Israel bombardea el sur de Beirut para asesinar al posible sustituto de Nasralá
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Hamás llama a los cisjordanos a levantarse en armas tras el asesinato de uno de sus líderes en Tulkarem
05 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El sur de Beirut sufrió este viernes el ataque más duro desde el inicio de la guerra. Fuentes israelíes aseguraron que las bombas habían logrado golpear un búnker en el que estaba reunida la nueva cúpula de Hezbolá, incluido Hashem Safieddine, el clérigo a quien señalan como posible sucesor de Hasán Nasralá. La capital tembló y el cielo se iluminó con la brutal explosión. Los ataques en Beirut se han convertido en una rutina y el Ejército golpea cada día en la ciudad, incluso en los barrios del centro.
Muertos Nasralá y la mayor parte de los históricos del grupo, algunos medios locales apuntaron desde el primer momento a su primo, Safieddine, como posible relevo. Este religioso de 60 años ocupa la jefatura del consejo ejecutivo del Partido de Dios. El grupo necesitará tiempo para rehacerse del golpe debido al enorme carisma de un Nasralá, que era además muy cercano al líder supremo de Irán, Alí Jamenéi, y el principal nexo de la república islámica con el mundo árabe.
No estaba claro que las fuerzas israelíes hubiesen conseguido alcanzar a Safieddine, pero sí llegaron al responsable de la unidad de comunicaciones de Hezbolá. «Muhamad Rashid Safaki era un alto terrorista», recogió un comunicado castrense, que lo vincula «estrechamente» con la cúpula de la organización.
Desde el inicio de la invasión del Líbano, en la madrugada del martes, Tel Aviv cifra en más de 250 los supuestos miembros del partido-milicia muertos, en ataques contra más de 2.000 objetivos «militares». Entre los muertos, ha señalado el Ejército, figuran al menos 21 comandantes. En el bando israelí, además de los ocho soldados que murieron el miércoles, este viernes perdieron la vida otros dos. El sargento Daniel Aviv Haim Sofer y el cabo Tal Dror, ambos de 19 años, fueron alcanzados por el ataque de un dron, que hirió a otros 24 combatientes y que las milicias proiraníes de Irak reivindicaron poco después.
Sin rutas para huir
Con 102 trabajadores sanitarios muertos y órdenes de evacuación inmediata para cada vez más aldeas —36 más en las últimas 24 horas—, más de 235.000 libaneses han huido con lo puesto a través de la carretera entre Beirut y Damasco. Israel la bombardeó este viernes. «Los aviones de combate del enemigo atacaron el área de Masnaa, lo que provocó que la carretera internacional quedara cortada», informó la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN). Un gran cráter hace imposible el paso de los vehículos. Observadores de Acnur en el terreno relataban este viernes cómo, desesperados, miles de libaneses decidían abandonar sus coches y seguir entre los cascotes, maleta en mano, con la esperanza de llegar a la frontera.
Mientras en Marjayún —donde se refugian los cascos azules españoles— una bomba alcanzaba una ambulancia y mataba a siete personas, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguraba que la invasión no se detendrá. «Tenemos más sorpresas para Hezbolá», sentenció.
Hamás llama a los cisjordanos a levantarse en armas tras el asesinato de uno de sus líderes en Tulkarem
la voz
Israel combate en múltiples frentes. Las explosiones al sur de Beirut llegaron después de que un avión de guerra atacara un edificio en Tulkarem, en el norte de Cisjordania. El Ejército israelí aseguró haber matado a 18 personas, entre ellas el comandante de Hamás en la ciudad, identificado como Zahi Yaser Abdel Razaq Awfi, y «otros miembros destacados» del grupo. Awfi planeaba, afirmaron los militares, llevar a cabo una «operación terrorista» dentro de Israel de manera inminente.
Hamás reaccionó minutos después de que la noticia trascendiese. Llamó a los habitantes de Cisjordania a manifestarse este viernes y «escalar el conflicto» en el enclave palestino. «Hacemos un llamamiento al pueblo de Cisjordania para que salga a la calle en todas las provincias con muestras masivas de ira, para que trabaje en la escalada del conflicto y la confrontación con la ocupación», comunicaron las Brigadas Al Qassam, el brazo armado del grupo.
El Gobierno palestino también se pronunció sobre el ataque, el cual calificó como un «atroz crimen», pidiendo a la comunidad internacional y a instituciones humanitarias y de derechos humanos que tomen medidas inmediatas contra Israel.
«Esta masacre viene a confirmar que a Israel no le importan las decisiones internacionales y actúa como una fuerza criminal por encima de la ley», denunció en un comunicado, en referencia a la decisión del Tribunal Internacional de Justicia el pasado 19 de julio, según la cual la ocupación israelí de Cisjordania es ilegal. La formación laica Fatah, a cargo de Cisjordania, culpó de forma paralela al «sistema de ocupación colonial» de Israel de la masacre, que tildó de «limpieza étnica», y demandó también la actuación de la comunidad internacional.
Entretanto, en la Franja de Gaza los muertos ya superan los 41.800. En casi un año de guerra —desde el pasado 7 de octubre—, al menos el 6 % de la población del enclave ha fallecido o resultado herida. Concretamente, son 97.000 los palestinos que han sufrido daños. Un cuarto de ellos quedará incapacitado de por vida.