El ministro de Defensa de Israel dice que la respuesta a Irán será «letal, precisa y sorprendente»
ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores
Netanyahu conversa por teléfono con Biden por primera vez desde agosto, en medio de la tensión patente entre Washington y Tel Aviv
10 oct 2024 . Actualizado a las 16:39 h.No entenderán qué pasó ni cómo. Así definió este miércoles el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, la respuesta que Tel Aviv prepara a los 200 misiles que lanzó Irán el martes de la semana pasada. La venganza será «letal, precisa y sorprendente», aseguró. Israel no olvida. Gallant tenía previsto volar el martes por la noche para reunirse, precisamente, con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y otros altos cargos del país. Iba a discutir esas represalias contra Irán, después de que Washington trazase algunas líneas rojas.
El Estado judío se dirime entre bombardear una serie de bases petrolíferas del régimen de los ayatolás o directamente atacar sus capacidades nucleares, las cuales, por cierto, Irán parece estar considerando poner en práctica. Este miércoles, 39 parlamentarios pidieron cambiar el fin exclusivamente civil —energético— de la doctrina nuclear del país. Quieren que el líder supremo, Alí Jamenéi, levante su prohibición al uso armas de destrucción masiva contra sus enemigos.
El avión de Gallant no despegó. Benjamin Netanyahu le ordenó a última hora esperar a que hablase por teléfono con Joe Biden, mientras intentaba alejarse —sin éxito— del sonido de las bombas. Retumbaban al norte, en el Líbano, y al sur, en Gaza. El vínculo entre los dos mandatarios está notablemente deteriorado después de varios choques por la conducta de Tel Aviv con sus vecinos palestinos y libaneses. De hecho, el estadounidense ni siquiera telefoneó a su colega israelí por el 7 de octubre, el aniversario del fatídico ataque de Hamás que desató la guerra. Este miércoles era la primera vez que ambos hablaban desde agosto. Los detalles de la conversación, que duró 50 minutos y a la que también se sumó la candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, todavía no se han desvelado.
Dos personas han muerto en el norte de Israel. Eran un hombre y una mujer, de unos 40 años, que fueron alcanzados por la metralla después de que los chiíes lanzaran 20 cohetes a sus vecinos del sur. Fue uno de los escasos éxitos de la descabezada milicia contra un Ejército que se le viene grande, y que entre el martes y el miércoles bombardeó más de 200 «objetivos militares»; 185 en el Líbano y 45 en Gaza.
Las tropas israelíes se han extendido a lo largo de toda la frontera. Son unos 15.000 soldados de cuatro divisiones distintas. Avanzan entre órdenes de evacuación que ya abarcan una cuarta parte del país de los cedros, pese a las advertencias de la ONU, que ve cómo esta nueva fase del conflicto se va convirtiendo en un espejo de lo sucedido en Gaza. «Sabemos cuáles eran las intenciones de Hezbolá y hemos visto que intentaron también [como Hamás] incursionar en nuestros pueblos», explicó un comandante israelí a Efe, justificando la invasión a la vez que explicaba, arma a arma, un arsenal arrebatado del enemigo.
Los soldados se niegan a luchar
A la vez que la UE desplegaba un «puente aéreo» hacia el Líbano, para movilizar la ayuda de los Veintisiete, las muertes en Gaza superaban las 42.000. El mundo parece haberse olvidado del pequeño enclave costero, pero allí no han cambiado las cosas. Más de 200.000 personas siguen atrapadas en el norte, en el campamento de Yabalia, sin saber dónde ir ante nuevas órdenes de evacuación que afectan también a hospitales. Al menos 15 personas murieron este miércoles en uno de ellos, el Al Yamin Al Sayed, precisamente en Yabalia, en un intenso operativo de las fuerzas israelíes.
Pero ningún operativo traerá de vuelta a los más de cien rehenes que aún siguen en manos de Hamás. «Muchos de ellos han muerto por los bombardeos de las FDI [Fuerzas de Defensa], muchos más que los rescatados», aseguraron este miércoles en una carta 130 soldados que se negaron a seguir combatiendo.