Rosa Peral, condenada por el crimen de la Guardia Urbana, acusada de ordenar una brutal agresión a una trabajadora de la prisión

La Voz REDACCIÓN

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Rosa Peral durante el juicio por el asesinato de Pedro Rodríguez en el que fue condenada a 25 años de cárcel
Rosa Peral durante el juicio por el asesinato de Pedro Rodríguez en el que fue condenada a 25 años de cárcel

La exagente, que cumple su pena de 25 años de prisión en un centro de Tarragona, pagó con tabaco y drogas a otra compañera para que atacase a una funcionaria. «Deberían ser trituradas en un contenedor de basura para hacerlas desaparecer», dijo horas antes. El personal pide que se tomen medidas penales contra ella

03 oct 2024 . Actualizado a las 17:57 h.

Rosa Peral, condenada a 25 años de cárcel por asesinar a su pareja en el llamado crimen de la Guardia Urbana, ha sido acusada de organizar una brutal agresión a una funcionaria de prisiones. 

Los hechos que se investigan tuvieron lugar el pasado 21 de julio en la cárcel de Mas d'Enric, Tarragona, donde la exagente de policía está cumpliendo su pena.

Según informa el diario Segre, Peral instigó y planificó el ataque contra una trabajadora del centro, que fue agredida por otra reclusa que intentó asfixiarla y le arrancó varios mechones de pelo. La trabajadora fue atacada cuando intentaba impedir que una interna saliese al patio para a su vez agredir a su vez a otra presa. 

La reclusa se encaró con la funcionaria, le tiró de la cinta que llevaba al cuello con su acreditación en un intento de asfixiarla y hasta que el cordel se rompió. La presa se echó después sobre la funcionaria para arrancarle el pelo.

Fueron otras trabajadoras y varias reclusas las que intervinieron para que el ataque no fuese a más.

Su implicación

Todo indica que Rosa Peral planeó esta paliza para vengarse de esta funcionaria, que no le habría permitido participar en una actividad para las reclusas, ya que estaba sancionada. 

Según recoge el expediente al que ha tenido acceso Segre, Peral ordenó la agresión y pagó a su compañera con tabaco y droga. Horas antes, la exagente habría dicho a las trabajadoras del centro penitenciario que «deberían ser trituradas en un contenedor de basura para hacerlas desaparecer» y añadió que «les deseaba la muerte».

Este no es el primer incidente que protagoniza la condenada por el crimen de la Guardia Urbana, a la que califican como una interna «con mucho poder» entre sus compañeras y que siempre manifiesta «mala conducta». 

Los trabajadores de la prisión lamentan que no se apliquen medidas disciplinarias contra ella, o que incluso sea destinada a un módulo especial, ya que se le han intervenido productos prohibidos dentro de prisión en varias ocasiones. Reclaman además que, en este caso, se impute a Peral penalmente como inductora.

Uno de los problemas recientes que tuvo en prisión se produjo tras el estreno de la serie de Netflix sobre el crimen de la Guardia Urbana, El cuerpo en llamas. La Generalitat consideró que Rosa Peral aprovechó las comunicaciones que se le permiten en prisión para conceder entrevistas a medios de comunicación. 

Condenada junto a Albert López

Los exagentes de la Guardia Urbana, Rosa Peral y Albert López, están cumpliendo 25 y 20 años de cárcel por el asesinato de Pedro Rodríguez, otro compañero policía y pareja de ella.

Los hechos se remontan al año 2017 cuando el cuerpo de Rodríguez apareció calcinado dentro de un coche en las inmediaciones del pantano de Foix, en El Garraf, Barcelona. Aquel hallazgo era solo el comienzo de uno de los casos más oscuros de la historia criminal española. 

Rosa Peral, pareja del fallecido, aseguró que horas antes habían discutido y él se había marchado de casa. 

Aunque el primer sospechoso fue Rubén, exmarido y padre de las hijas de Peral, la investigación acabó poniendo el foco en la agente, que tenía una relación a su vez con otro compañero del cuerpo, Albert López. Ambos fueron detenidos y datos, como la localización de sus teléfonos, les situó en la escena del crimen.

Durante el juicio, Rosa y Albert se culparon mutuamente. Según ella, su amante se presentó en su casa armado, matando a su pareja, mientras ella se encerró en una habitación para proteger a sus niñas. Peral aseguró que le ayudó a llevar el cuerpo de Pedro al pantano por miedo.

López, por su parte, aseguró ante el juez que Rosa le había llamado pidiéndole ayuda. Había matado a su novio durante una discusión y necesitaba ayuda para deshacerse del cuerpo.

Nada de esto convenció al jurado y las pesquisas de los Mossos d'Esquadra desmontaron ambas versiones. En abril del 2020, Rosa y Albert fueron condenados a 20 y 25 años de prisión respectivamente.