Los escándalos golpean a Starmer a punto de cumplir cien días en el poder
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El 59 % de los británicos ven al Gobierno laborista tan corrupto y poco transparente como el predecesor Ejecutivo conservador
08 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Keir Starmer está a punto de cumplir sus primeros cien días en el 10 de Downing Street, pero no tiene muchos motivos para celebrarlos. Los escándalos sobre los regalos que el primer ministro británico y su mujer han recibido de donantes del Partido Laborista han erosionado la imagen de incorruptibilidad que ha sostenido durante su carrera política. La prueba de ello es que hoy el 59 % de los británicos considera que el actual Gobierno carece de transparencia y presenta una conducta corrupta, similar al anterior Ejecutivo conservador. Los datos provienen de una encuesta de YouGov publicada este lunes, que además revela que el 76 % de los británicos califican como «inaceptable» que sus políticos reciban ropa o entradas para eventos deportivos y musicales por parte de empresarios.
En las últimas semanas, Starmer y su esposa, Victoria, han estado en el centro de la tormenta por aceptar trajes, gafas y entradas valoradas en miles de euros del empresario Waheed Alli, un destacado donante laborista y miembro de la Cámara de los Lores desde 1998. Poco después se supo que no solo el primer ministro había recibido regalos de donantes de su partido, sino también la viceprimera ministra Angela Rayner y la titular de Economía, Rachel Reeves.
Aunque en un principio Keir Starmer defendió los regalos, argumentando que «no era justo» que los contribuyentes pagaran la ropa de sus políticos, días después reculó y dijo que no volvería a aceptar este tipo de donaciones. Pero, dado que el debate no desaparecía, la semana pasada anunció que había devuelto o pagado de su bolsillo regalos por valor de más de 6.000 libras (7.151 euros) que había recibido desde su llegada a Downing Street.
La devolución de los regalos cuenta con el apoyo de la mayoría de los británicos (79 %), según el sondeo de YouGov. Sin embargo, esto no ha ayudado a mejorar la imagen de Starmer. ¿La razón? El 53 % de los ciudadanos esperaban que los laboristas se comportaran mejor que sus antecesores conservadores.
Si el goteo de revelaciones sobre las donaciones no fuera suficiente, Starmer se enfrenta además a las críticas de pesos pesados del laborismo, que consideran que ha «perdido el control» de su Gobierno, tras la renuncia el domingo de su jefa de Gabinete, Sue Gray, por su polémico sueldo.
El caso Gray
Fue forzada a dimitir después de que a mediados de septiembre se filtrara a la prensa que se le había concedido un aumento salarial del 17 %, que la colocaba por encima al del premier. Información que vino acompañada de denuncias sobre el control excesivo que Gray ejercía sobre la agenda de Starmer, así como sobre quién podía hablar con él y quién no.
«En el Gobierno no puedes cometer muchos errores», advirtió Alastair Campbell, exjefe de prensa de Tony Blair, en el diario The Independent, quien sostiene que los escándalos de las donaciones, el caso de Gray y medidas controvertidas como la eliminación de las ayudas a los pensionistas para pagar la factura de calefacción en invierno revelan que la actual administración está «a la deriva». «Esperemos que esto suponga un reinicio, porque nadie quiere ver en los periódicos titulares sobre escándalos o conflictos internos», indicó la exministra laborista Harriet Harman.
Desde la oposición tory, que está inmersa en su proceso para elegir a un nuevo líder, han resumido los primeros cien días de los laboristas con una palabra: caos.