Una investigación consiguió rebobinar el clima del continente 700 años a través de los anillos de los árboles
06 oct 2024 . Actualizado a las 09:13 h.La corriente en chorro desempeña actualmente un papel clave en el clima de Europa. Se trata de una autopista de vientos que circulan unos 12 kilómetros de altura que se encuentra donde confluye el aire frío que desciende desde el polo norte con el cálido que asciende de los subtrópicos. Cuando se mueve de oeste a este trae de la mano las borrascas a Galicia y cuando lo hace con meandros impulsa eventos extremos de bajas y altas temperaturas.
Un reciente artículo publicado en Nature refuerza la importancia del jet stream tras reconstruir la historia de esta corriente durante los últimos 700 años y comprobar la influencia que tuvo en algunos episodios de gran trascendencia en la sociedad europea. La investigación consiguió viajar atrás en el tiempo gracias a una muestra de anillos de árboles de todo el continente.
Los autores del estudio descubrieron que la corriente fue decisiva en crisis sanitarias del pasado como, por ejemplo, durante la Peste Negra, que diezmó la población europea entre 1347 y 1353. «Las epidemias ocurrieron con mayor frecuencia en las Islas Británicas cuando la corriente en chorro estaba más al norte. Debido a que los veranos eran húmedos y fríos, la gente permanecía en casa y las condiciones eran más propicias para la propagación de enfermedades», apunta Valerie Trouet, investigadora de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) y autora principal.
En Galicia, basta recordar la sequía y la megaola de calor de julio del 2022 para entender los efectos de una determinada configuración de la corriente. Los meandros ayudaron a crear un anticiclón de bloqueo que impulsó el largo período sin lluvias y en verano, el transporte de aire cálido africano impulsó el episodio de temperaturas sin precedentes en la comunidad que acabó en una de las peores olas de incendios de la historia reciente de Galicia.
Los científicos han observado una tendencia que señala que la corriente en chorro se está desplazando gradualmente hacia el norte, independientemente de sus variaciones estacionales o de más corto plazo. «Cuando se combina nuestra reconstrucción con las cosechas fallidas, se ve que esta tendencia probablemente conduce a problemas con los principales cultivos de cereales y otros tipos de fenómenos meteorológicos extremos», destaca Trouet. «Esto te da una idea de los tipos de eventos extremos y las consecuencias sociales que podríamos esperar si esa trayectoria continúa», advierte.