El informe de la UCO que implica a Ábalos en la trama de corrupción coloca al presidente a la defensiva y en una situación muy complicada
14 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El caso Koldo se ha convertido ya en caso Ábalos tras el contundente informe de la UCO que atribuye al exministro un papel relevante en la trama corrupta. ¿Cómo afectarán las revelaciones a Pedro Sánchez, que trata de desvincularse del que fuera hombre de su máxima confianza? Los politólogos consultados por La Voz analizan el escenario.
El escándalo
Sánchez se puso el listón muy alto. «Inevitablemente todo caso de corrupción genera un relativo desgaste, lamentablemente menos del que se debería, pero hay que diferenciar entre el electoral, sobre todo cuando no hay elecciones a la vista, y el político, sobre todo cuando dependes del apoyo de terceros para gobernar», argumenta Santiago Martínez. «No olvidemos que Sánchez llegó a la presidencia tras una moción de censura a Rajoy por la corrupción asociada a la financiación del PP», recuerda. Así pues, «Sánchez se ha puesto el listón muy alto e imagino que dependerá de cuánto le salpique a él personalmente todo este caso, que ya está dejando de ser el caso Koldo para convertirse en el caso Ábalos».
«Como en toda situación de gestión de crisis, ahora mismo el presidente y su equipo tienen que valorar cómo contener el daño y qué sacrificios deben hacer para que no le salpique, lo cual a su vez podría provocar que el exministro adopte una posición más amenazante respecto a lo que pueda entonces ‘revelar' o no a partir de ahora», observa Martínez. «Si a todo esto se añade la posibilidad de la cuadratura del círculo, es decir, llegar a fusionar, aunque sea indiciariamente, sutilmente, débilmente, a ojos de la opinión pública este caso Ábalos con toda la polémica reciente con la mujer del presidente… entonces la bola de nieve puede hacerse muy difícil de sostener por mucho que Sánchez se haya convertido con el tiempo en el resiliente Sísifo de la política», estima.
Consecuencias
Desgaste importante Para Carmen Lumbierres, «Moncloa se ha apresurado a marcar un cordón sanitario al presidente y ese va a ser el principal objetivo de ministros, grupo parlamentario y partido». «Estamos en una fase incipiente de instrucción, aunque las noticias ya conocidas son muy escandalosas y recuerdan a los peores modos de la corrupción de hace 15 años, hay que esperar a la imputación y al proceso judicial», asegura. «Será largo en el tiempo, lo que desgastará mucho al Gobierno aunque el final judicial sea incierto», sostiene. En su opinión, «Sánchez es implacable con cualquier colaborador que le cause problemas o le afecte en la opinión pública». Cree que «ahora salvar al soldado Sánchez va a ser la estrategia de las imputaciones a un colaborador tan cercano».
«Los casos de corrupción siempre pasan factura a los partidos y a sus líderes, aunque no todos los electorados reaccionan igual, ni todos los casos de corrupción se parecen», señala Nieves Lagares. «Aquí cuentan dos cosas, la percepción del hecho por la ciudadanía, es decir, que la corrupción sea creíble, y la estrategia de los partidos de oposición para explotarla y hacer de ella el marco político», añade. «Si las dos cosas se dan, el efecto es alto, si alguna de las dos no se da el efecto disminuye», destaca. «El tercer elemento fundamental es que los anteriores afecten al target susceptible de cambiar el voto», concluye.
¿Cómo afecta a Sánchez?
Responsabilidad política. «Si hay más allá de responsabilidades políticas serán los tribunales los que lo diriman, en todo caso como sucede en estos sucesos la responsabilidad viene por deficiencias en la supervisión del desempeño de una persona que él nombró, aunque fuera en un período en el que las normas y los procedimientos reglados se rompieron por la urgencia de contratación y compra de material sanitario de urgencia», afirma Lumbierres. En su opinión, «sea por desconocimiento o por negligencia hay ahí una clara responsabilidad política, que se tiene que calibrar del mismo modo en todos los casos de posible corrupción».
«Eso es algo que, jurídicamente, deberían dictaminar los tribunales, otra cuestión es la responsabilidad política, donde juegan los estándares morales que cada partido se pone a sí mismo», resalta Carlos Barrera. «Dado el conocimiento histórico que tenemos del personaje, y teniendo en cuenta su sentido del mantenimiento del poder a toda costa, parece más que complicado que vaya a dar un paso en el sentido de asumir responsabilidades políticas», expone. «La estrategia, o aquí más bien la táctica, es la de echar balones fuera», considera.
