría perder lo que él considera su gran oportunidad para desarbolar del todo a Hamás y Hezbolá, e incluso para asestar un golpe a Irán (que estas sean perspectivas realistas, ya es otro asunto). Netanyahu es consciente, además, de que los elementos más extremistas de su coalición de gobierno esperan el fin de la guerra para plantear una peligrosa colonización de una parte de la Franja de Gaza. De modo que lo más probable es que el primer ministro opte por la ambigüedad: una desescalada provisional, pero sin declarar el fin de la guerra. Por otra parte, sigue existiendo el problema de los rehenes. Primero, Israel querrá cerciorarse de que siguen vivos, porque Sinwar podía haber dejado instrucciones para su ejecución, y luego esperará a ver quién es el nuevo líder. Sinwar era especialmente radical, incluso en el contexto de Hamás, y tanto esta intransigencia como la dificultad para localizarle han sido dos obstáculos importantes (aunque no los únicos) para las negociaciones de alto el fuego.
Lo mejor para esas negociaciones sería que a Sinwar le sucediese Jaled Meshal, que reside ahora en Turquía. Es un pragmático (lo que no quiere decir un moderado) y se encuentra próximo a las autoridades cataríes y turcas. Siempre ha sido contrario a la línea proiraní y su nombramiento supondría el regreso de Hamás a la órbita islamista árabe. Pero esa es, precisamente, la razón por la que Meshal perdió apoyos dentro de la organización, sobre todo desde que, durante la guerra civil siria, se puso de lado de los rebeldes yihadistas frente a Bachar al Asad y Teherán. Otra alternativa pragmática con más posibilidades sería Jalil al Hayya, que sí es proiraní, pero pertenece a la oficina política de Hamás, no a la militar, y tiene mucha experiencia en negociaciones de alto el fuego (fue él quien logró el de 2014). Sea como sea, el hecho es que, cuando los israelíes mataron en Irán a Ismail Haniya, entonces el líder de Hamás, tanto Meshal como Al Hayya fueron dejados de lado y la elección recayó en Yahya Sinwar. Si esto vuelve a suceder, hay que esperarse a alguien como Mohamed Sinwar, el hermano menor de Yahya. Esto serían pésimas noticias para las perspectivas de un algo el fuego. Mohamed es tan fanático como su hermano pero no es tan popular, y esa otra de las cosas que pueden suceder ahora: que Hamás se disgregue durante un tiempo en células autónomas, lo que dificultaría aún más una negociación sobre los rehenes y el alto el fuego.
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