Tráfico estudia retirar el carné a los conductores que den positivo y sean adictos al alcohol

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

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Solo recuperarían el permiso cuando se acredite que están rehabilitados y que no suponen un riesgo para la seguridad vial

03 oct 2024 . Actualizado a las 22:04 h.

La Dirección General de Tráfico tiene sobre la mesa un proyecto para retirar el carné a aquellos conductores reincidentes en infracciones por dar positivo en alcoholemia y que tienen problemas con el alcohol. Se trataría de una retirada temporal ya que los afectados podrían recuperar el permiso tras pasar por un proceso de rehabilitación. Así lo anunció este jueves el director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, Álvaro Gómez, tras participar en un encuentro organizado por la Fundación Mapfre para analizar la lucha contra la conducción bajo los efectos del alcohol.

La propuesta no es nueva y, de hecho, ya aparecen referencias en el Reglamento General de Conductores, donde se establece que serán objeto de atención especial los trastornos de dependencia, abuso o trastornos inducidos por cualquier tipo de sustancia, y que «en los casos en que se presenten antecedentes de dependencia o abuso, se podrá obtener o prorrogar el permiso o licencia de conducción siempre que la situación de dependencia o abuso se haya extinguido tras un período demostrado de abstinencia y no existan secuelas irreversibles que supongan riesgo para la seguridad vial. Para garantizar estos extremos se requerirá un dictamen favorable de un psiquiatra, de un psicólogo, o de ambos, dependiendo del tipo de trastorno».

El director del Observatorio aseguró a Europa Press que si en el proceso de renovación del permiso de conducción se detecta una adicción al alcohol, no se debe renovar el carné. «La cuestión está en introducir al problema un componente de salud pública» y establecer un enfoque rehabilitador en esos casos de suspensión del permiso. La idea es que se proponga la retirada del carné a conductores con una alta reincidencia y a los que las autoridades sanitarias les hayan detectado algún tipo de adicción. En esos casos, si el conductor pasa por un proceso rehabilitador y lo supera, podrá recuperar el permiso.

Gómez reconoció que se trata de «un proyecto de medio y largo plazo» porque hay que hacerlo con el Ministerio de Sanidad y con las comunidades autónomas que tienen transferidas las competencias sanitarias. Además, ha precisado que el protocolo de los Centros de Reconocimiento de Conductores tiene apartados específicos para detectar adicciones, pero son «pocos casos los que se detectan todavía» en esos centros. «Esto es ir un paso más allá», dijo el directivo de la DGT, que recordó que «la adicción al alcohol es una enfermedad que, de acuerdo con la Directiva Europea y el Reglamento español, incapacita para conducir»

Asimismo, Gómez defendió la necesidad de rebajar la tasa máxima de alcohol permitida a todos los conductores con base a las «recomendaciones» efectuadas por el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte en su informe sobre el alcohol del 2022, y en el hecho de que «los países con las menores tasas de mortalidad del mundo», Noruega y Suecia, tengan una tasa de 0,2 gramos por litro de sangre, que es la que se quiere aplicar en España.

El director del Observatorio de la DGT dijo que el consumo de alcohol sigue siendo una de las principales causas de siniestros y destacó que el informe de la Fiscalía General del Estado señala que en el 2023 se registraron 50.071 condenas por conducir con altas tasas de alcohol y que, en las pruebas de alcoholemia realizadas a conductores implicados en siniestros de tráfico en el primer semestre del 2024, el 5,61 % de los conductores dieron positivo. 

«No hay ninguna tasa de alcoholemia que sea más segura que 0,0. Incluso la primera copa ya deteriora nuestra capacidad de conducir. Dejemos de jugar con los límites porque lo que estamos haciendo es jugar con la vida». Así lo destacó en el encuentro el director de Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, Jesús Monclús.

Durante el acto, organizado en Madrid en colaboración con el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC, por sus siglas en inglés), se explicó cómo funcionan los sistemas alcolock, que impiden el arranque de un coche si el conductor da positivo al soplar y se consideró importante promoverlo para conductores reincidentes o en los que se hayan detectado tasas muy elevadas de alcoholemia, como alternativa a la retirada del carné, así como en caso de que sea necesario para trabajar, como medida reeducadora o en apoyo a programas integrales de rehabilitación de algunas personas.