Lagares explica que «hay dos tipos de responsabilidades, las legales y las políticas; las legales las determinarán los jueces, las políticas se construyen»». «Todos los políticos son responsables de su personal y especialmente del más cercano, otra cosa son los nexos directos que existan en el tema, sentir que cuando un tema se corta rápido la responsabilidad es menor que cuando se protege durante mucho tiempo al presunto corrupto hasta que aparecen ya responsabilidades legales», apunta. «Cuántas explicaciones se deben dar sobre cualquier cosa es una competición por la agenda entre el gobierno, la oposición y los medios de comunicación, se trata de cuánto tiempo quiere tener en portada un tema cada uno de los actores», opina.
Las dos responsabilidades
«In eligendo» e «In vigilando». Para Martínez, «en este tipo de casos que parecen tan evidentes, como el del exministro, en otras latitudes se solía tener más en cuenta lo que los romanos ya denominaban culpa in eligendo y culpa in vigilando». «Tiene que haber una responsabilidad del líder en función de los perfiles que elige para gestionar un ministerio, así como un ministro también por la elección de sus asesores», añade. Pero también «existe una culpa in vigilando, porque cuesta creer que ese líder omnímodo como es el presidente de un gobierno, no esté al tanto de determinadas situaciones». «Esta última, en función de las nuevas revelaciones que surjan, si las hubiera, podría poner en un compromiso a los socios de gobierno».
Las contradicciones pueden ser una bola de nieve
Martínez recuerda que en febrero, tras el estallido del caso, escribió: «Conforme el caso avance, todo dependerá de que el caso Koldo pase a ser el caso Ábalos, según el transcurso procesal de la causa vaya salpicando al exministro o no. Si de las investigaciones no surgiese una imputación, entonces el caso podría ir diluyéndose, pero si del ovillo empieza a salir un hilo de noticias, hechos que contradigan las versiones del partido y del exministro, este caso podría convertirse en una inesperada bola de nieve». Y «ese es el problema en estos casos, los afectados salen a declarar sin ser conscientes de que con el tiempo tendrán que comerse sus palabras, y ya se sabe, donde dije digo…». ¿Cómo pueden afectar a Pedro Sánchez las revelaciones del caso Ábalos. «No creo que haya un efecto a corto plazo a no ser que el propio Sánchez cambie de estrategia en relación con estos asuntos de supuesta corrupción en sus entornos», afirma Barrera. «El problema radica en que el ‘aquí no ha pasado nada', en que podría resumirse dicha estrategia, cada vez presenta más grietas y puede no servir llegado un momento dado», añade. «Da la impresión de que se quiere seguir alargando el tema en los tribunales y, hasta que no haya implicaciones más altas, continuar como hasta el momento», señala.
Solo si hay nuevas revelaciones podría afectar a la legislatura
Para Carlos Barrera, «si con el paso del tiempo se producen nuevas revelaciones en las distintas investigaciones judiciales, podría acelerarse el fin de la legislatura». Considera que «quienes más pueden actuar como elementos de ese aceleramiento son los socios de legislatura del Gobierno, o algunos de ellos con más sensibilidad que no quieran verse asociados a la corrupción». Destaca que «esa fue la clave, por ejemplo, en el 2018, del apoyo del PNV a la moción de censura que hizo presidente a Sánchez, previo abandono del apoyo a Rajoy precisamente por corrupción». «No es un tema popular como para ser percibidos como aliados de quienes la amparan», afirma el director del Máster de Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra.
Según Nieves Lagares, «al fin de esta legislatura se le han formulado más motivos que a la Crónica de una muerte anunciada, mucho me temo que el fin de la legislatura lo decidirán los apoyos de Pedro Sánchez y llegado un punto de la legislatura, la cuestión es cuánto puede resistir sin todos sus apoyos». Dicho de otro modo, añade la profesora de la Universidad de Santiago de Compostela, «puede suceder en cualquier momento o puede no suceder nunca».
El consultor político Santiago Martínez estima que «salvo que surja algo que afecte de modo muy directo al presidente, más allá de ciertas contradicciones en diferentes momentos, veo difícil que PP y PNV o Junts llegasen a un acuerdo para una moción de censura».
Sin preocupación en Sumar
Carmen Lumbierres estima que «Sumar ha mostrado su apoyo al Gobierno, y no parece que sus aliados parlamentarios estén muy preocupados por esto». «El eje de la legislatura, como bien sabemos, está en otro lado, en el futuro organizativo interno de los dos partidos catalanes ERC y Junts», explica. Otra cosa, según la politóloga y profesora de Ciencia Política de la UNED, es que «calienten más los ánimos de la oposición, que se agarra a un tema nuevo cada semana, migrantes, caso Begoña Gómez, modificación normativa de los presos de ETA, cupo catalán o amnistía».