La visita de Carlos III reabre el debate del futuro de la monarquía en Australia

Rocío Otoya SÍDNEY / EFE

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El rey Carlos III y su esposa, la reina Camila.
El rey Carlos III y su esposa, la reina Camila. Russell Cheyne | REUTERS

El primer ministro del país, el laborista Anthony Albanese, paralizó la convocatoria de otro referendo para decidir sobre una transformación a república en el 2025

17 oct 2024 . Actualizado a las 05:01 h.

La histórica visita del rey Carlos de Inglaterra a Australia este jueves, en su primer viaje como soberano a un reino de ultramar, reabre el debate en el país oceánico en torno a la adopción de un modelo republicano o la preservación de los fuertes lazos con la Corona británica. Australia, que desde que se convirtió en un Estado federado en 1901 se rige mediante un sistema monárquico con democracia parlamentaria, tiene actualmente a Carlos III como su jefe de Estado, a pesar de que el monarca está a más de 15.000 kilómetros de distancia y raramente pisa estas tierras australes.

Y si bien Carlos III ha estado en Australia en dieciséis ocasiones e incluso pasó temporadas de adolescente en este país, esta visita tiene un cariz especial al ser su primera como monarca y emprenderla pese al cáncer que padece, anunciado por el Palacio de Buckingham el pasado febrero.

Esta gira histórica ha llevado al Movimiento Republicano de Australia a lanzar la campaña satírica Monarquía, la gira de despedida para reflexionar sobre el futuro del país, mientras la Liga Monárquica de Australia ha organizado diversos eventos para recibir a los reyes defendiendo la estabilidad y la tradición que da la Corona británica.

Un futuro referendo

Si bien los republicanos y los monárquicos aprovechan el momento «para promover sus ideas», para Cindy McCreery, experta en monarquía moderna y colonialismo de la Universidad de Sídney, habría que sopesar «si la visita real será o no tan significativa» para los australianos. McCreery consideró que los más de 27 millones de habitantes de Australia actualmente tienen otras preocupaciones, como el alto coste de vida, que se ha traducido en que un 12,5 % de la población padezca de inseguridad alimentaria, según un reciente informe de la ONG Foodbank Hunger.

La atención de los australianos también se centra en la guerra en Gaza, un asunto que ha polarizado al país, así como en el sabor amargo que dejó el fracaso el año pasado de un referendo para crear un organismo consultivo indígena en el Parlamento de Camberra.

Dicho fracaso propició el colapso de los planes del primer ministro, el laborista Anthony Albanese, de convocar otro referendo para decidir si el país se convertía en una república en el 2025, que será año electoral y anticipando que un cambio constitucional sería una opción aún más lejana si la coalición conservadora toma el poder.

«La cuestión ahora es si esta visita real realmente conseguirá que Australia se preocupe profundamente de una manera u otra sobre si seguir siendo una monarquía», apuntó McCreery.