Milei ignora la manifestación estudiantil y veta la ley de financiación de universidades
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El jefe del Ejecutivo aseguró que la medida es «un irresponsable proyecto de aumento del gasto público»
04 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Horas después de que una multitudinaria marcha colmara las calles de Buenos Aires en favor de la ley de financiación universitaria, el presidente argentino, Javier Milei, la vetó. La ley, aprobada por ambas Cámaras del Congreso, busca recomponer en parte los salarios del personal universitario, uno de los más afectados por el ajuste del Gobierno. El veto requiere ser ratificado por el Congreso.
Milei ya había avisado que vetaría la ley, pero esperó hasta el último momento porque prefería no hacerlo antes de la movilización. En Argentina, la universidad pública y gratuita es un valor que se defiende con uñas y dientes, el presidente lo sabe, y la enorme movilización del miércoles lo puso de manifiesto. Sectores que no suelen confluir en ningún otro espacio se muestran juntos cuando se trata de defender la bandera de la educación pública.
Ni aún terminada la marcha, a través de un comunicado, la Oficina del Presidente manifestó la decisión de vetar una ley que calificó como «un irresponsable proyecto de aumento del gasto público de las universidades», pese a que implica el 0,14 % del PIB. En el texto, el Gobierno señaló que «es momento de que los legisladores entiendan que ya no pueden hacer populismo demagógico con los recursos de quienes pagan los impuestos», y habló de la existencia de un acuerdo entre dirigentes de la oposición en contra del oficialismo. El comunicado oficial señala como parte de este «frente populista de izquierda» a «Cristina Kirchner, Sergio Massa, Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió», todos referentes de fuerzas ideológicamente muy dispares.
Si bien esta es la segunda vez que Milei veta una ley del Congreso, el presidente percibe que los costes políticos de vetar leyes son cada vez más altos. El 2 de septiembre, Milei vetó la ley de movilidad jubilatoria —que disponía elevar la jubilación mínima y fijaba una nueva fórmula de cálculo de ingresos—, y aunque fue ratificado por el Congreso, eso luego le valió una merma de su imagen, y de la de su Gobierno, en casi todas las encuestas.
Pero a diferencia de lo que sucedió con la ley de los jubilados, está vez el oficialismo se muestra más preocupado por la posibilidad de no conseguir los números que necesita para sostener el veto. El principal problema es que el PRO —el partido del expresidente Mauricio Macri—, todavía no les aseguró su apoyo, y, por ende, aún no reúne la cantidad necesaria de diputados y senadores para evitar que la oposición alcance los dos tercios para refrendar la normativa.