Rocío Muñoz, mujer del inglés al que Diego González Rivas salvó la vida: «Hasta que él afrontó el caso siempre nos dijeron que se iba a morir»
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La intervención del cirujano gallego con su técnica mínimamente invasiva permitió extraer cinco pequeños tumores de los pulmones de Robert Agyapong. Localizados en una ubicación difícil y sin tratamiento posible, su muerte era ya «una realidad»
19 oct 2024 . Actualizado a las 19:52 h.Rocío y Robert son lo que antes podría denominarse JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados). Él, nacido en Ghana pero con nacionalidad inglesa, es ingeniero aeronáutico. Ella, española de Jaén, ha desarrollado en el Reino Unido una carrera en el ámbito de la tesorería bancaria. Ambos residentes en Bristol desde hace una década y dedicados a profesiones diferentes, se enamoraron y cruzaron sus caminos. «Fue en la parada de bus de la uni, coincidíamos allí aunque yo iba a la facultad de derecho y él a la de ingeniería», hace memoria ella. Cuando se casan el 27 de marzo de 2022 ya son padres de un bebé, Alejandro, nacido exactamente un año antes. Esa misma fecha, la del 27 de marzo, volverá a ser determinante en sus vidas dos años después, es decir la pasada primavera. Con su segundo hijo ya en brazos, el pequeño Leo, la familia se ve golpeada por un diagnóstico demoledor en pleno aniversario de boda. El padre de familia sufre cinco lesiones pulmonares causadas por un carcinoma adenoide quístico. Un cáncer raro, que no responde a tratamientos de radio o quimioterapia y en su caso, inoperable. O al menos así fue como se lo explicaron especialistas médicos de varios centros hospitalarios europeos de primer nivel a los que acudieron para intentar tratarse. La principal dificultad de este caso radicaba en la localización de los cinco tumores en ambos pulmones. No eran aún muy grandes, inferiores a 1,5 centímetros de diámetro, pero extirparlos todos «suponía dejarle sin pulmones, eso fue lo que nos dijeron», apunta al otro lado de la línea telefónica Rocío.
«Que se iba a morir era una realidad. Las lesiones crecerían y no había posible curación», detalla la jienense haciendo memoria del shock que supuso realizar consultas que siempre terminaban con la misma palabra: «imposible». Fue medio año en el que tuvieron que hacerse a la idea de lo que se les venía encima, «unos cuidados paliativos en los que íbamos a ver cómo la enfermedad avanzaba con tacs cada tres meses». Pero un programa de televisión iba a cambiarlo todo. Y eso que ni Robert ni Rocío lo veían. Pero sí la hermana de ella en Jaén, seguidora de La Revuelta, el access prime time de La1 que presenta David Broncano custodiado por Ricardo Castella y Grison. Este espacio tenía como invitado el miércoles 18 de septiembre al cirujano coruñés Diego González Rivas. El propio Rivas operó a Broncano de su hiperhidrosis palmar, una sudoración excesiva en las manos. Claro que esa no era la carta de presentación del gallego, que a día de hoy es el médico que más operaciones ha realizado en diferentes países del mundo, 136 hasta la fecha.
Facultativo en excedencia de la Unidad de Cirugía Torácica del CHUAC en A Coruña, también realiza operaciones en clínicas privadas y, a través de la fundación que lleva su nombre, se desplaza junto con su equipo a lugares del tercer mundo donde su método quirúrgico mínimamente invasivo es prácticamente ciencia ficción. Haber patentado una técnica de cirugía torácica video-asistida que con una incisión de pequeño tamaño permite acceder y operar diferentes órganos de forma efectiva centraba esa entrevista televisiva en horario de máxima audiencia. La hermana de Rocío la vio entera y le llamó la atención que el cirujano realizase una videollamada con uno de sus pacientes explicando cómo le había salvado la vida interviniendo una malformación en sus pulmones, denominada aspergiloma. El enlace con el vídeo viajó de Andalucía a Inglaterra a través de WhatsApp.
La misión: localizar a Diego y hacer que operase a Robert
«En cuanto me lo mandó fui a buscar cómo podía localizar a Diego y vi que tenía consulta en un hospital privado de Madrid», comenta Rocío, añadiendo que una semana después ya estaba con su marido en la capital española en la que consideraban su última oportunidad. «Él estaba operando en Rumanía. A un compañero de su equipo le facilitamos informes, resonancias y tacs para que estudiase el caso», se refiere a aquella cita. «Esa misma tarde nos llamó él mismo desde su teléfono confirmando la operación», narra la andaluza. «Pensé en aquel momento "no me lo puedo creer", lo intentamos en Bristol, en Manchester, en mil sitios... siempre teníamos la misma respuesta y él dijo que no quedaba otra que operar porque sino sí que se moriría», añade sobre aquellos momentos en los que los sentimientos de esperanza y al mismo tiempo preocupación por la intervención invadieron a esta joven familia. Sin embargo, el doctor González Rivas se encargó de erradicar cualquier duda sobre la viabilidad de la operación: «Nos lo contó con tal seguridad, diciendo "eso lo sé hacer, tengo la técnica y el conocimiento, conozco este tipo de cáncer", que nos llenó de confianza, no dudó en ningún momento».
En quirófano diez días después de la entrevista con Broncano
Robert quedó en manos de Diego y su técnica, conocida como Uniportal VATS, en el hospital madrileño. Fue operado tres días después de la consulta, pasados solo diez de una entrevista televisiva que Robert y Rocío no podrán ya olvidar. Tal y como el cirujano contó este pasado jueves de nuevo en La Revuelta sobre la intervención, «tenía lesiones potencialmente curables, pero todos rechazaban el caso por el riesgo que suponía: había que extirparle trozos de pulmón demasiado grandes». Él se dispuso a coger el bisturí e intervenir de forma bilateral (realizando dos incisiones) en los órganos afectados por los tumores.
A Rocío una de las cosas que más le llamó la atención del «increíble equipo» que les atendió fue su lado humano. «Para nosotros en los últimos meses era muy difícil tener una conversación cara a cara con los especialistas, algo que no entendíamos. El contacto directo que Diego da a los pacientes es increíble», aporta esta licenciada en Derecho. Hace mención en concreto a que el día de la operación, que se prolongó durante casi cuatro horas, González Rivas hablase con ella para tranquilizarla.
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«Evidentemente quien se jugaba la vida era mi marido, pero que cogiese su teléfono desde el quirófano y me llamase a mitad de operación a la sala de espera diciendo que la cosa iba bien, da mucha seguridad y tranquiliza a un familiar que en esos momentos está temblando», rememora sobre lo vivido. «Él mismo da los resultados, te lo explica todo... que una eminencia tenga un trato tan cercano, emociona», concluye deshaciéndose en elogios hacia el médico gallego.
Hoy Robert lleva una vida «casi prácticamente normal, lleva todos los días a los niños al colegio», después de una «recuperación rapidísima», otra de las ventajas que la técnica ideada por González Rivas tiene para los pacientes. «Operamos un sábado y el domingo estaba de alta», presumía el coruñés en la conexión en directo realizada esta semana con Broncano.