Albares, cuarto ministro reprobado por el Senado a propuesta del PP y con apoyo de Vox

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El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, durante la rueda de prensa de esta mañana, tras la reunión del Consejo de Ministros, y en la que anunció la decisión de retirar a la embajadora
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, durante la rueda de prensa de esta mañana, tras la reunión del Consejo de Ministros, y en la que anunció la decisión de retirar a la embajadora Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

La lista se engrosa con el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños; y el de Transportes, Óscar Puente

08 oct 2024 . Actualizado a las 18:43 h.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, se ha convertido en el cuarto ministro del Gobierno reprobado por el Senado en lo que va de legislatura a iniciativa del PP, que ha hecho valer nuevamente su mayoría en la Cámara Alta y ha contado con el respaldo de Vox.

La moción ha salido adelante con 147 votos a favor (los de PP y Vox), 112 en contra y tres abstenciones (UPN, Coalición Canaria y Agrupación Herrereña Independiente). Con ello, Albares pasa a engrosar la lista en la que ya están el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños; y el de Transportes, Óscar Puente.

La senadora del PP Pilar Rojo ha defendido que «hay razones sobradas» para la reprobación de Albares puesto que «con sus actuaciones ha conseguido que nuestra política exterior haya dejado de ser una política de Estado y que España esté cayendo en la mayor irrelevancia en el escenario internacional».

A su juicio, la política exterior «no solo ha demostrado ser incoherente, sino también ineficaz por culpa de un Gobierno más preocupado por seguir en el poder y por sus líos internos que por mantener una posición firme y respetada internacionalmente y con el apoyo de las Cortes», en clara alusión al giro respecto al Sáhara, que varios de los portavoces han vuelto a afear al Ejecutivo.

Rojo también ha incidido en las constantes divisiones en el Gobierno de coalición. «Son incapaces de adoptar una posición única y coherente de país», ha afirmado, lamentando la «pérdida de capacidad de influencia» en la escena internacional. «No somos un país de fiar ni es relevante asociarse con nosotros», ha denunciado.

«Los españoles queremos un ministro dentro de las reuniones y no corriendo por los pasillos detrás de algún mandatario internacional en busca de un saludo o de una foto o perdiendo el tiempo en esos vídeos de mal tiktoker con los que el ministro nos deleita a menudo», ha agregado, al tiempo que ha reclamado un Gobierno que «nos represente con dignidad y que no confunda los intereses de investidura de Pedro Sánchez con sus responsabilidades».

Según Rojo, Albares, «cabeza visible» de la política exterior «ya ha sido desautorizado y por tanto también reprobado» por Sánchez que «confía más en (el expresidente José Luis Rodríguez) Zapatero para dirigir la política exterior, y no solo en Iberoamérica, relegando a Albares a un mero ejecutor de los deseos personalistas e interesados de su jefe en el exterior, pero sobre todo como el encargado de administrar sus errores».

Al servicio de Sánchez

En la misma línea se ha pronunciado su compañero de filas Íñigo Fernández, para quien «Albares está utilizando la política exterior al servicio de los propósitos de Sánchez». En su opinión, el ministro «se empequeñece y se difumina» ante cualquier escenario «porque no está a la altura» de quienes le ha precedido, entre los que ha resaltado a varios ministros del PP pero también a Josep Borrell.

«Nunca se cayó tan bajo como se ha caído poniendo al frente de Exteriores a Albares», ha lamentado Fernández, para quien se ha pasado de tener «a personas de prestigio, a una película de Torrente».

En concreto, además del cambio de política respecto al Sáhara sin explicaciones y de la falta de información respecto al acuerdo que se negocia sobre Gibraltar, el PP ha centrado sus críticas en Venezuela, y cómo se gestionó la llegada a España del opositor Edmundo González, y la crisis diplomática con Argentina a raíz de que su presidente, Javier Milei, tildara de «corrupta» a Begoña Gómez, la mujer de Sánchez.

Chanchullos con Maduro

Íñigo Fernández ha calificado de «escándalo» la postura del Gobierno frente a la «dictadura» de Nicolás Maduro y que se cediera la residencia del embajador para que la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y el presidente de la Asamblea, Jorge Rodríguez, para el «chantaje» del candidato opositor. «¿Qué chanchullos se traen ustedes en Venezuela para caer tan bajo, para llegar tan lejos, para degradar hasta tal punto la diplomacia española?», se ha preguntado, incidiendo en que solo este hecho justifica la reprobación.

Por lo que se refiere a Argentina, el senador del PP ha resaltado que el PSOE olvida en su relato que «hay un ministro del Gobierno de España que es el que primero dispara e insulta gravemente al presidente argentino», en referencia a las declaraciones de Óscar Puente dando a entender que Milei consume drogas.

«¿Pero qué querían que hicieran después? ¿Aplaudir?», ha planteado, subrayando que Milei «lo único que ha dicho ha sido lo que ayer ha ratificado la Audiencia Provincial de Madrid, que hay sospechas razonables sobre las actividades privadas de la señora del presidente del Gobierno en el Palacio de la Moncloa y que se debe de investigar».

Vox secunda la reprobación

También Vox ha respaldado la reprobación al ministro. «La deriva de la política exterior española bajo el mandato de Sánchez es objetivamente tan lesiva para los intereses de España y tan equivocada en casi todos sus aspectos que hacen desde luego merecedor al señor Albares de la reprobación», ha sostenido su portavoz, Ángel Pelayo Gordillo.

El senador de Vox, cuyo partido había presentado una enmienda solicitando directamente el cese de Albares que no ha prosperado, ha tildado de «vergonzosa» la actutid del Gobierno frente a Maduro y ha sostenido que «España no puede ni debe blanquear la dictadura venezolana».

Igualmente, se ha referido a la crisis con Argentina, criticando la retirada de la embajadora de Buenos Aires «únicamente por una observación acerca de la mujer de Pedro Sánchez y de su presunta corrupción» lo cual, a su juicio, «pone de manifiesto cómo el Ejecutivo, representado por Albares, utiliza la política exterior de manera patrimonialista, como si fuera un asunto meramente familiar».

«Batallita particular»

Desde el PSOE se ha echado en cara al PP que está inmerso en su «guerrita» en un contexto convulso como el actual en la escena internacional. El senador socialista César Moro Zaro ha acusado a los populares de vivir en su «batallita particular» que no es otra que «acabar con el Gobierno de España» con esta nueva reprobación.

«El Gobierno, con el presidente Sánchez y el ministro Albares a la cabeza, están donde debe estar España y donde quieren los españoles, en el núcleo de las decisiones de la Unión Europea y haciendo posible la buena vecindad, con una política exterior y de seguridad reconocida en todo el mundo que toma partido por la paz», ha reivindicado.

A su vez, su compañero de grupo Rafael Lemus ha acusado al PP de haber hecho del Senado su «herramienta de hostigamiento y acoso». «Desde el Conde de Romamones no se había respirado tanto caciquismo en esta cámara», ha lamentado, echando en cara la falta de «patriotismo» de los populares al querer «desprestigiar» a Albares.

«A ustedes la política internacional les importa bien poco» desde la llegada de Alberto Núñez Feijoo, ha sostenido, resaltando que al menos la política exterior de este Gobierno «no le ha costado la vida a ningún español ni de ningún otro país» al contrario de lo que ocurrió con José María Aznar, cuando «108 compatriotas murieron durante la guerra de Irak y de Afganistán».