Italia envía a centros de internamiento de Albania al primer grupo de migrantes

R.P. REDACCIÓN / LA VOZ

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Un militar italiano, ante el campo para migrantes en Gjadër, Albania.
Un militar italiano, ante el campo para migrantes en Gjadër, Albania. Florion Goga | REUTERS

Los polémicos campamentos son criticados por violar los derechos humanos y no ser conformes con la normativa europea

15 oct 2024 . Actualizado a las 10:12 h.

A punto de cumplirse un año del acuerdo entre la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y su homólogo albanés, Edi Rama, para la creación en el país balcánico de los polémicos centros de internamiento de migrantes, este lunes partió el primer grupo en un buque de la Marina italiana que partió de Lampedusa. El Gobierno de Meloni se convierte así en el primer país de la UE en externalizar la gestión de la solicitud de asilo, o la deportación, a centros que son criticados por violar los derechos humanos y no ser conformes con la normativa europea.

Esta semana se espera la llegada de unos 400 migrantes a los centros de internamiento situados en el puerto de Shengjin y en la vecina localidad de Gjadër, construidos y gestionados por Italia y con capacidad para acoger hasta a 36.000 personas al año.

Los migrantes que viajan en el buque Libra han sido sometidos a un primer control para verificar que proceden de países seguros, son hombres rescatados por patrulleras italianas en el canal de Sicilia y no vulnerables. Las mujeres, menores y personas vulnerables continuarán en Italia.

En los centros Shengjin y Gjadër se procederá a la identificación y retención de los solicitantes de asilo mientras se gestionan los trámites fronterizos. Se encuentran operativos desde la semana pasada, cuando el ministro de Interior italiano, Matteo Piantedosi, adelantó que el traslado de «inmigrantes irregulares procedentes del norte de África» comenzaría lo antes posible. La televisión albanesa mostró el pasado viernes imágenes del campo de Gjadër, un puerto del noroeste del país, que además de alojamientos con camas, dispone de una sala médica (laboratorio de análisis, radiografías y ecografías), y otra para controles psicológicos y psiquiátricos.

«Los migrantes no pueden abandonar las instalaciones y vagar libremente por Albania», según explicó el primer ministro Edi Rama, sobre el acuerdo entre ambos países, muy criticado por la oposición italiana y las oenegés de rescate de migrantes, aunque varios Gobiernos europeos han mostrado interés en replicar la iniciativa, entre ellos el del británico Keir Starmer.

«¡Qué escándalo! Un Gobierno que —con un claro mandato recibido de los ciudadanos— trabaja para defender las fronteras de Italia y detener el tráfico de personas, a través de acciones concretas y acuerdos internacionales», escribió la noche del domingo Meloni, en sus redes sociales para responder a la ONG Sea Watch. La organización alemana la había acusado de gastar «cientos de millones de euros de los contribuyentes para deportar y encarcelar a unos pocos miles de migrantes en Albania. Según la líder de la oposición italiana, la progresista Elly Schlein, criticó que la iniciativa costará al menos 800 millones de euros, dinero que podrían dedicarlos a la sanidad pública «en lugar de utilizarlos para violar los derechos humanos».

Esta polémica iniciativa la puso en marcha Giorgia Meloni poco después de su llegada al Gobierno en el 2023 con el objetivos de lanzar un mensaje disuasorio a los migrantes que quieren llegar a Italia cruzando el canal de Sicilia. En lo que va de año, Italia ha registrado unas 53.000 llegadas, una cifra considerablemente inferior a las casi 140.000 del mismo período del año pasado, según datos del Ministerio del Interior.